Ezequiel  36 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 38 versitos |
1 Tú, hijo de hombre, profetiza acerca de las montañas de Israel y di: Montañas de Israel, oíd la palabra de Yahvéh.
2 Así dice el Señor Yahvéh: Puesto que el enemigo ha dicho acerca de vosotras: ¡Aja! Los antiguos lugares altos son nuestra posesión,
3 por eso profetiza y di: Así dice el Señor Yahvéh. Precisamente por eso, porque os han devastado y os han puesto asechanzas por todas partes, de modo que sois posesión de las demás naciones y habéis caído en poder de las lenguas y habladurías del pueblo,
4 por eso, oíd, montañas de Israel, la palabra del Señor Yahvéh: Así dice el Señor Yahvéh a las montañas y a las colinas, a los barrancos y a los valles, a las ruinas desoladas y a las ciudades abandonadas que son presa y burla de las demás naciones, de las que os rodean.
5 Por eso, así dice el Señor Yahvéh: Sí, hablo en mi ardiente celo contra las demás naciones y contra Edom entero, porque se han apropiado mi país con pleno regocijo de corazón y con desprecio en el alma para depredar sus pastizales.
6 Por eso, profetiza acerca de la tierra de Israel y di a las montañas y a las colinas, a los barrancos y a los valles. Así dice el Señor Yahvéh: Mirad que estoy hablando en mi celo y en mi furor. Porque habéis soportado el ultraje de las naciones,
7 por eso, así dice el Señor Yahvéh: Juro con la mano en alto que las naciones que os rodean también soportarán su ultraje.
8 Pero vosotras, montañas de Israel, echaréis vuestras ramas y produciréis vuestros frutos para mi pueblo Israel, pues está próximo a llegar.
9 Sí; aquí estoy yo para vosotras y a vosotras me dirijo: seréis labradas y sembradas.
10 Multiplicaré en vosotras los hombres, la casa de Israel toda entera; las ciudades serán habitadas y las ruinas reedificadas.
11 Multiplicaré en vosotras hombres y animales: serán muchos y fecundos; haré que seáis habitadas como en épocas anteriores y os trataré mejor que en vuestros comienzos, y sabréis que yo soy Yahvéh.
12 Haré que por vosotras anden los hombres, mi pueblo Israel. Tomarán posesión de ti, serás su propiedad y no volverás ya a verte privada de hijos.
13 Así dice el Señor Yahvéh. Puesto que dicen de ti: Eres una devoradora de hombres y privas de hijos a tu nación,
14 por eso, no devorarás más hombres ni privarás ya de hijos a tu nación - oráculo del Señor Yahvéh -.
15 No te haré oír más el ultraje de las naciones, no tendrás que soportar ya el oprobio de los pueblos ni harás claudicar más a tu nación - oráculo del Señor Yahvéh -.
16 La palabra de Yahvéh me fue dirigida en estos términos:
17 Hijo de hombre, cuando la casa de Israel moraba en su país lo contaminó con su conducta y con sus obras; su conducta ante mí era como la impureza de la menstruada.
18 Por eso volqué mi furor sobre ellos por la sangre que habían derramado en el país y por los ídolos con que lo habían contaminado;
19 los dispersé por las naciones y se diseminaron por los países; los juzgué según su conducta y sus obras.
20 Cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo nombre por el hecho que se decía de ellos: ¡Son el pueblo de Yahvéh y han tenido que salir de su país!
21 Entonces me preocupé de mi santo nombre, que la casa de Israel había profanado en las naciones adonde había ido.
22 Di, pues, a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahvéh: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, que habéis profanado en las naciones adonde fuisteis.
23 Voy a mostrar la santidad de mi gran nombre, profanado en las naciones en donde vosotros lo habéis profanado; y así sabrán las naciones que yo soy Yahvéh - oráculo del Señor Yahvéh -, cuando muestre en vosotros mi santidad ante sus ojos.
24 Porque os voy a recoger de entre las naciones y a reuniros de todos los países, para llevaros a vuestra tierra.
25 Os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; os limpiaré de todas vuestras manchas y de todos vuestros ídolos.
26 Os daré un corazón nuevo y pondré en vuestro interior un espíritu nuevo; quitaré de vuestro cuerpo el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
27 Pondré mi espíritu en vuestro interior y haré que procedáis según mis leyes y guardéis mis normas y las cumpláis.
28 Residiréis en el país que di a vuestros padres, y seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.
29 Os libraré de todas vuestras impurezas. Llamaré al trigo y lo multiplicaré, y no os impondré más el hambre.
30 »Multiplicaré el fruto de los árboles y los productos del campo, para que no tengáis que soportar más el oprobio del hambre entre las naciones.
31 Recordareis entonces vuestra mala conducta y vuestras obras, que no eran buenas, y sentiréis disgusto de vosotros mismos por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones.
32 No lo hago por vosotros - oráculo del Señor Yahvéh -, que os conste. Avergonzaos y abochornaos de vuestra conducta, casa de Israel.
33 Así dice el Señor Yahvéh: El día en que os purifique de todas vuestras iniquidades, haré que las ciudades sean habitadas y las ruinas reedificadas.
34 La tierra devastada será labrada, en vez de ser una desolación a los ojos de todo el que pasa.
35 Entonces dirán: Esta tierra devastada es el jardín de Edén; y las ciudades derruidas, devastadas y destruidas están fortificadas y habitadas.
36 Y las naciones que han quedado en torno vuestro sabrán que yo, Yahvéh, he reedificado las cosas destruidas y he replantado lo devastado. Yo, Yahvéh, lo he dicho y lo haré.
37 Así dice el Señor Yahvéh: Aun esto dejaré que me pida la casa de Israel y se lo concederé: multiplicar su población como un rebaño.
38 Como rebaño de ovejas para ofrendas sagradas, como ovejas en Jerusalén durante las solemnidades, así estarán de llenas de rebaños humanos las ciudades derruidas; y sabrán que yo soy Yahvéh.

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Introducción a Ezequiel 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas