Sabiduría 9 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 18 versitos |
1 ° «Dios de los padres y Señor de la misericordia, | que con tus palabras hiciste todas las cosas,
2 y en tu sabiduría formaste al hombre, | para que dominase sobre las criaturas que tú has hecho,
3 y para regir el mundo con santidad y justicia, | y para administrar justicia con rectitud de corazón.
4 Dame la sabiduría asistente de tu trono | y no me excluyas del número de tus siervos,
5 porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva, | hombre débil y de pocos años, | demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
6 Pues, aunque uno sea perfecto | entre los hijos de los hombres, | sin la sabiduría, que procede de ti, | será estimado en nada.
7 Tú me elegiste como rey de tu pueblo | y como juez de tus hijos e hijas.
8 Me mandaste construir un templo en tu monte santo | y un altar en la ciudad de tu morada, | a imitación de la tienda santa que preparaste desde el principio.
9 Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras, | que te asistió cuando hacías el mundo, | y que sabe lo que es grato a tus ojos | y lo que es recto según tus preceptos.
10 Mándala de tus santos cielos, | y de tu trono de gloria envíala, | para que me asista en mis trabajos | y venga yo a saber lo que te es grato.
11 Porque ella conoce y entiende todas las cosas, | y me guiará prudentemente en mis obras, | y me guardará en su esplendor.
12 Así aceptarás mis obras, | juzgaré a tu pueblo con justicia | y seré digno del trono de mi padre.
13 Pues, ¿qué hombre conocerá el designio de Dios?, | o ¿quién se imaginará lo que el Señor quiere?
14 Los pensamientos de los mortales son frágiles | e inseguros nuestros razonamientos,
15 porque el cuerpo mortal oprime el alma | y esta tienda terrena abruma la mente pensativa.
16 Si apenas vislumbramos lo que hay sobre la tierra | y con fatiga descubrimos lo que está a nuestro alcance, | ¿quién rastreará lo que está en el cielo?,
17 ¿quién conocerá tus designios, si tú no le das sabiduría | y le envías tu santo espíritu desde lo alto?
18 Así se enderezaron las sendas de los terrestres, | los hombres aprendieron lo que te agrada | y se salvaron por la sabiduría».

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Introducción a Sabiduría

SABIDURÍA

Es este el último libro, cronológicamente hablando, del Antiguo Testamento. Su autor, que se presenta en la primera parte como el rey Salomón (un nuevo caso de ficción literaria), fue un judío profundamente religioso de la diáspora alejandrina. Abierto a la cultura griega y auténtico conocedor de la tradición de sus antepasados, escribió su obra probablemente en Alejandría de Egipto en los primeros años del reinado de Augusto (30 a.C.-14 d.C.). Se dirige en primer lugar a sus compatriotas judíos, cuya fidelidad al yahvismo estaba en peligro por el auge de la civilización alejandrina (escuelas filosóficas, religiones mistéricas, astrología, hermetismo, cultos populares) y también al mundo pagano, especialmente a los ambientes más sensibles a la problemática religiosa. Aunque en su composición se sirve de conceptos, categorías y términos de la filosofía platónica, del estoicismo y del epicureísmo para trasmitir su mensaje, su principal fuente de inspiración es, sin duda alguna, el Antiguo Testamento: Ley, Profetas y Escritos. Es un sabio de Israel, cuyo pensamiento se nutre de la Escritura y cuya máxima preocupación es exhortar a la búsqueda de la sabiduría como camino para llegar a Dios.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Sabiduría 9,1-18*6-9 Estos capítulos forman la segunda parte del libro, dedicada a la sabiduría. Para dar más autoridad a sus palabras y poder dirigirse con mayor facilidad a los reyes y gobernantes, el autor se transforma en el rey Salomón, el rey sabio por excelencia según la tradición. Después de una exhortación de carácter universalista destinada a los que dirigen las naciones, Salomón hace un elogio de la sabiduría (Sab 7:1-30; Sab 8:1-21) y eleva una oración al Señor en la que le pide el don de la sabiduría para gobernar y juzgar al pueblo con justicia (Sab 9:1-18).


Sabiduría 9,1-18*9 El discurso sobre la sabiduría culmina en esta oración, inspirada en la de 1Re 3:6-9 y 2Cr 1:8-10; es una pieza literaria construida con gran esmero: Sab 9:1-6 trata de la vocación universal del ser humano y toma a Salomón como un ejemplo; Sab 9:7-12 presenta a Salomón pidiendo a Dios el don de la sabiduría para poder gobernar; Sab 9:13-17 es una reflexión filosófico-teológica sobre el ser humano y los designios divinos, en la que la figura de Salomón se desvanece y se confunde con la humanidad.