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Jeremías.
Introducción.
Vida del Profeta.
Jeremías (en heb. Yirmeyahu: Yahvé exalta?) aparece en la introducción histórica a sus oráculos como hijo de Releías, del linaje de los sacerdotes que habitaban en Anatot, 1 la actual Anata, a unos cuatro kilómetros al nordeste de Jerusalén, camino del desierto, que era también la patria del sumo sacerdote Abiatar, 2 a cuya familia sacerdotal podía pertenecer el profeta. Cuando era aún muy joven, en el año 13 del reinado de Josías (627 a.C.), fue llamado al ministerio profético, 3 que ejerció durante los reinados de este rey y de sus sucesores Joacaz (609), Joaquim (609-598), Joaquín o Jeconías (598) y Sedecías (598-586); y aún sobrevivió a la catástrofe nacional del 586 a.C. Su vida fue muy agitada, ya que tuvo que sufrir en los vaivenes de la política después de la muerte del piadoso rey Josías (609). Durante el reinado de éste, colaboró extraordinariamente en la reforma religiosa emprendida en 622-621, cuando fue hallado el libro de la Ley en los cimientos del templo. Su vida, en este sentido, es paralela a la de Isaías, que un siglo antes había prestado auxilio moral en la reforma religiosa emprendida por el también piadoso rey Ezequías (727-698).
Bajo el rey Joaquim (609-598), el profeta de Anatot tuvo que sufrir mucho, en primer lugar de sus propios conciudadanos de Anatot 4; y en Jerusalén, por recriminar la impía conducta del pueblo, fue encarcelado 5; y por anunciar la ruina de la ciudad, los sacerdotes quisieron atentar contra su vida, siendo librado de la muerte por algunos príncipes que recordaron la profecía de Miqueas sobre la destrucción de Jerusalén.6 En el año 604 (año cuarto del reinado de Joaquim) dictó sus oráculos a su amanuense Baruc, y los leyó al año siguiente públicamente en el templo. Por orden del rey Joaquim - indignado porque Jeremías le echaba en cara su impiedad y tiranía - fueron quemados7; pero Jeremías los volvió a dictar a Baruc. 8 Más tarde fue encarcelado, como traidor, por orden del rey Sedecías (597-587). 9 Fue libertado después de la toma de Jerusalén por los babilonios (586), quedando por algún tiempo dedicado a la consolación de los vencidos y a la reconstrucción religiosa y nacional del país en colaboración con el gobernador Godolías, nombrado por Nabucodonosor. Pero la facción ultranacionalista asesinó al gobernador, huyendo a Egipto, llevándose por la fuerza al profeta, el cual continuó allí su obra de exhortación a la penitencia. 10 Según la tradición judaica, Jeremías fue lapidado en Egipto por sus compatriotas, a los que recriminaba su pésima conducta . Según una tradición menos fundada, Jeremías fue llevado por Nabucodonosor a Babilonia después de haber conquistado Egipto en el 566 a.C. 12
Índole temperamental del profeta.
En el profeta Isaías hemos indicado como características de su temperamento la virilidad, serenidad y aplomo ante las situaciones críticas, como consecuencia de ser un hombre reflexivo y aun cerebral, con pocas concesiones a lo afectivo. Jeremías es, al contrario, un hombre de temperamento afectivo y aun tímido, el cual, sin embargo, tuvo que afrontar situaciones mucho más críticas que su antecesor Isaías. A pesar de su natural retraído y solitario, el profeta de Anatot, con la gracia divina, supo mantenerse firme y enérgico cuando llegaba la hora de la intransigencia. A pesar de tener un profundo amor hacia su pueblo, Jeremías tuvo que predicar el sometimiento a Babilonia, apareciendo como traidor a la causa nacional. Esta fue su gran tragedia; fue tan amarga su misión, que muchas veces, llevado de su natural, protesta ante Dios por haberle obligado a soportar una carga superior a sus fuerzas y que está en contra de sus sentimientos. 13 Quiso orar por la salud de su pueblo, y Yahvé se lo prohibió 14; quiso callar sus oráculos de exterminio sobre Jerusalén, pero no podía, porque le ardían como fuego en su interior. 15 Varias veces, en medio de esta lucha psicológica, se atrevió a quejarse de Yahvé. 16
Su misión era la de destruir, arrancar, arruinar y asolar, levantar, edificar y plantar17; debía ser el contrastador de la conducta de su pueblo, 18 el portavoz de la ira de Yahvé, anunciando la destrucción, 19 mientras que él, dulce y tranquilo por temperamento, hubiera deseado anunciar cosas agradables al pueblo oprimido 20. Fue durante su vida un signo de contradicción, 21 objeto de las burlas de sus contemporáneos. Hubiera querido huir al desierto para vivir tranquilo. 22 Dios es su seductor, por haberle obligado a aceptar una misión para la que no se siente con fuerzas. 23 Pero no puede menos de seguir los impulsos de su Dios: Tú me sedujiste, ¡oh Yahvé! y yo me dejé seducir. Tú eras el más fuerte, y fui vencido. Ahora soy todo el día la irrisión, la burla de todo el mundo. Siempre que les hablo tengo que gritar, tengo que clamar: ¡Ruina, devastación! Y todo el día la palabra de Yahvé es oprobio y vergüenza para mí. Y aunque me dije: 'No pensaré más en ello, no volveré a hablar en su nombre', es dentro de mí como fuego abrasador, que siento dentro de mis huesos, que no puedo contener y no puedo devorar. 24
Su misión es la de ser un signo constante de contradicción: Soy objeto de querella y de contienda para todos. A nadie presté, nadie me prestó, y, sin embargo, todos me maldicen. ¿Soy yo culpable? ¿En el tiempo del infortunio no te rogaba por el bien de los que me odian?25 No caben palabras más elocuentes para describir la tragedia íntima de Jeremías, la paradoja de una vida entregada a una misión que contrariaba a sus afectos más íntimos. Toda su vida fue un sufrimiento continuo por la incomprensión, el escepticismo, la ironía sangrienta. A pesar de todo, sentía que Yahvé, aunque su seductor, era también su refugio y su fortaleza, 26 Por eso, en medio de las contrariedades prosigue su tarea de profeta, de centinela de los intereses espirituales de su pueblo, anunciando el peligro, pero, al mismo tiempo, la era mesiánica, que será el gran contraste con las angustias e incomprensiones de sus compatriotas. 27
En ningún profeta aparece tan clara la vocación divina al ministerio profético como en Jeremías, ya que la labor que se impone en nombre de Dios está en total contradicción con su temperamento, retraído, afectivo y pacífico. Los Santos Padres presentan al profeta de Anatot como el tipo doliente de Cristo, que es incomprendido de sus compatriotas y sufre por la ceguera de su pueblo. Hasta su misma vida de celibato le asemeja al Maestro de Nazaret. Pero, naturalmente, el tipo difiere mucho del antitipo, porque en Cristo no se dan los desahogos airados de Jeremías, que llega en algunos momentos a desear el castigo de sus enemigos. 28 Es la diferencia del hombre puramente hombre y el Hombre-Dios.
Ambiente histórico.
A Jeremías le tocó asistir a la mayor tragedia de su pueblo, la catástrofe del 586, en que tuvo lugar el colapso nacional de Judá como consecuencia de una equivocada política nacionalista contra el invasor babilonio. Por ello, los últimos años de la vida del profeta no pudieron ser más agitados, ya que tuvo que hacer frente a la facción egiptófila, que postulaba una resistencia a ultranza contra el coloso caldeo. En 625 había muerto Asurbanipal (668-625), el monarca más grande de Asiría, que había logrado llegar con sus tropas hasta Tebas, en el Alto Egipto. Después de él, el general caldeo Nabopolasar logró liberar a Babilonia del yugo asirio, inaugurando así su reinado (625-605). Los viejos sueños de Merodacbaladán contra Senaquerib se van a cumplir ahora, cuando el imperio asirio, gastado, entra en su ocaso. Los medos, por su parte, caen sobre el nordeste del imperio asirio a las órdenes de Ciáxares, y, al no poder tomar la ciudad de Asur, se alian con el rebelde Nabopolasar de Babilonia en el sur. El pacto fue sellado por el matrimonio del hijo de Nabopolasar, llamado Nabucodonosor, con la hija del medo. Después de infructuosos ataques aislados contra Asur y Nínive, lograron por fin tomar esta ciudad en 612 a.C. El rey asirio Asuruballit se trasladó a Jarran con ánimo de organizar la resistencia, pero también esta ciudad cayó en poder de la coalición medo-babilonia. El faraón egipcio Necao II acudió en auxilio del rey asirio en 609, pero fue derrotado a las puertas de Jarran por Nabopolasar.
En el reino de Judá sucedían también cambios importantes durante este tiempo. En 640 moría el impío rey Manases, que se había dedicado sistemáticamente a deshacer la reforma religiosa que había emprendido su padre, el piadoso Ezequías, con la aprobación y auxilio moral de Isaías. Persiguió a los fieles yahvistas, introduciendo, como su abuelo Acaz, los cultos asirios en el templo. 29 Su hijo Amón seguía la misma conducta, pero fue asesinado en 640 a.C., subiendo al trono su hijo de ocho años, Josías (640-609), el cual, educado religiosamente bajo la égida de los sacerdotes, empezó de nuevo la reforma religiosa. En 621 tuvo lugar un acontecimiento notable: el hallazgo del libro de la Ley en los cimientos del templo, al parecer el Deuteronomio 30. Inmediatamente mandó poner por obra sus preceptos relativos a la centralización del culto y la supresión de todos los santuarios sincretistas que pululaban en el país. Incluso extendió su reforma religiosa al antiguo reino de Samaría, que desde el 721 era una provincia asiría. 31
El piadoso rey se consideraba dueño de aquellos territorios, y por eso en el 609 salió al paso del faraón Necao II, con el que trabó batalla desigual en Megiddo, cerca del monte Carmelo, y allí murió trágicamente (609 a.C.). 32 Con esta pérdida se comprometió toda su obra de reforma religiosa y se terminó el ciclo de paz relativa que desde hacía veinte años disfrutaba el reino de Judá. Su hijo Joacaz fue su sucesor, aclamado por el pueblo de la tierra, o clase humilde del país; pero Necao II le depuso, y entronizó en su lugar a su hermano Eliaquim, al que puso el nombre de Joaquim (609-598) en señal de dominio. 33 El nuevo rey era de carácter despótico y no favoreció el desarrollo de la vida religiosa en el país, cometiendo torpezas políticas que le llevaron a la ruina. 34 Es bajo su reinado cuando comenzó el calvario de Jeremías, el cual había sido muy bien considerado por el piadoso Josías. En 605, Nabucodonosor hizo una incursión por la tierra siro-fenicia-palestina después de haber derrotado al faraón Necao II en Carquemis, 35 persiguiéndolo hasta la frontera egipcia. El rey Joaquim le ofreció tributo, y así se liberó de la invasión caldea. Nabucodonosor se volvió a Babilonia para recoger las riendas del imperio al morir su padre en 605 a.C.
