Genesis 2 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 25 versitos |
1 Así fueron acabados los cielos y la tierra y todos sus moradores.
2 Y dejó Dios terminada en el día séptimo la obra que había hecho, y en el día séptimo descansó de toda la obra que hiciera.
3 Bendijo Dios el día séptimo y lo santificó, porque en él descansó de toda su obra de creación.
4 Éstos fueron los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados. Cuando Yahvéh -Dios hizo la tierra y los cielos,
5 no había aún sobre la tierra ningún arbusto campestre, ni había brotado ninguna hierba del campo, porque Yahvéh -Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, y no existía hombre que cultivara el suelo;
6 pero brotaba de la tierra un venero que regaba toda la superficie de la tierra.
7 Entonces Yahvéh -Dios formó al hombre del polvo de la tierra, insufló en sus narices aliento de vida y fue el hombre ser viviente.
8 Plantó Yahvéh -Dios un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre a quien había formado.
9 Y Yahvéh -Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles gratos a la vista y de frutos sabrosos; y también el árbol de vida en medio del jardín, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.
10 Salía de Edén un río para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos.
11 El nombre del primero es Pisón; es el que rodea toda la tierra de Javilá, donde hay oro.
12 El oro de aquella tierra es fino. Allí se encuentran bedelio y ónice.
13 El segundo río se llama Guijón, y es el que rodea toda la tierra de Kus.
14 El nombre del tercer río es Tigris, que corre al oriente de Assur. El cuarto río es el Eufrates.
15 Tomó, pues, Yahvéh -Dios al hombre, y lo instaló en el jardín de Edén para que lo cultivara y guardara.
16 Y Yahvéh -Dios dio al hombre este mandato: De todo árbol del jardín podrás comer;
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, pues el día en que de él comieres, morirás sin remedio.
18 Dijo Yahvéh -Dios: No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda que se acomode a él.
19 Entonces Yahvéh -Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves de los cielos, y los condujo al hombre para ver qué nombre les daba; y todo ser viviente llevaría el nombre que le impusiera el hombre.
20 El hombre impuso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero para el hombre no se encontró ayuda que se acomodara a él.
21 Entonces Yahvéh -Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sopor, y el hombre se durmió. Y le quitó una de sus costillas, y cerró nuevamente la carne en su lugar;
22 y de la costilla que había quitado del hombre formó Yahvéh -Dios la mujer, y la presentó al hombre.
23 El hombre exclamó: Ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Se llamará varona, porque del varón ha sido tomada.
24 Por eso, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne.
25 Ambos estaban desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban.

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Introducción a Genesis

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas