“
Cuando al día siguiente se levantaron los asdodeos, se encontraron con que Dagón estaba caído de bruces en tierra, delante del arca de Yahvé. Tomaron a Dagón y lo volvieron a su sitio. ”
5:3 Conviene advertir la brevedad e ironía de este relato, que juega con los diferentes matices del verbo «tomar»: si los filisteos «tomaron» el arca, después tuvieron que «tomar» del suelo a su dios Dagón, con lo que experimentaron el poder de Yahvé.