Poco tiempo después, el rey Joaquim de Judá se atrevió a rebelarse contra el babilonio,36 y al principio Nabucodonosor no tomó en serio esta actitud, enviando sólo unas partidas de soldados caldeos, árameos, moabitas y amonitas para que hostigaran el país de Judá. 37 Pero, una vez que se vio desembarazado de sus preocupaciones en Babilonia, Nabucodonosor emprendió una expedición punitiva contra Jerusalén en 598 a.C. 38 Joaquim murió durante el asedio (no está claro si de muerte natural o violentamente), 39 y le sucedió su hijo Joaquín o Jeconías, el cual capituló a los tres meses de subir al trono, siendo llevado en cautividad, con su familia y lo más selecto de la nación, a Babilonia. 40 Nabucodonosor puso en su lugar en el trono a su tío Matanías (hermano de Joaquim y de Joacaz), cambiándole el nombre en Sedecías (597-587). Al principio éste se mantuvo dócil al rey caldeo, mas en 594 entró en relaciones con los pueblos vecinos para insurreccionarse contra Babilonia; pero, por la intervención de Jeremías,41 la coalición antibabilónica no tuvo realización formal.
Egipto, por su parte, fomentaba la insurrección de los reyezuelos de Palestina contra el coloso babilonio. En el 589 subió al trono egipcio Hofra, el cual al punto orientó su política contra Nabucodonosor. Este decidió jugar la carta definitiva, y así se vino al occidente, estableciendo su cuartel general en Ribla, junto al Orontes (Alta Siria), seguramente para dirigir las operaciones contra Tiro, que continuaba resistiendo42. Contra Judá envió a uno de sus generales, Nabuzardán, el cual se apoderó de las pequeñas ciudades hasta lograr aislar a Jerusalén (589 a.C.). Ante el ataque del faraón Hofra, el ejército caldeo se vio obligado a levantar el sitio de Jerusalén para atacar al ejército egipcio, al que venció, llegando hasta las fronteras de Egipto. 43 Después el general babilonio se entretuvo en asediar a Laquis y Azeca antes de volver al asedio de Jerusalén. Esta tardanza hizo nacer el optimismo entre los jerosolimitanos, los cuales llegaron a apropiarse de nuevo los esclavos que habían manumitido. 44 Pero no tardó en comenzar de nuevo el asedio, y las condiciones de resistencia se hicieron imposibles. Jeremías predicaba la capitulación para evitar el desastre completo. Sedecías no supo imponerse a la facción nacionalista fanática, y en un momento de confusión huyó por una brecha, siendo alcanzado por los soldados caldeos en la llanura de Jericó, donde fue apresado y llevado a presencia de Nabucodonosor en Ribla. Más tarde fue llevado al exilio, sin que se sepan más noticias de él. Mientras tanto, Jerusalén caía en poder de los babilonios en julio del 586 a.C.; la parte cualificada de la población fue llevada en cautiverio hacia Babilonia, y Judá fue convertida en provincia babilónica. El vencedor nombró gobernador de dicha provincia arruinada al nativo Godolías, amigo de Jeremías. El nuevo gobernador procuró rehacer la vida política, económica y social de la nación; pero la facción ultranacionalista le asesinó, y los judíos, temiendo la represión, huyeron a Egipto, llevándose con ellos al profeta Jeremías, el cual se oponía a esta huida. Así terminó la vida de Judá como nación.
En este ambiente de inseguridad y de tragedia personal debemos estudiar los oráculos de Jeremías. No es fácil establecer una cronología de la mayor parte de sus oráculos, pero conocemos perfectamente el ambiente histórico en que se desarrolló su trágica vida, y esto nos sirve para comprender la actividad profética y literaria del profeta de Anatot, que merece el nombre de mártir.
El libro de Jeremías.
Los escritos profético-históricos que han llegado a nosotros con el nombre de Jeremías son - como los de Isaías - una colección desordenada de oráculos y de datos históricos, recopilados sin orden cronológico por un redactor posterior al profeta. Como en el libro de Isaías, pudiéramos distribuir los oráculos jeremianos lógicamente, según los tres apartados siguientes: a) profecías contra Judá y Jerusalén; b) profecías contra las naciones paganas; c) profecías relativas a la restauración de Israel como nación. Pero esta distribución lógica no corresponde a la cronológica y, sobre todo, no coincide con la distribución de los oráculos en el actual libro de Jeremías. Para darnos una idea de la distribución anómala de los oráculos, presentamos el cuadro siguiente según las indicaciones cronológicas del libro actual:
a) Reinado de Josías (640-609):
1:2 (año 13 de Josías: 627 a.C.).
3:6 (en tiempo de Josías: 626-609).
b) Reinado de Joaquim (609-598):
26:1 (principio del reinado de Joaquim: 608).
25:1 (año 4 de Joaquim: 605).
36:1 (año 4 de Joaquim: 605).
45:1 (año 4 de Joaquim: 605).
35:1 (durante el reinado de Joaquim: 609-598).
7:1 (principio de Joaquim: 608).
c) Reinado de Sedecías (598-586):
24:1 (después de la deportación de 598).
29:1 (después de la deportación de 598).
27:1 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
28:1 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
49:34 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
32:1 (año 10 del reinado de Sedecías: 588).
33:1 (al tiempo de la detención de Jeremías: 588).
34:1 (durante el asedio de Jerusalén: 588-587).
37:1-6 (durante el asedio de Jerusalén: 588-587).
39:1-15 (poco después de la toma de Jerusalén: 586).
40:1 (poco después de la toma de Jerusalén: 586).
44:1 (mientras el profeta estaba en Egipto: 5865).
De esta distribución cronológica se deduce que la compilación actual se ha hecho en diversas épocas y sin criterio uniforme. Sin embargo, en la distribución actual del libro de Jeremías podemos dividir los oráculos en tres partes:
Parte I: Vaticinios contra Judá (c.2-29).
1. Corrupción general (c.2-6).
2. Contra el fetichismo del templo y el formalismo religioso (c.7-10),
3. Dios no perdonará al pueblo que infringe el pacto (c.11-17).
4. Simbolismo de la vasija rota. Sufrimientos de Jeremías (c. 18-20).
5. Invectivas contra la corte y los jefes políticos y falsos profetas (c. 21 - 23). Simbolismo de los dos cestos de higos (c.24).
6. Predicción del exilio de setenta años y oráculos contra las naciones (c.25).
Discurso en el templo y peligro para Jeremías (c.26). Muerte del profeta Urías (c.26:20). Jeremías y los falsos profetas (c.27-28).
7. Carta a los deportados (c.29).
Parte II: La Era Mesiánica (c.30-33)
1. Retorno de Israel renovado (c.30-31).
2. El nuevo pacto (31:315).
3. Compra simbólica del campo de Anatot (c.32). 4· Israel en la paz mesiánica (c.33).
Parte III: Vaticinios Durante el Asedio de Jerusalén (c.34-40)
1 Contra la injusticia de tomar de nuevo a los esclavos (c.34).
2. Los recabitas (c.35).
3. El rollo quemado por Joaquim (c.36).
4. Encarcelamiento de Jeremías (c.37-38).
5. Toma de Jerusalén (c.39-40).
Parte IV: Vaticinios después de la caída de Jerusalén (c.40-45).
1. Godolías, gobernador (c.40-41).
2. Huida a Egipto (c.42-43).
3. Jeremías predice la suerte de los refugiados y de Egipto (c.43-44).
4. Apéndice: Vaticinio sobre Baruc (c.45).
Parte V: Vaticinio contra las naciones (c.46-51)
Apéndice: Fin de Jerusalén. Liberación de Joaquín (c.52).
Distribución Lógico-Cronológica General de los Oráculos.
I. Introducción: Vocación de Jeremías (1:1-19).
II. Oráculos contra Judá: (c.2:1-45:5).
1. Oráculos en tiempo de Josías (2:1-6:30).
Iniquidad del pueblo e ingratitud (2:1-3:5).
Las dos hermanas Israel y Judá, perversas (3:6-6:30).
2. Oráculos en tiempo de Joaquim (7:1-29:32).
Contra la falsa confianza en el templo (7:1-10,25).
Castigo por el pacto quebrantado (11:1-13:27).
Reprobación de Judá (14:1-20).
La cautividad anunciada (25:1-38).
Jeremías es condenado y salvado (26:1-24).
La muerte de Urías profeta (26:20).
Jeremías y los falsos profetas (27:1-28:17).
Epístola de Jeremías a los exilados (20:1-32).
3 Vaticinios en tiempo de Sedecías (21:1-24:10).
Contra la casa real, la corte y los falsos profetas (21:1-23:4).
Símbolos relativos a la suerte de Judá (24:1-10).
4 Vaticinios de salvación mesiánica (30:1-33:26).
Restablecimiento de Israel (30:1-31:30).
Nueva alianza (31:31-40).
Compra del campo, símbolo de la restauración (32:1-44).
Enmienda del pueblo y restauración (33:1-26).
5. Últimos vaticinios y sufrimientos de Jeremías (34:1-36:32).
Contra Sedecías y el pueblo (34:1-22).
Fidelidad de los recabitas (35:1-19).
Joaquim manda quemar los escritos de Jeremías (36:1-32).
6. Sucesos durante el asedio de Jerusalén (37:1-40:6).
Jeremías encarcelado y salvado (37:1-38:13).
Coloquio de Jeremías con el rey (38:14-28).
Destrucción de Jerusalén (39:1-40:6).
7. Después de la destrucción de Jerusalén (40:7-54:5).
Godolías, gobernador de Judá (40:7-41:18).
Fuga de los judíos a Egipto (42:1-43:7).
Jeremías en Egipto (43:8-44:30).
Consolación de Baruc (45:1-5).
III. Oráculos contra las naciones paganas (46:1-51:64).
1. Contra Egipto (46:1-28).
2. Contra los filisteos (47:1-7).
3. Contra Moab (48:1-47).
4. Contra Amón (49:1-6).
5. Contra Idumea (49:7-22).
6. Contra Damasco (49:23-27).
7. Contra Arabia (49:28-33).
8. Contra Elam (49:34-39).
9. Contra Babilonia (50:1-51:64) 45.
Apéndice histórico: Cautividad de Sedecías, liberación de Jeconías. Destrucción de Jerusalén (52:1-34).
Autenticidad.
