LEVÍTICO
La Biblia griega llamó a este libro Levítico, pues buena parte de él trata del culto y de cuanto se relaciona con él; y, como es sabido, el culto era incumbencia de los sacerdotes, descendientes de Leví. Los temas principales del libro son:
1) los sacrificios (en sus diversas variedades);
2) el sacerdocio (como consagración y separación de unos elegidos);
3) la pureza ritual (cualidad necesaria para participar en el culto), y
4) la ley de santidad (que incide en la calidad moral de quienes se vinculan al Dios Santo).
El libro del Levítico es citado en el Nuevo Testamento en relación con dos grandes motivos: al exponer el mandamiento principal, Jesús remite a Lev 19:18 (amor al prójimo como a sí mismo) para completar la referencia a Deu 6:4 (amar a Dios sobre todo); por su parte, la Carta a los Hebreos evoca el tema de los sacrificios del Antiguo Testamento para resaltar la figura de Jesucristo, Sumo Sacerdote, que se ofrece a sí mismo y establece la Nueva Alianza en su sangre.
Levítico 21,1-24*21 Se trata primero de la santidad ritual de los sacerdotes para que el culto se celebre con la dignidad exigida por el Dios santo y, como consecuencia, de irregularidades que impiden el ejercicio del sacerdocio. Por ejemplo, esta santidad se pone en peligro por el casamiento con mujeres consideradas manchadas (v. Lev 21:7). En Eze 44:22 se exige que, si un sacerdote se casa con una viuda, esta sea viuda de sacerdote. Todos los israelitas estaban obligados a mirar por la santidad de sus sacerdotes (v. Lev 21:8). Las normas deben aplicarse con especial rigor al sumo sacerdote (Lev 8:7-9; Lev 8:12).