Daniel  1 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 21 versitos |
1 ° El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó a Jerusalén y la asedió.
2 El Señor entregó en su poder a Joaquín, rey de Judá, y todo el ajuar que quedaba en el templo. Nabucodonosor se los llevó a Senaar, al templo de su Dios, y el ajuar del templo lo metió en el depósito del templo de su dios.
3 El rey ordenó a Aspenaz, jefe de sus eunucos, seleccionar algunos hijos de Israel de sangre real y de la nobleza,
4 jóvenes, perfectamente sanos, de buen tipo, bien formados en la sabiduría, cultos e inteligentes, y aptos para servir en el palacio real; y ordenó que les enseñasen la lengua y literatura caldeas.
5 Cada día el rey les pasaba una ración de comida y de vino de la mesa real. Su educación duraría tres años, al cabo de los cuales entrarían al servicio del rey.
6 Entre ellos había unos judíos: Daniel, Ananías, Misael y Azarías.
7 El capitán de los eunucos les cambió los nombres, llamando a Daniel, Baltasar; a Ananías, Sidrac; a Misael, Misac, y a Azarías, Abdénago.
8 Daniel hizo el propósito de no contaminarse con los manjares, ni con el vino de la mesa real, y pidió al capitán de los eunucos que le dispensase de aquella contaminación.
9 Dios concedió a Daniel encontrar gracia y misericordia en el capitán de los eunucos,
10 y este dijo a Daniel: —Tengo miedo al rey mi señor, que os ha asignado la ración de comida y bebida; pues si os ve más flacos que vuestros compañeros, ponéis en peligro mi cabeza delante del rey.
11 Daniel dijo al encargado que el capitán de los eunucos había puesto para cuidarles a él, a Ananías, a Misael y a Azarías:
12 —Por favor, prueba diez días con tus siervos: que nos den legumbres para comer y agua para beber.
13 Después, que comparen en tu presencia nuestro aspecto y el de los jóvenes que comen de la mesa real, y trátanos según el resultado.
14 Él les aceptó la propuesta e hizo la prueba durante diez días.
15 Después de los diez días tenían mejor aspecto y estaban más robustos que cualquiera de los jóvenes que comían de la mesa real.
16 Así que el encargado les retiró la ración de comida y de vino, y les dio legumbres.
17 Dios les concedió a los cuatro inteligencia, comprensión de cualquier escritura, y sabiduría. Daniel sabía, además, interpretar visiones y sueños.
18 Al cumplirse el plazo señalado para presentarlos al rey, el capitán de los eunucos los llevó a Nabucodonosor.
19 Después de hablar con ellos, el rey no encontró ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y quedaron a su servicio.
20 Y en todas las cuestiones y problemas que el rey les proponía, los encontró diez veces superiores al resto de los magos y adivinos de todo su reino.
21 Daniel estuvo en palacio hasta el año primero del reinado de Ciro.

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Introducción a Daniel 

DANIEL

El texto original del libro de Daniel es caso único en la Biblia. Comienza en hebreo (Dan 1:1 - Dan 2:4 a), pasa de pronto al arameo (Dan 2:4 b- Dan 7:27) y continúa después en hebreo (Dan 8:1 - Dan 12:13). Además, las versiones griegas incluyen pasajes que faltan en el texto hebreo-arameo. La unidad del libro se mantiene a pesar de la diversidad existente entre las tres secciones; la figura de Daniel como protagonista de los relatos sirve de hilo conductor. La unidad profunda está en la forma de mostrar cómo Dios, que tiene pleno dominio sobre los reinos de la tierra y es reconocido incluso por los grandes reyes gentiles (sección primera), va a establecer su reinado en un futuro inmediato (sección segunda), pero entre tanto no dejará que triunfen la injusticia y la idolatría (sección tercera).

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Daniel  1,1-21*1-6 Son historias que se desarrollan en las cortes de Nabucodonosor (Dan 1:1-21; Dan 2:1-49; Dan 3:1-30; Dan 4:1-34), de Baltasar (Dan 5:1-30) y de Darío el medo (Dan 6:1-28), abarcando así todo el período de la cautividad hasta Ciro el persa (véase Dan 1:21), que decretó la vuelta de los judíos a su tierra el año 539. Solo Nabucodonosor (604-562) y Ciro (559-530) son reyes conocidos por la historia. La mención de Baltasar y Darío puede deberse no tanto a un error o ignorancia del autor, cuanto a su intención de señalar de algún modo el carácter ficticio de las narraciones.