A la vista de esta distribución, podemos decir que el actual libro de Jeremías es una colección de oráculos y de relatos de diferentes épocas de la vida y actividad del profeta, que han sido reunidos al azar en el transcurso del tiempo. En realidad, parece que antes de reunirse en esta colección general existieron antes con unidad independiente en colecciones particulares, como resultado de aportaciones de redactores diferentes. Se suelen reconocer tres estratos en la formación de la actual colección de escritos de Jeremías: 1) oráculos en primera persona (c.1-25); 2) oráculos en tercera persona (c.26-35); 3) biografía del profeta (en tercera persona), dispuesta según un orden cronológico (c.36-45). La primera sección podría en general considerarse como redacción personal del profeta46. En ella está la sección de las llamadas confesiones de Jeremías, porque el profeta refleja sus luchas y problemas personales por cumplir fielmente su ministerio profetice, impuesto por Yahvé. Ningún profeta nos ha revelado como Jeremías ese carácter íntimo del oficio profético. Con toda sinceridad expresa sus dificultades, ansiedades, pensamientos y deseos y los de su Dios. 47
La parte biográfica, en que se habla en tercera persona, y algunos oráculos pueden ser obra de Baruc, su secretario. De todos modos hay que reconocer el carácter fragmentario de cada una de estas secciones. En el texto actual se dice que el profeta dictó algunos de sus oráculos y hechos personales a Baruc.48 Algunos de ellos aparecen en primera persona,49 mientras que otros están redactados en tono narrativo, en tercera persona.50 Los relatos de los c.37-44 parecen ser obra de Baruc, el cual puede considerarse como el principal compilador-redactor de la actual colección. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya abundantes adiciones posteriores al mismo Baruc.51 De hecho, muchos textos tienen gran parecido con otros del libro de Ezequiel,52 lo que indica que las tradiciones oraculares de ambos profetas se interfieren mutuamente, y un redactor posterior, sin mayor preocupación crítica, los asignó a alguno de ellos para que se conservaran en la colección canónica.
Texto y versiones.
Es célebre en la historia de la exégesis la gran discrepancia en el libro de Jeremías de los textos hebreo, masorético y griego de los LXX. La Vg sigue el texto hebraico. 53 En el texto griego falta la octava parte (unas 2.700 palabras) del TM. Esta tendencia a abreviar se concreta en la supresión de epítetos de Dios, fórmulas accesorias que no afectan a la sustancia de los oráculos. Incluso faltan algunos versículos íntegros.54 Además, la disposición de muchos de los oráculos no es igual en el TM y en el texto griego, pues éste coloca los oráculos contra las naciones después de 25:13, mientras que en el TM ocupan los c.46-51. Todas estas diferencias pueden explicarse por la diversidad de criterio del recopilador hebreo y el traductor griego. Así, bien pudo éste tener un criterio abre viador, y por ello suprime cosas que le parecen redundancias. Muchos autores,\sin embargo, suponen que hubo en principio dos textos originales hebreos, uno más ceñido y breve, seguido por el traductor griego y otro más amplificado y redundante, que estaría extendido en Palestina.55
La Vetus Latina está traducida sobre el texto griego, mientras que la versión de San Jerónimo (actual texto de la Vulgata) está sobre el texto hebreo masorético.56 La versión siríaca llamada Peshitta es muy afín al TM, aunque parece que en su redacción actual tiene influencias de la versión de los LXX e incluso del Targum de Jonatán 57.
Estilo literario.
La personalidad del profeta queda perfectamente retratada en su estilo, el cual, lejos de tener el vigor de expresión y la ironía de Isaías, se desliza ingenuamente, reflejando las ansias de paz de un alma atribulada. Se le ha querido comparar con el estilo virgiliano, 58 pero su situación psicológica es muy distinta de la del gran vate romano, y por eso sus expresiones tienen un contenido de tragedia, que, si no alcanzan el radicalismo del libro de Job, sin embargo, matizan sus pensamientos de inquietud y aun de desesperación. Jeremías es un alma nacida para la soledad, la tranquilidad del hogar, y, sin embargo, es lanzado por Dios a la vida agitada política de Judá en los momentos más críticos de su historia. Por otra parte, es un temperamento claramente afectivo, y en esto habría que compararlo con el profeta Oseas, pero no posee la riqueza de imaginación de éste. Pudiéramos caracterizar el estilo literario de Jeremías como carente de adorno. Con la mayor sencillez y sin pretensiones expresa sus profundas ideas, generalmente coloreadas con un aire de tristeza y amargura.
Por otra parte, en sus oráculos es propenso a la repetición de frases, imágenes y pensamientos.59 En su predicación suele depender mucho de la de los profetas anteriores y aun de la doctrina deutero-nomística, lo que es perfectamente explicable teniendo en cuenta que en su tiempo se encontró el libro de la Ley (probablemente el Deuteronomio), el cual le proporcionaba muchas expresiones e ideas estereotipadas para dar a entender sus propias ideas. Sin embargo, no se debe negar a Jeremías la elevada inspiración literaria y poética, ya que, aunque a veces su estilo es difuso y abunda en frases estereotipadas, con frecuencia es muy original en sus simbolismos e imágenes, algunas de belleza extraordinaria. Así, habla de Dios como fuente de agua viva,60 y a Israel lo compara a una camella o asno salvaje que anda alocado tras de los ídolos, 61 y en momentos de especial afección lo compara a una viña amorosamente cuidada por su Dios. 62
Tenía una especial predilección por la vida solitaria campestre, deseando habitar en una cabaña de viandantes en el desierto. 63 También siente nostalgia de la paz doméstica. La vida de celibato le ha sido impuesta por Dios.64 En las confesiones65 es donde mejor se revela el alma profunda del profeta. Su lucha interior entre sus afectos más queridos y su misión parece reflejada en una serie de expresiones sublimes, de una sinceridad desconcertante. En todas sus palabras hay un tono elegiaco y descorazonador, que sólo parece superado por el realismo y vigor de expresión del libro de Job. Algunos autores le han proclamado el poeta más grande entre los profetas de la Biblia.66 Esta afirmación parece basada en el aspecto puramente psicológico de la poesía jeremiana 67; pero, en conjunto, la elevación poética de Jeremías no se acerca a la de Isaías. Desde el punto de vista estilístico del lenguaje, el hebreo de Jeremías es muy inferior al de Isaías, pues aunque es clasicista, sin embargo, no es un estilo tan depurado y aticista como el de su gran antecesor. San Jerónimo dice que el estilo de Jeremías es sencillo y propio de uno que no está habituado a la elegancia ciudadana y literaria, como lo estaba Isaías.68 Los lingüistas encuentran en las expresiones de Jeremías influencias aramaicas en cuanto al vocabulario y a la sintaxis. 69
Aparte de la predicación oracular, Jeremías tiene especial preferencia por las acciones simbólicas para plasmar mejor sus ideas. 70 Este género de predicación era muy adaptado a la mentalidad poco evolucionada de muchos de sus oyentes. Como oriental, el profeta busca impresionar con sus acciones. Ezequiel seguirá esta pauta, y con él otros profetas.
Doctrina teológica.
En Jeremías encontramos las nociones teológicas comunes que ya hemos visto en Isaías, pues habían sido ya propuestas por Amos, Oseas y Miqueas. La gran tradición yahvista se continúa según las grandes ideas monoteístas en el sentido más estricto. Podemos distinguir en la predicación de Jeremías los siguientes apartados teológicos.
1. Dios. - Enfáticamente se dice que los ídolos son vanidades,71 y, por tanto, implícitamente se expresa la idea de la sola existencia del Dios de Judá e Israel, que es la fuente de la vida, 72 y, como Dios, escruta y penetra los más íntimos pensamientos de los hombres. 73 La trascendencia divina aparece en la clara afirmación sobre la creación y conservación de todas las cosas por Yahvé. 74 Como Señor de todo, domina los elementos de la naturaleza y siembra la vida.75 Es omnisciente, y todo lo ha creado y dispuesto con sabiduría.76 Es el Dios omnipotente,77 pero su fuerza no es ciega, sino que la atempera a las exigencias de su justicia.78 Como Juez justo, da a cada uno lo que es suyo. 79 Pero su justicia está contrarrestada con su misericordia. 80
2. Dios y la humanidad, - Supuesto que todo ha sido creado por Dios, se sigue que todas las naciones deben reconocerle como tal.81 Su influencia no se limita sólo a los destinos del reino de Judá e Israel, sino que dirige el curso de la historia de las naciones. Incluso se promete a los gentiles que le reconozcan por Dios el habitar prósperamente en medio del pueblo elegido. 82 Pero por sus pecados tendrán que apurar la copa de su ira, como lo ha tenido que hacer el propio Israel. 83 Dios es el que señala los confines de los pueblos, incluso de los paganos. 84 Y no sólo su justicia descargará sobre ellos, sino que también su misericordia les abraza a todos, y sus ciudadanos podrán disfrutar de los mismos derechos que los del pueblo elegido.
3. Dios e Israel. - Los vínculos que Dios tiene con la humanidad en general quedan reforzados cuando se trata de Israel, pues fue escogido por El con designios providenciales y le ha prodigado toda clase de protección a través de la historia. 85 El profeta compara el cuidado que Dios tiene de Judá al de un agricultor que cuidadosamente cultiva su viña.86 Como Oseas, compara las relaciones de Israel con Dios a las de dos esposos, que han hecho una alianza. 87 Las expresiones en este sentido son sumamente tiernas. 88 Dios e Israel se pertenecen mutuamente. 89 Por eso la apostasía de Israel, yéndose tras de los ídolos, reviste los caracteres de un verdadero adulterio. 90 Israel debía estar unido a Yahvé como el ceñidor a la cintura del que lo lleva, 91 único medio de preservarse intacto. La base de tales relaciones está en el pacto del Sinaí, 92 pero Judá ha roto el pacto, 93 y por eso Yahvé enviará el castigo y la ruina. Después del castigo purificador, Dios hará una alianza nueva, escrita en los corazones, de forma que no haya lugar a su quebrantamiento. 94 Israel volverá después del exilio a ser el hijo primogénito, 95 y Yahvé volverá a ser el pastor único de la grey. 96
Todas estas relaciones se refieren a Dios e Israel como colectividad nacional, pero con la prueba del exilio la responsabilidad individual adquiere más relieve: En esos días ya no se dirá más: Nuestros padres comieron las agraces, y los hijos sufrimos la dentera, sino que cada uno morirá por su propia iniquidad; quien coma el agraz, ése sufrirá la dentera. 97 En efecto, el profeta se plantea problemas puramente personales, sin conexión con la nación israelita como colectividad; así inquiere la razón de sus propias angustias y tragedias íntimas y se plantea el problema sobre la ecuación entre méritos y premios, pecados y castigos, siendo así un antecesor del libro de Job 98. El tono a veces se asemeja al de los Salmos, en los que con toda viveza se plantean las angustias personales de los justos perseguidos y despreciados.
