Eclesiástico 9 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 18 versitos |
1 No tengas celos de tu propia mujer, | no sea que la incites a portarse mal contigo.
2 No te entregues del todo a tu mujer, | no sea que te llegue a dominar.
3 No te acerques a una cortesana, | no sea que caigas en sus redes.
4 No tengas trato con una coplera, | no sea que te enredes en sus artimañas.
5 No te fijes demasiado en la doncella, | no sea que te castiguen por causa suya.
6 No te entregues a prostitutas, | no sea que pierdas tu patrimonio.
7 No andes fisgoneando por las calles de la ciudad, | ni deambules por sus parajes solitarios.
8 Aparta tus ojos de una mujer hermosa, | y no te fijes en belleza ajena. | Por la belleza de una mujer muchos se perdieron, | y a su lado el amor se inflama como el fuego.
9 Jamás te sientes junto a una mujer casada, | ni disfrutes del vino con ella, | no sea que tu alma se vaya tras ella | y por tu pasión resbales hacia la ruina.
10 No abandones a un viejo amigo, | pues el nuevo nunca será igual. | Vino nuevo es el amigo nuevo, | cuando sea añejo, lo beberás con alegría.
11 No envidies el auge del pecador, | pues no sabes cuál será su fatal de­senlace.
12 ° No te dejes fascinar por el éxito de los impíos, | recuerda que no llegarán impunes al abismo ° .
13 Aléjate de quien tiene poder para matar, | y no tendrás que temer a la muerte. | Si te acercas a él, no te descuides, | no sea que te quite la vida. | Mira que caminas entre emboscadas | y paseas sobre la muralla de la ciudad.
14 En cuanto puedas, atiende a tu prójimo | y aconséjate con los sabios.
15 Conversa con los inteligentes | y habla siempre de la ley del Altísimo.
16 Hombres justos compartan tu mesa, | y sea tu orgullo el temor del Señor.
17 La obra es loada por la destreza del artista | y el gobernante, por su palabra sabia.
18 El charlatán es temido en su ciudad, | y el deslenguado se hace odioso por sus palabras.

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Introducción a Eclesiástico

ECLESIÁSTICO

Este libro, también conocido como Sirácida o de Ben Sira, fue tan leído en la Iglesia antigua que recibió el nombre de Eclesiástico, es decir, libro de la asamblea (ekklesia). Es el único libro del Antiguo Testamento que lleva la firma de su autor (Sir 50:27); fue escrito originalmente en hebreo por un maestro de sabiduría conocido como Jesús Ben Eleazar Ben Sira, hacia el 180 a.C. en Jerusalén. Ben Sira fue un sabio, un escriba profesional enamorado de la ley y de la sabiduría. Su pretensión fue transmitir el patrimonio religioso de Israel a las nuevas generaciones que, sin duda, sentían la atracción del mundo griego y de su cultura. Sin rechazar por principio las nuevas ideas que se iban infiltrando en la sociedad judía, el sabio supo inculcar a los jóvenes el valor de sus tradiciones y, sobre todo, su fe incondicional en Dios

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Eclesiástico 9,12*9:12 En línea con la tradición sapiencial de Israel, Ben Sira cree en la doctrina de la retribución -Dios premia a los justos y castiga a los malvados-, pero todavía no sabe cómo Dios pagará a cada uno según sus obras.