4. El pecado. - En su primera fase de predicación, el profeta fustiga los pecados de Israel como nación, y por ello será castigado por Yahvé. El pecado nacional era la idolatría, el sincretismo religioso y el abandono sistemático de Yahvé como único rector de los destinos de Judá. En esto contrasta con la conducta de los pueblos paganos, que nunca abandonan a sus dioses. El profeta pone en boca de Yahvé esta queja lacerante: ¿Qué tacha hallaron en mí vuestros padres para apartarse de mí e irse en pos de la vanidad de los ídolos? 100 El pueblo ha abandonado totalmente la Ley y se ha entregado a toda clase de excesos: lujuria, violencia, atropellos sociales, falsedad, perjurios, 101 y esto no sólo en la clase humilde, sin formación, sino también en la clase directora 102. El profeta insiste en la malicia del corazón humano como fuente de pecados 103; por eso, en la nueva teocracia mesiánica suspira por un cambio de corazones, ya que no basta la Ley escrita, sino que era necesario grabarla en lo más íntimo de la personalidad humana 104. El profeta suspira por una unión más íntima del hombre con Dios como fuente de vida,105 como fruto de una reconciliación con El por el arrepentimiento y la penitencia. 106
5. Las observancias religiosas. - Como Isaías y los profetas que le precedieron, Jeremías detesta el mero formalismo religioso, al que considera como una hipocresía. Enérgicamente protestaba por la confianza fetichista en el templo de Jerusalén como medio de liberarse de la ira divina. 107 Ante todo predica Infidelidad a Yahvé como consecuencia de un conocimiento profundo de su Ley. Para él, la verdadera religión consiste en la práctica de la justicia con el prójimo 108 y la circuncisión del corazón,109 lo que implica obediencia a la Ley de Yahvé. 110 Los valores éticos deben prevalecer sobre los ritos formalistas de culto: ¿A mí qué el incienso de Sabá y las cañas aromáticas de tierras lejanas? Vuestros holocaustos no me son gratos, vuestros sacrificios no me deleitan. 111 Hasta el arca de la alianza será sustituida en el nuevo orden de cosas, donde prevalecerá la religión del corazón.112 Esa interioridad de la religión en Jeremías se refleja en su espíritu profundo de oración. En todos los momentos críticos de su vida ha acudido a la plegaria como solución a los grandes problemas; así ora por la nación. 113 Dios le prohibe que ore por el pueblo para no verse obligado a emplear su misericordia. 114 Enfáticamente afirma el profeta la eficacia de la oración confiada. 115 En este aspecto, la personalidad de Jeremías es paralela a la de muchos salmistas, que, movidos de una religiosidad profunda, acuden a Dios como único valedor de sus intereses. 116
6. Ideas mesianicas. - A pesar del espiritualismo tan elevado de los oráculos de Jeremías, apenas se encuentran en sus escritos promesas claras mesianicast como hemos visto, al menos en lo referente a la persona del Mesías, en Isaías. Naturalmente, el profeta tiene una profunda esperanza en los destinos mesianicos del pueblo israelita como tal. Así anuncia la restauración de la nación después del castigo del exilio, la cual será gobernada por jefes que, lejos de esquilmarla, como antes, la ayudarán a conseguir toda clase de felicidades. 117 Israel y Judá volverán a unirse para constituir una nación sola, como en el pasado. 118 El templo será nuevamente purificado de toda contaminación, y la ciudad, reedificada. El nombre del futuro rey - reencarnación de David (suscitaré a David, vástago de justicia) - será el símbolo de la nueva teocracia y llevará el nombre prometedor de Dios, nuestra justicia.119 Todos reconocerán al nuevo rey, vástago de David, como lugarteniente de Yahvé, 120 porque implantará un reinado de justicia y de equidad: Yo suscitaré a David, vástago de justicia, que como verdadero rey reinará prudentemente y hará derecho y justicia en la tierra. En sus días será salvado Judá, e Israel habitará en paz.121 Y toda esta situación de paz vendrá como consecuencia de una nueva alianza - grabada en los corazones - signada entre Yahvé y su pueblo. El pecado desaparecerá y no volverá a romperse lo pactado, como en días antiguos. 122
Jeremías y el Deuteronomio.
Durante la vida de Jeremías tuvo lugar un acontecimiento trascendental en la vida religiosa de Judá: el hallazgo del libro de la Ley en los cimientos del templo en 621 a.C. reinando Josías. 123 Generalmente se admite entre los críticos que el libro hallado - cuyo contenido consternó a los fieles yahvistas de la época por las amenazas que en él se consignan contra los transgresores de la Ley - es el Deuteronomio, al menos los capítulos 12-26 del mismo. Ahora bien, en los escritos de Jeremías no encontramos la más mínima alusión a este hecho. Según la Biblia, el profeta había iniciado su ministerio hacia el año 627 (decimotercer año del reinado de Josías). ¿Qué influencia tuvo el profeta en la reforma religiosa que siguió al hallazgo del libro de la Ley? Una de las cosas que más se urgieron en esta reforma fue la centralización del culto en el templo de Jerusalén, como base del retorno a Yahvé. Pero hemos visto que el profeta apenas da importancia a la religión ritualista externa, a los actos de culto formalísticos, sino a la religión del corazón. No obstante, no por esto debemos generalizar su actitud de oposición al culto externo. Como Isaías, ataca a los actos de culto externo cuando van desprovistos de la entrega del corazón a Dios, con lo que esto supone de reconocimiento de sus derechos, plasmados en la legislación positiva dada al pueblo elegido. Es verdad que Jeremías urge ante todo la circuncisión del corazón, 124 la rectitud de intención, 125 la sumisión a la voluntad divina 126 y la práctica de las virtudes sociales. 127 En esto no hace sino colocarse en la línea doctrinal de los antiguos profetas. Precisamente en el Deuteronomio se urgen el monoteísmo estricto, el amor a Dios con todo el corazón y las virtudes sociales como parte fundamental de la vida religiosa. En este sentido, Jeremías se halla dentro de la línea deu-teronomística. Por otra parte, los críticos han sorprendido muchas frases en los escritos de Jeremías que parecen depender del Deuteronomio. 128 El fomentar el culto externo era tarea de los sacerdotes como tales, y de seguro que por su propio interés no dejarían de inculcar la necesidad de que todos los israelitas fueran a Jerusalén a cumplir sus votos y sus sacrificios. Jeremías, como los profetas anteriores - Amos, Oseas e Isaías - , ante todo urgía el cumplimiento de los valores éticos y del espíritu. En esto no hace sino seguir la pauta de Isaías. También éste tenía que conocer los esfuerzos de reforma religiosa desplegados por el rey Ezequías - sobre todo la lucha contra los lugares de culto fuera del templo - , y, sin embargo, Isaías no se preocupa de predicar el cumplimiento de los actos meramente cultuales. Esta labor incumbía a los sacerdotes, los cuales, por otra parte, apenas se preocupaban de predicar el cumplimiento de las virtudes sociales y la entrega del corazón a Dios. Jeremías, pues, en esto no es sino un mero continuador de la antigua tradición profética.
1 Jer 1:1. En 2 Re 22:8 se habla de un sacerdote llamado Helcías, que descubrió el libro de la Ley; pero puede ser otro personaje distinto del padre del profeta. - 2 1 Re 1:26. - 3 Jer 1:2-19; 25:3- - 4 Jer 11:18-12:6. - 5 Jer 19:1-20,6. - 6 Jer 26:1-19; 7:1-28. - 7 Jer 11:1-5.9-14; 22:13-19. - 8 Jer 36:1-32. - 9 Jer 27:12-15. - 10 Jer 43:1-44:30. - 11 Cf. A. Condamin, Jérémie, 0.269 XII; J. Gutmann, Jeremía-Apokriphon: Encyclo-pedia ludaica, VIII (1931) 1092-1094; Tertuliano: PL 2:137; San Jerónimo, Adv. Éïõ. 2:37: PL 23:335; San Isidoro: PL 83:142. - 12 Cf. Seder Olam Rabba 26. - 13 Jer 15:10-18; 20,7-9.14. - 14 Jer 14:11. 19 Jer 20:8. - 15 Jer 20:7-9. - 16 Jer 15:1. - 17 Jer 1:10. - 18 Jer 6:27. - 20 Jer_28:6. - 21 jer 15:10; 20:8. - 22 jer 20:8. - 23 Jer 20:7. - 24 Jer 20:7-9. - 25 Jer 15:10s. - 26 Jer 16:19. - 27 Jer 36:23; 11:18-21; 18:18-23; 26:8s, - 28 Jer 15:15-16; 20:12. - 29 Cf. 2 Re 21:16. 32 Cf. 2 Par 35:21. - 30 2 Re 22:8s. 33 Cf. 2 Re 23:33; Jer 22:10. - 31 Cf. 2 Re 23:15-20.. - 34 Cf. 2 Re 23:37; Jer 22:13-17 - 35 Cf. 2 Re 24:7. Véase también Flavio Josefo; Contra Appionem I 19:135-141; y Antiq, X 11:1:219-221. Véase Bi 8 (1927) p.401. - 36 Cf. 2 Re 24:1 - 37 2 Re 24:2. - 38 2 Re 24:3. - 39 Jer 22:19. - 40 Jer 52:318. - 41 Jer 27:1. - 42 Cf. Ez 29:175. - 43 Cf. Ez 30:20-25. - 44 Jer 34:8s. - 45 Cf. Hopfl-Miller-Metzinger, Introductio specialis in V. T. (Roma 1946) p.441. - 46 Es la tesis de E. Podechard, Le livre de Jérémie. Structure et formation: RB 37 (1928) 181-197. Nótscher la acepta en general; cf. su obra Das Buch Jeremías (Bonn 1934) 21-23 - 47 Cf. Jer 11:18s; 15:10-21; 17:14-17; 18:18-20; Jer_20:75. - 48 Jer 36:4.27.32; 45:1. - 49 Jer 1:1-6; 11:6.9. - 50 Jer 7:1; 11:1; 19:14; 20:3. - 51 Entre ellas se suelen citar por los críticos: Jer 10:1-16; 52:1-34; 17:19-27; Jer_50:1-51 :58. Cf. A. Condamin, Jérémie et la critique radicale en Allemagne: RScR 6(1916) 167-184; F. Nótscher, O.C., 21S. - 52 Compárese Jer 3:6-10 y Ez 16 y 23; Jer 7:16; 11:14, Y Ez 14:12-20. - 53 Cf. San Jerónimo, In ler.: PL 28:848. - 54 Por ejemplo: 8:10-12; Jer_10:6-8; 11:75; 17:35; 23:105; 29:16-20. - 55 Así J. Gotsberger, Giesebrecht, E. Tobac, Steuernagel. - 56 Cf. A. Condamin, Les caracteres de la traduction de la Bible par St. /eróme: RScR 2 (1911) 105-138; A. Penna, S. Gerolamo (Turín 1949) 371-377· - 57 Cf. A. Rahalfs, Beitrdge zu Textkritik der Peshitta: Zatw 9 (1899) 161-210; P. Churgin, Targum Jonathan to the Prophets (N. Haven 1907). - 58 Cf. A. Penna, o.c., p.17. - 59 Cf., por ejemplo, 2:28b y 11:133; 4:6 y 6:1b; 5:9 y 9:9; 7:16 y 11:14, etc. Véase una lista más completa en A. W. Streane, Jeremiah, 34. - 60 Jer2:13 - 61 2:23-24. - 62 2:21. - 63 Jer 9:1. - 64 Jer 16:35. - 65 Jer 11:18-23; 15:10.15-21; 17:14-18; 18:18-23; 20,7-17. - 66 Así P. Volz, Der Pmphet Jeremía (Lipsia 1922) p.xxxvi. - 67 Es la opinión de Ë. Ñåííá, o.c., 18. - 68 San Jerónimo: PL 28:903. - 69 Cf. C. Zimmer, Aramaismi lereminiani (Halle 1880). - 70 Las acciones simbólicas aparecen en 13,is; 18:2s; 18,is; 32:85. - 71 Jer 2:5; 8:19; 18:8. - 72 Jer 2:13. - 73 Jer 23:235. - 74 10:16; 27:5; 31:35-37- - 75 5:24; 10:13; 14:22; 31:35- - 76 32:18; 10:12. - 77 21:1; 32:19; 4:27- - 78 32:19; 3:12; 4:27; 5:18. - 79 31:3-11; 33:11. - 80 16:19. - 81 12,l6. - 82 25:15s. - 83 4:6; 19,3; 22:7; 43:10. - 84 12:l6. - 85 Jer 2:6; 11:4; 23:7; 32:20.21. - 86 Jer 2:21; 12:10; cf. Is 5:1. - 87 Jer 2:2. - 88 Jer 3:4. - 89 Jer 24:7- - 90 Jer 2:11. - 91 Je 13:11. - 92 Je 11:33; 14:21. - 93 Je 22:9. - 94 Je 31:31s. - 95 Je 31:9- - 96 Jer 23:35. - 97 Jer 31:29. - 98 Job 21:7; Sal 37:1s. - 99 Jer 20:13; cf. Sal_40:18; 70:6. - 100 Jer 2:5. - 101 Jer 5:8; 5:1s; 7:9. - 102 Jer 2:8.26; 5:5; 8:10. - 103 Jer 17:9. - 104 Jer31:31s. - 105 Jer 2:13. - 106 Jer 18:23. - 107 Jer 7:4; 3:134; 33:8. - 108 Jer 22:16. - 109 Jer 4:4. - 110 Jer 7:23. - 111 Jer 6:20; 7:21s; 14:12; 7:4; 11:15. - 112 Jer 12:2:11; 29:13. - 113 Jer7:16; 11:14; 24:6; 32:16. - 114 Jer 7:16; 11:14; 11:11. - 115 Jer 27:18; 37:3. - 116 Sobre la personalidad espiritualista profunda de Jeremías véanse los siguientes artículos del P. M. L. Dumeste, Le message du prophéte Jérémie: Vie Spirituelle, 55 (1938) 38-59; id., Jérémie et la religión de l'Esprit: ibid., 156-182; id., La religión personnelle de Jérémie: ibid., 56 (1938) 40-59. - 117 Jer 23:8; 31:2-6. - 118 Jer 23:6. - 119 Jer 23:6. - 120 Jer 30:9 - 121 Jer 23:3-7· - 122 Jer 31:Sal_31:33· - 123 Cf. 2 Re 23:1-3- - 124 Jer 4:4; 17:1. - 125 Jer_2:20; 17:16. - 126 Jer 3:17; 9:2-5; 22:16. - 127 jer 5:1:6; 9:1-5; 22:135. - 128 Jer 2:5; 8:19; 14:22; 16:19, y Dt 32:21; Jer 2:6 y Dt 32:10; Jer 7:24; 9:14, y Dt 29:19; Jer 4:4 Y Dt 10:16; Jer 5:15 Y Dt 28:49; Jer 7:18; 8:19; 25:7, Y Dt 4:25; 31:29; 32:16; Jer 7:33; 16:4 Y Dt 28:26; Jer 11:3 y Dt 11:265; Jer 11:4 y Dt 4:20; Jer 11:5 y Dt 7:13; Jer 15:4; 24:9 y Dt 28:25; Jer 23:17 y Dt 29:19.
Jeremías 31,1-40
31. Restauración de las tribus. Retorno de la diáspora.
Podemos dividir el capítulo en cuatro secciones lógicas: a) profecía sobre la restauración de Israel, principalmente de las tribus del reino del Norte (Samaría), unidas de nuevo a Judá (v.2-6); b) retorno gozoso de los judíos de la Diáspora (7-14); c) profecía sobre la restauración del reino del Norte (15-22); d) pequeños oráculos sobre el futuro (23-40). Esta última parte está en prosa, mientras que las anteriores están en verso.
Restauración de las tribus (1-6).
1 En aquel tiempo oráculo de Yahvé seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellos serán mi pueblo. 2 Así dice Yahvé: Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; se fue a su reposo Israel. 3Desde lejos se le hizo ver Yahvé. Con amor eterno te amé, por eso te he mantenido favor. 4De nuevo te edificaré y serás edificada, virgen de Israel. 5 Todavía volverás a adornarte con tus tímpanos y saldrás en alegres danzas. Todavía plantarás viñas en las alturas de Samaría, y los que las planten las gozarán. 6Porque vienen días en que los atalayas clamarán en el monte de Efraím: ¡Levantaos y subamos a Sión, a Yahvé, nuestro Dios!
En la época de la restauración final, Yahvé será el centro de todas las tribus o familias de Israel, es decir, de los dos reinos, separados después de Salomón. Todas constituirán el pueblo de Dios como en los tiempos del éxodo.
La época del desierto quedó como la era ideal en el pasado de las relaciones íntimas entre Yahvé y su pueblo. Los profetas añoraban la simplicidad de aquellos tiempos cuando los israelitas aún no se habían contaminado con las idolatrías y vicios de los pueblos sedentarios de Canaán 2. Por eso el profeta, al describir la nueva liberación del exilio babilónico, piensa en una nueva vida en el desierto, en que las relaciones de Yahvé con su pueblo, en vías de repatriación, lleguen a la máxima intimidad. La palabra, pues, desierto aquí es término de comparación, para despertar las ilusiones del pueblo, que vivía aún de los recuerdos de las maravillas del éxodo. El pueblo escapado de la espada (v.2), e.d., los supervivientes de las calamidades de la guerra y del desierto, halló gracia en el desierto, al encontrarse de nuevo bajo la protección de su Dios, que los acompaña paternalmente a través del desierto siró-arábigo en su retorno a la patria. El profeta piensa en las caravanas de repatriados que con Zorobabel y demás guías de Israel fueron retornando a Palestina después del decreto libertador de Ciro en 538 a.C. La palabra desierto puede significar lo equivalente a triste, luctuoso, lugar de prueba, y entonces el profeta contrapondría la situación de vida de pruebas en el desierto y la intervención milagrosa divina que los salva de la situación triste del exilio; es decir, su gracia, su protección misericordiosa. Precisamente en estos años de prueba, como los pasados en el desierto del Sinaí, fueron los años en que se fraguará la nueva alianza entre Israel y su Dios protector. Como consecuencia de esta protección, Israel se reintegró a su tierra: se fue a su reposo Israel (v.2b), a la heredad santa, donde podrá disfrutar de los bienes otorgados por Dios.
Y la iniciativa para entrar en nuevas relaciones de amistad partió del mismo Yahvé. El pueblo se hallaba alejado de su Dios por sus pecados y confinado en las lejanías del destierro, abandonado a su suerte, sin posibilidad propia de rehabilitarse; pero Yahvé tuvo compasión de él y desde lejos se le hizo ver (v.3), ofreciendo sus gracias y protección para sacarle de aquel mísero estado. Y a continuación se explica la razón de esta actitud de Dios: Con amor eterno te amé; por eso te he mantenido favor (v.3b). A pesar de las infidelidades de Israel, Yahvé, exclusivamente por amor, decidió volver a tener relaciones amistosas con su pueblo. Sus predilecciones por Israel son eternas, e.d., muy antiguas, desde su elección en Abraham y desde su liberación de Egipto 3. Por eso promete restaurarla en su vida nacional: de nuevo te edificaré, y seras plantada (v.4). Israel es concebida como una viña o plantación que cuidadosamente es plantada por Yahvé para que dé frutos. La expresión virgen de Israel tiene un particular acento idílico de ternura. Israel es considerado como una doncella virgen que merece de nuevo los amores de su verdadero Esposo 4, y se le promete el volver a participar de las alegrías de la vida, como las jóvenes de su edad: volverás a adornarte con tus tímpanos y saldrás en alegres danzas (v.5). Bajo estas imágenes, llenas de ingenuidad, se insinúa la nueva vida de Israel como pueblo entregado a su vida pacífica alegre, gozando de sus propios bienes, después de haber pasado la época de la opresión y de la devastación. De nuevo surgirán las nobles alegrías de la vida y el Jolgorio de la juventud en las plazas festejando los anales familiares y nacionales del pueblo.
Los israelitas podrán de nuevo dedicarse a sus trabajos de campo con la esperanza de participar de sus frutos: plantarás viñas en las alturas de Samaría (v.5). Este verso parece indicar que la profecía se centra sobre todo en la restauración del reino del Norte, con Samaría por capital. Samaría era famosa por sus vinos 5. La expresión y los que las plantan las gozarán indica la paz del país 6. Ya no serán los exactores extranjeros los que disfrutarán de los frutos que no son suyos, sino que los usufructuarán los propios israelitas establecidos en su país.
Y con la paz vendrá la restauración plena del culto en Jerusalén. De nuevo las doce tribus se considerarán ligadas a Sión como centro religioso, y por eso en aquellos días los atalayas clamarán en el monte de Efraím: Levantaos y subamos a Sión, a Yahvé, nuestro Dios (v.6b). Esos atalayas o centinelas parecen ser los que estaban en las cimas de las colinas vigilando la salida de la nueva luna para anunciar a todo el país el momento de las fiestas pertinentes al nuevo mes o neomenias. Quizá se aluda también a la paz total que reinará en el país. En adelante los atalayas, que antes estaban encargados de anunciar invasiones militares, anunciarán sólo acontecimientos religiosos: las asambleas santas en Sión, donde mora Yahvé, el Dios de todos. La expresión monte de Efraím es clásica para designar el reino del Norte, de Samaría, centro de un culto cismático a Yahvé desde los tiempos de Jeroboam, en el siglo ÷ antes de Cristo.
Retorno glorioso de la Diáspora (7-14).
7 Pues así dice Yahvé: Exultad por Jacob con alegría, gritad loores a la primera de las naciones, publicad, alabad y exclamad: Yahvé ha salvado a su pueblo 7, a los restos de Israel. 8 He aquí que los voy a hacer venir de la tierra del aquilón, y los reuniré de los extremos de la tierra, entre ellos al ciego y al rengo, a la embarazada y a la recién parida juntamente, Qué gran comunidad la que vuelve! 9 Salieron entre llantos 8, y los guiaré con consolaciones; yo los guiaré a las corrientes de las aguas, por caminos llanos para que no tropiecen, pues yo soy el Padre de Israel, y Efraím es mi primogénito. 10 Oíd, naciones, la palabra de Yahvé, dadla a conocer a las lejanas islas, y decid: El que dispersó a Israel lo congrega y lo protege como el pastor a su rebaño. 11Pues Yahvé ha redimido a Jacob, le rescató de mano más fuerte que él. 12Vienen dando gritos de júbilo por las alturas de Sión, afluyendo para gozar de los bienes de Yahvé: el trigo, el vino, el aceite, los corderos y los terneros; y será su alma como jardín regado, y no volverán a languidecer. 13Entonces la virgen danzará alegre en el corro, jóvenes y viejos, todos juntos; trocaré en júbilo su tristeza, los consolaré y convertiré su pena en alegría. 14 Saciaré a los sacerdotes de la grosura de las víctimas, y se hartará mi pueblo de mis bienes, oráculo de Yahvé.
Yahvé invita a celebrar el retorno glorioso de Israel, la primera de las naciones (v.7), en cuanto que ha sido escogida por El como heredad particular para que participara de sus beneficios materiales y espirituales 9. Por eso es su pueblo, y ésa es la razón de que le haya salvado, a pesar de estar reducido a un resto, después de tantas calamidades y guerras 10.
A continuación describe el retorno de la Diáspora de la tierra del alquilón y de los extremos de la tierra (v.8). El retorno será completo, alcanzando aun a los tarados físicos e impedidos (v.8b). Ningún obstáculo se opondrá a la manifestación de la omnipotencia liberadora de Yahvé, que los guiará y asistirá paternalmente durante la travesía de retorno. La caravana de los repatriados es inmensa. El profeta se complace en contemplar la muchedumbre que retorna: ¡qué gran comunidad la que vuelve! Y contrapone dos situaciones históricas: Salieron entre llanto (v.8c) en otro tiempo camino del destierro, y ahora vuelven con consolaciones bajo la guía paternal de Yahvé, que dirige la repatriación, facilitando el paso de la caravana por caminos llanos para que no tropiecen (v.8c), llevándolos a las corrientes de las aguas11. El paso por el desierto lleva consigo el peligro de perecer de sed. Pero esto no ocurrirá en el retorno de los exilados por el desierto, ya que Yahvé, que los guía personalmente, se encargará de llevarlos por senderos que lleven a los oasis y pozos que jalonan las rutas de la estepa para los que las conocen. Porque Yahvé es el Padre de Israel, que siente un afecto profundo hacia el pueblo que ha elegido y criado como hijo suyo 14.
Efraím era la tribu principal del reino del Norte, y aquí es sinónimo del mismo, que es el primogénito de Dios, según expresión conocida aplicada a Israel en general15. El profeta contrapone aquí al reino del Norte (Efraim), en exilio, a las otras naciones, y en este sentido es el primogénito, en cuanto que es parte del Israel total histórico, objeto de las promesas divinas. No se le quiere anteponer al reino de Judá, del que hablará a continuación. El profeta concibe a ambos reinos como parte integrante del Israel auténtico tradicional, con sus doce tribus, descendientes de Jacob.
El profeta, obsesionado con la idea del retorno glorioso de su pueblo, invita enfáticamente a todas las naciones, a las lejanas islas, o pueblos costeros del Mediterráneo, a reconocer el gran hecho de la salvación del pueblo israelita, disperso en todas las regiones. Yahvé lo dispersó primero para castigarlo y purificarlo en la prueba, siendo los pueblos invasores que lo dispersaron meros instrumentos de la justicia divina 16. Pero ahora ha llegado el momento de la liberación, y por eso Yahvé lo protege como el pastor a su rebaño (v.10b). Es inútil, pues, que se opongan a sus divinos designios obstruyendo el retorno de los expatriados, pues Yahvé ha redimido a Jacob (v.11), rescatándolo de mano más fuerte que él. A pesar de la insignificancia del pueblo israelita, ha logrado substraerse del poder omnímodo mesopotámico gracias a la intervención directa divina.
Después de describir la travesía gloriosa por el desierto y su éxodo triunfal de entre las naciones, el profeta, lleno de júbilo, contempla la reanudación del culto solemne en Sión, adonde afluyen con gritos de júbilo (v.12) de todas las tribus. Como premio a su nueva religiosidad, Yahvé proveerá de toda clase de bienes materiales: el trigo, el vino, el aceite, los corderos, los terneros., siendo su alma como un jardín regado (v.12); es decir, los israelitas serán abastecidos de toda clase de ubérrimos frutos, como al jardín que no le falta la abundante irrigación del agua. Han pasado los tiempos del hambre y de la devastación de la campiña por el enemigo invasor, y de nuevo empezarán a surgir los tradicionales productos palestinianos de trigo, vino y aceite. Con ello la alegría reinará por doquier: la virgen danzará alegre en el corro (v.15). El luto ha sido sustituido por el sano júbilo popular, fruto de la seguridad nacional bajo la protección de Dios.
Con la abundancia de bienes vendrá la afluencia de sacrificios en el templo, de forma que los sacerdotes se verán cumplidos: saciaré a los sacerdotes de la grosura de las victimas (v.14). Muchos autores han querido suprimir este verso como espúreo, porque parten del prejuicio de que Jeremías es sistemáticamente opuesto a todo lo que sea manifestación de culto externo en el templo. Pero el verso está en todos los códices y versiones. Por otra parte, no se opone a un culto externo, siempre que esté basado en una convicción interior profunda, con la entrega de los corazones a Yahvé. En la nueva teocracia, los sacerdotes participarán de los beneficios debidos a su clase. De nuevo tenemos que repetir que bajo estas imágenes de bienes materiales hay que ver la idea sustancial mesiánica de felicidad y paz. Los profetas, hombres de su tiempo, hablando para sus contemporáneos, conciben el mesianismo con colores terrenos. Sin embargo, lo sustancial de su mensaje la justicia y paz de las conciencias se cumple en la era mesiánica inaugurada por el Mesías, que, por otra parte, tiene su plena manifestación en la etapa celeste.
Restauración del reino del Norte (15-22).
15 Así dice Yahvé: Una voz se oye en Rama, un lamento, amargo llanto. Es Raquel que llora a sus hijos y rehusa consolarse por sus hijos, pues ya no existen. 16 Así dice Yahvé: Cese tu voz de gemir, tus ojos de llorar, porque hay compensación a tus penas. 17 Hay aún esperanza para tu porvenir, oráculo de Yahvé 17. Volverán tus hijos a su territorio. 18 Oigo a Efraím lamentarse: Tú me has castigado y yo recibí la reprensión como novillo indómito. Conviérteme y yo me convertiré, pues tú eres Yahvé, mi Dios. 19 Porque después de mi defección me he arrepentido; luego que entré en mí, heríme el muslo. Estoy confuso y avergonzado, pues llevo sobre mí el oprobio de mi mocedad. 20¿No es Efraím mi hijo predilecto, mi niño mimado? 18 Pue cuantas veces trato de amenazarle 19, me acuerdo de él; por eso se conmueven mis entrañas por él, y tengo que tener piedad de él, oráculo de Yahvé. 21Ponte hitos, alza jalones, pon toda atención en la calzada, el camino que antes recorriste. Vuelve, virgen de Israel, retorna a estas tus ciudades. 22¿Hasta cuándo has de andar titubeando, hija descarriada? Pues hará Dios una cosa nueva en la tierra: la hembra rodeará al varón.
De un modo conmovedor, el profeta describe el retorno de las dos tribus del norte (reino de Samaría). Muchos autores creen que es de la primera época de su actividad profética, por su parecido conceptual y estilístico con 3:12ss. A medida que la catástrofe de Judá se acercaba, Jeremías fue centrando su atención en torno a ésta; pero en los primeros tiempos felices de Josías sentía obsesión por la suerte trágica de los hermanos deportados del reino del Norte en el 721, un siglo antes. También para ellos hay esperanza de salvación.
En su sensibilidad extrema le parece oír los llantos de Raquel, la esposa predilecta de Jacob, al ver camino del destierro a sus descendientes (v.15). Raquel era la madre de José, padre a su vez de Efraím y de Benjamín, representantes, por su importancia histórica, del reino cismático del Norte. Precisamente en una de estas tribus se hallaba localizada, según la tradición, la tumba de Raquel20. Rama es la actual er-Ram, a 10 kilómetros al norte de Jerusalén, junto a la calzada que conducía a Samaría. El profeta refleja poéticamente el duelo de la madre Raquel por la suerte de sus hijos, que avanzan hacia el norte en tristes caravanas camino del destierro.
El profeta se atreve a consolarla en nombre de Dios, porque la situación va a cambiar súbitamente: cese tu voz de gemir., porque hay compensación para tus penas (v.16). Sus dolores de alumbramiento de hijos no han sido vanos, pues no desaparecen totalmente, ya que llegará la hora del retorno a la patria; por eso hay esperanza para su porvenir (v.17).
Esta esperanza está basada en el arrepentimiento de Israel en el exilio: oigo a Efraím lamentarse: Tú me has castigado. (v.18). Se reconoce rebelde como novillo indómito, que al fin es vencido por la astucia de su dueño y se deja llevar de la cuerda: conviérteme y yo me convertiré (v.15c). En su plena juventud, lleno de vitalidad, era indómito, y se dejó llevar por vías extrañas a las de Yahvé. Pero la prueba del exilio le ha hecho comprender su falsa situación, y pide humildemente que le haga volver a El: conviérteme y yo me convertiré.
Reconoce humildemente su causa y se da golpes de compunción: luego que entré en mi, herime el muslo (v.19). Es el gesto que expresa consternación, dolor21. Está avergonzado por el oprobio de su mocedad (v.19b). Es la alusión a sus desviaciones en los tiempos en que como pueblo se sentía joven y se permitía el lujo de abandonar inconscientemente a su Dios 22.
Por otra parte, Yahvé siente una debilidad inexplicable por Israel: ¿No es Efraím mi predilecto, mi niño mimado? (v.20). Muchas veces ha querido castigarlo según merecía, pero instintivamente se acuerda de esta predilección y se arrepiente del castigo que iba a enviarle (v.20b), y siente que sus entrañas se conmueven. La frase es bellísima y antropomórfica. El profeta finge un soliloquio divino para explicar esa lucha que en El siente entre los derechos de su justicia y el amor que tiene por Israel: ¿cómo explicar el que, a pesar de ser Efraím infiel, le ame tanto? 23. Es la historia del amor divino en sus relaciones con los pecadores de todos los tiempos. Por fin, el profeta describe la última fase de este proceso de retorno. Ha llegado la hora de emprender el camino de la patria, y es necesario conocer bien las sendas. Israel es representado como una dama, la virgen de Israel (v.21c), que anda vacilante al tomar el camino de retorno. Llega la hora de volver a encontrarse con el Esposo, Yahvé, y, por tanto, no es el momento de perder el tiempo en indecisiones. Israel parece que se ha acostumbrado a la vida huérfana del exilio, y al sentirse libre tiene los miembros como entumecidos y anda remisa en emprender el regreso. El profeta le exhorta enfáticamente a ello. Es el grito de las ansias reprimidas de Jeremías, que desea ver a su pueblo establecido en su patria. Por eso les pide que preparen cuidadosamente el itinerario, colocando jalones para no extraviarse: ponte hitos, alza jalones, pon tu atención en la calzada, el camino que antes recorriste (v.21b). Israel debe hacer memoria del camino que en otro tiempo siguió hacia el destierro, para no perderse en el desierto. Es una exhortación poética para destacar la inminencia y seguridad del retorno. Yahvé tiene tan decidida su repatriación, que ya pueden los exilados ir pensando en preparar el itinerario de las caravanas de retorno.
Debe, pues, salir de la somnolencia producida por los años de exilio y estar lista para el camino: ¿hasta cuándo has de andar titubeando? (v.22). Israel no debe temer, pues va a gozar de una protección especial, ya que hará Dios una cosa nueva en la tierra: la hembra rodeará al varón (v.22). El sentido de este verso ha sido muy discutido, y los autores no convienen en señalar en qué consiste esa cosa nueva. San Jerónimo veía en ello la concepción misteriosa virginal del Mesías24. Pero nada en el contexto insinúa esta interpretación 24.
La versión de los LXX difiere totalmente del TM, que es seguido por la Vulgata. Dice el texto griego: El Señor suscitará la salvación para una nueva plantación; los hombres rodearán en salud, que realmente no hace sentido, lo que indica que el texto original hebreo era para los traductores un misterio. La Vetus Latina trae un texto similar a los LXX 25.
En la tradición judía no se le daba sentido mesiánico 26. Las sentencias de los autores modernos son muy diversas 27. Generalmente, los autores católicos suelen entender la frase misteriosa en el sentido de que la hembra es Israel, esposa de Yahvé, que es el varón. La cosa realmente nueva que Dios va a crear o hacer aparecer es que Israel en la nueva etapa rodeará al varón (Yahvé), es decir, buscará afanosamente adherirse a Yahvé como su Dios, y esto es algo admirable dada su propensión innata a la idolatría y a apartarse de las prescripciones de Yahvé. Este sentido está conforme con la profecía de Jeremías de que en la nueva alianza la Ley estará escrita en los corazones 28. Por otra parte, el símil del desposorio entre Dios e Israel es un lugar común en la literatura profética 29. Además, parece que éste es el sentido que da la versión siríaca: la mujer amará diligentemente al varón, interpretación seguida por San Efrén 30.
Recientemente se ha propuesto una luminosa solución que también parece encajar en el contexto: el profeta invita a los exilados a no vacilar y a que preparen el camino, y para que no sientan aprensiones sobre los peligros del itinerario por el desierto, les anuncia un portento inaudito: la hembra rodeará al varón. En las caravanas, normalmente, las hembras, con sus niños, como seres indefensos, van en el centro de la comitiva, mientras que los varones, como más fuertes, van en los flancos, con las armas en la mano, dispuestos a defender a los componentes de la caravana contra cualquier repentina incursión o razzia de los belicosos beduinos. Esta disposición es la normal; pero, en la caravana de retorno de los exilados, Dios los protegerá directamente, en tal forma que las mujeres pueden libremente ir en los flancos rodeando al varón, que iría descuidado en el centro, pues no habrá peligros inesperados. Así, pues, aquí se exaltaría la suprema seguridad de que disfrutarán los repatriados en su camino de retorno 31.
Reconstrucción de Judá (23-26).
23 Así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: Todavía se dirán estas palabras en la tierra de Judá y sus ciudadades cuando yo haga volver a sus cautivos: Bendígate Yahvé, sede de justicia, monte de santidad. 24 Pues habitarán en ella Judá y todas sus ciudades juntamente, los agricultores y los pastores de rebaños. 25 Porque yo saciaré a toda alma desfallecida y hartaré a toda alma languideciente. 26 Por esto, al despertar y ver, me fue dulce mi sueño.
Yahvé promete al reino de Judá la reconstrucción que había prometido al reino del Norte. En sus designios forman un solo pueblo. Será una reconstrucción material y, sobre todo, moral y religiosa. La profecía puede ser compuesta después de la ruina de Jerusalén en el 586, para consolar a los israelitas, decepcionados en sus ilusiones. No todo estaba perdido, porque Yahvé velaba sobre los destinos de su pueblo. El profeta se transporta mentalmente al momento en que los exilados, ya de retorno a su patria, saludan jubilosos a la Ciudad Santa: Bendígate Yahvé, morada de justicia, monte de santidad (v.23). Judá será un país de justicia, porque definitivamente reinará en él la equidad 32, y el centro será el monte de santidad, es decir, Sión, morada de Yahvé, que vive en una atmósfera de santidad y lo santifica todo con su contacto 33.
A su sombra florecerá de nuevo la vida nacional en su plena manifestación. Resurgirá la vida industrial, agrícola y ganadera, de modo que todos se sientan contentos en la nueva sociedad: saciaré a toda alma desfallecida y hartaré a toda alma lánguida (v.25). La abundancia será la característica de los nuevos tiempos. También aquí el profeta idealiza mucho el cuadro, pues sabemos que los años que siguieron a la repatriación fueron bien penosos y estrechos; pero el sentirse libres en su patria endulzaba sus trabajos. Por otra parte, como siempre, en la mente del profeta se superpone el horizonte mesiánico, que ve vinculado inicialmente a esta primera etapa de repatriación. En la época del Mesías, la felicidad será plena.
La frase del v.26 es enigmática y diversamente traducida 34. Muchos autores 35 la explican en el sentido de que el profeta, maravillado de la grandiosa perspectiva liberadora de su pueblo, se sentía como al despertar de un dulce sueño: por eso, al despertar y ver, fue dulce mi sueño. Otros autores creen que la frase es una observación del lector, añadida posteriormente, el cual, al leer tan espléndidas perspectivas para su pueblo, pensaría que todo eso era demasiado bello para que fuera realidad, y así lo catalogaría entre los dulces sueños.36
Resurrección de Israel y Judo (27-28).
27 He aquí que vienen días oráculo de Yahvé en que yo sembraré la casa de Israel y la casa de Judá de simiente de hombres y de simiente de animales, 28 y sucederá que lo mismo que velé sobre ellos para arrancar y destruir, para arruinar y devastar, así velaré sobre ellos para edificar y plantar, oráculo de Yahvé .
Es la promesa de la repoblación de los países asolados de Israel y Judá. Después de la guerra han quedado despoblados, y es preciso que Dios favorezca de nuevo la multiplicación de sus habitantes y de sus ganados. Yahvé ahora va a actuar como el sembrador que lanza a voleo el grano que debe germinar: yo sembraré. de hombres y animales (v.27). Es de notar que el vaticinio se refiere a los dos reinos separados, el de Israel y el de Judá, que en los futuros planes de Dios están destinados a constituir un solo reino mesiánico. Ha pasado el tiempo del castigo y llega la hora de vivir ambos en paz dentro de la abundancia. Israel y Judá son comparados a un campo feraz, bien dispuesto para la siembra que Yahvé mismo va a realizar. Antes Dios había enviado el castigo, la devastación y la ruina para salvaguardar los derechos de su justicia y de su santidad: velé sobre ellos para arrancar y destruir. (v.28). Ha sido la primera parte de su labor; pero llega la hora de la segunda: velaré sobre ellos para edificar y plantar (v.28). Las expresiones están calcadas sobre la misión encomendada a Jeremías de anunciar la destrucción y la ruina, de un lado, y después la resurrección y edificación del nuevo pueblo 37. Es el instrumento de la justicia y misericordia divinas, que vela por los intereses de su justicia y de los de su pueblo. Le castiga primero para purificarle y después para premiarle. Si lo destruye primero, es para plantarlo y edificarlo después según un nuevo módulo más espiritual.
La retribución personal (29-30).
29 En esos días no se dirá más: Los padres comieron agraces y los hijos sufrieron la dentera, 30 sino que cada uno morirá por su propia iniquidad. Quien coma el agraz, ése sufrirá la dentera.
En ese nuevo orden de cosas, en el pueblo de Dios reinará una justicia más personal. Hasta ahora predominaba el principio de la responsabilidad colectiva, basada en la interdependencia social de las tribus. La ley de la sangre, esencial en la vida tribal del desierto, traía como consecuencia una interdependencia de intereses que a veces resulta injusta. Los contemporáneos de Jeremías se consideraban injustamente castigados al sufrir ellos totalmente las consecuencias de la catástrofe debida en gran parte a los pecados de los antepasados: los padres comieron los agraces y los hijos sufrieron la dentera (v.29). Este proverbio, que parecía correr entre los exilados 38, expresaba bien su estado de ánimo. Jeremías se hace eco de ello, y anuncia para un futuro próximo una justicia más proporcional basada en la responsabilidad individual. Según las leyes de la solidaridad tribal, los hijos debían pagar por los pecados de los padres. En realidad, los contemporáneos de Jeremías y de Ezequiel no habían sido peores que sus antepasados. Sobre todo, la época del impío rey Manases se había caracterizado por la apostasía general. Y por eso los contemporáneos de Jeremías, que no tenían luces sobre la retribución en la vida de ultratumba, no encontraban justo el sufrir por pecados que ellos no habían cometido. Jeremías concede en parte esto, y les promete una nueva era en la que la responsabilidad será individual. Tampoco Jeremías tenía especiales luces sobre la retribución en el más allá, y por eso sus promesas se basan en la esperanza de una justicia perfecta en la era mesiánica. No habrá entonces pecado nacional, porque Yahvé hará que la ley reine en los corazones, y, así, la masa total del pueblo vivirá centrada en torno al pensamiento de su Dios. Si alguno peca, él solo será castigado, sin infringir daño a la nación. Por eso ya no tendrá vigencia el viejo proverbio: los padres comieron los agraces y los hijos sufren la dentera. El nuevo reino mesiánico será, en su marcha, independiente de la conducta de los individuos. Jeremías piensa aquí en la nación, cuya suerte como tal será independiente de la conducta de algunos transgresores. Ezequiel se fija más en la responsabilidad de los individuos como tales: los hijos no serán responsables de las acciones de los padres 39. La promesa de Jeremías se cumple en el Israel de Dios., la Iglesia, inmaculada en sí, aunque sus componentes sean pecadores en gran parte. Cada uno responderá ante Dios de sus acciones. La época plena del mesianismo total no se da en este estadio terrestre en el sentido de que no habrá pecadores. El reino de Dios obra como un fermento que fructifica en toda la masa, pero sólo en el estadio definitivo celeste se da la plena teocracia de los justos en torno al Cordero inmolado. Es la etapa definitiva, cantada en el Apocalipsis. Los profetas no sabían distinguir las diferentes etapas, y veían vinculadas al Israel histórico realizaciones ideales que sólo se darían en el Israel de Dios, que tiene su plena eclosión y su razón de ser en la definitiva etapa celeste.
La nueva alianza (31-34).
31 He aquí que vienen días oráculo de Yahvé en que yo haré alianza con la casa de Israel y la casa de Judá, 32 no como la alianza que hice con sus padres cuando, tornándolos de la mano, los saqué de la tierra de Egipto, pues ellos quebrantaron mi alianza y yo los rechacé 40 oráculo de Yahvé . 33 Porque ésta será la alianza que yo haré con la casa de Israel después de aquellos días, oráculo de Yahvé: Yo pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34 No tendrán que enseñarse unos a otros ni los hermanos entre sí, diciendo: Conoced a Yahvé, sino que todos me conocerán, desde los pequeños a los grandes, oráculo de Yahvé, porque les perdonaré sus maldades y no me acordaré más de sus pecados.
Este fragmento es uno de los más bellos de toda la literatura profética por el espiritualismo que resuman sus palabras. La alianza antigua, basada en penas y castigos, será sustituida por otra nueva alianza que tiene su asiento en los corazones. Parece un anticipo del mensaje evangélico. El pacto del Sinaí había caducado por la infidelidad de una de las partes contratantes, y se había mostrado ineficaz para dirigir la vida religiosa del pueblo elegido. Las imposiciones externas no habían logrado despertar la entrega íntima y profunda de los corazones. El materialismo de la letra había ahogado el espíritu contenido en la misma. El ritualismo había suplantado al contenido ético-religioso del pacto sinaítico, y era preciso iniciar una nueva etapa con nuevas bases para regular las relaciones de Israel con su Dios. Faltaba el principio interior de la gracia, que transforma los corazones41. Puesto que la antigua alianza había fracasado, no se debía reconstruir la nueva teocracia con las mismas bases ya caducas. Por eso, Jeremías, en nombre de Dios, anuncia una nueva alianza 42, escrita sobre los corazones, en sustitución de la antigua, escrita en piedra. En vez de meras imposiciones externas, con promesas y amenazas materiales, la base de la nuev alianza será el conocimiento amoroso e íntimo de Yahvé y de sus derechos.
La nueva alianza será con el Israel total: la casa de Israel y la casa de Judá (v.31). Las doce tribus son objeto del amor de Dios, y de ellas saldrá el núcleo sustancial de la era mesiánica, del Israel de Dios del í. Ô. La expresión vienen días alude a una perspectiva ilimitada iniciada con el retorno de la cautividad y plenamente manifestada en la era mesiánica. En el horizonte profetice se superponen constantemente ambas perspectivas históricas, en cuanto que la primera es una preparación de la segunda; pero los confines de ambas quedan indeterminados. Pero la nueva alianza se diferenciará bien de la del Sinaí, cuando Yahvé sacó a Israel de la tierra de Egipto (v.32), ya que ésta fue quebrantada por una de las partes signatarias, los israelitas. En cambio, la nueva alianza durará para siempre, porque Yahvé imprimirá en los corazones un conocimiento de El mismo que los atraerá y guiará en todas sus acciones conforme a los intereses de Yahvé: yo pondré mi ley en su interior y la escribiré en su corazón, y seré su Dios, y ellos mi pueblo (v.33). Ambas alianzas tenían por fin vincular a Israel a su Dios, pero en la nueva etapa las leyes no serán meras proposiciones externas e invitaciones a cumplirlas, con el anuncio de las correspondientes sanciones o premios, como en el Sinaí43, sino que Yahvé actuará en los corazones de los ciudadanos de la nueva teocracia para que irresistiblemente las cumplan. Es una expresión hiperbólica para recalcar el sentido interior de la nueva legislación divina. La antigua Ley mosaica había sido escrita en tablas de piedra44; la nueva, en los corazones. La expresión es bellísima e irreemplazable para designar el carácter espiritual del nuevo pacto 45. Entonces Yahvé será realmente el Dios de su pueblo (v.33).
La acción íntima de Yahvé en los corazones será tan profunda e incoercible, que no habrá necesidad de doctores que enseñen la ley del Señor: Ño tendrán que enseñarse unos a otros (v.34), porque Yahvé mismo, dominando los corazones, será el Doctor de cada uno. En Isa_54:13 se dice lo mismo: Todos tus hijos serán instruidos por el Señor. La máxima docilidad presidirá los móviles de los nuevos israelitas. Naturalmente, estas palabras de Jeremías no se oponen a la existencia de doctores en la nueva ley, como han querido entender los anabaptistas. Aquí se quiere resaltar el carácter íntimo e insinuante de la ley del Señor, que no dependerá en su eficacia tanto de la audición externa, comunicada por un maestro humano, cuanto de la acción íntima de Yahvé, que mueve los corazones. Todos lo conocerán, desde los pequeños a los grandes (v.34). Conocer a Dios aquí no es tener un conocimiento especulativo sobre Dios y sus atributos, sino que la frase en el A.T. implica un conocimiento afectivo, que supone la entrega de la vida a sus preceptos 46. Pequeños y grandes aquí son probablemente la clase dirigente de la nación y los simples ciudadanos, sobre todo los pobres e ignorantes.
Dios, en reconocimiento a esta entrega íntima de los corazones, les perdonará sus maldades. La nueva era se abre con una amnistía general, de modo que las relaciones con Dios serán totalmente cordiales. De nuevo Jeremías insinúa la nueva obra de remisión de los pecados, que se cumplirá en el í. Ô. con la infusión desbordante de la gracia.
Permanencia de Israel (35-37).
35 Así dice Yahvé: Yo he puesto al sol para que luzca de día, las leyes a la luna y a las estrellas para que luzcan de noche; el que conturba el mar y hace bramar sus olas tiene por nombre Yahvé de los ejércitos. 36 Si dejaran de regir estas leyes ante mí oráculo de Yahvé , también cesará la descendencia de Israel de ser ante mí una nación por siempre, 37 Así dice Yahvé: Si pueden medirse arriba los cielos y descubrirse por abajo los fundamentos de la tierra, entonces repudiaré yo a toda la descendencia de Israel por lo que han hecho, oráculo de Yahvé.
Este pequeño oráculo, que tiene mucha semejanza con el Deutero-Isaías 47, puede ser bien una intercalación posterior del redactor, aunque de inspiración jeremiana. Y puede concebirse como culminación de los v.31-34, en el sentido de que en la nueva alianza no sólo los individuos como tales vivirán permanentemente vinculados a Yahvé, sino que la misma sociedad teocrática subsistirá eternamente como consecuencia de esa entrega de los corazones de aquéllos a Dios, sellada en el nuevo pacto.
El profeta, con estilo solemne y enfático, destaca la inmutabilidad de las leyes de los astros como modelo de la inmutabilidad de Israel. El que garantiza la permanencia de Israel es el que ha puesto al sol para que luzca de día, y leyes a la luna. para que luzca de noche (v.35), y el que dirige la marcha de los elementos, sujetando a leyes al mismo mar, símbolo tradicional de fuerza, indómita 48.
La frase solemne de Yahvé tiene el carácter de juramento: Si dejaran de regir estas leyes ante mí (Creador de ellas)., cesara la descendencia de Israel de ser ante mí una nación por siempre (v.36). No se puede expresar de modo más vigoroso la seguridad de la permanencia de Israel como nación. La misma idea se recalca en el símil del v.26: como no pueden medirse los cielos ni descubrirse los fundamentos de la tierra (v.26), así tampoco podrá Yahvé repudiar a su pueblo.
Reconstrucción y grandeza futura de Jerusalén (38.-40)
38 He aquí que vienen días oráculo de Yahvé en que será edificada para Yahvé la ciudad desde la torre de Jananeel hasta la puerta del ángulo, 39 y saldrá derecho el cordel de medir hasta la colina de Gareb, y dando vuelta después hacia Goa, 40 todo el valle de los cadáveres y de la ceniza y todos los campos hasta el torrente de Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos, hacia oriente, serán consagrados a Yahvé, y no serán ya jamás destruidos y devastados.
En esta descripción ideal se traza el perímetro de la nueva ciudad de Jerusalén, dentro del cual habrá lugares que antes tradicionalmente habían sido considerados como impuros por haber sido profanados con la presencia de cadáveres y con los sacrificios de niños a Moloc. Todo el área será puro y consagrado a Yahvé. El profeta no cita el recinto sagrado del templo, que ya supone consagrado a Dios, sino lo que tradicionalmente era considerado como profano. Es una descripción ideal de la capital de la teocracia mesiánica. Ezequiel se moverá en el mismo plan ideal al describir la nueva Tierra Santa49. En la perspectiva mesiánica de Jeremías no se menciona la reconstrucción del templo porque toda la ciudad será morada de Yahvé. El autor del Apocalipsis trazará también el perímetro ideal de la Jerusalén celestial50. Las perspectivas son proféticas, con una carga fuerte poética para impresionar en los lectores; por eso las descripciones no han de tomarse literalmente 51. El profeta, ante las ruinas de la ciudad, sueña con otra ciudad reconstruida más perfecta, aun topográficamente, que la anterior, sobre todo girando en torno a su Dios, del que irradia toda su grandeza y esplendor.
La torre de Jananeel estaba en el ángulo noroeste de la explanada del templo, donde hoy está enclavada la Torre Antonia 52. La puerta del ángulo corresponde a la actual puerta de Jafa. 53 La colina de Gareb es desconocida como localidad, pero se supone que el profeta se refiere a la colina llamada de Sión, donde está el Cenáculo. De ahí partía hacia el sudeste, hacia Goa, lugar también desconocido, pero que se supone que estaba en la confluencia del Cedrón, del Tiropeón y del er-Rababy 54. La intención del profeta parece englobar dentro de la Ciudad Santa los lugares que eran tradicionalmente impuros, como la depresión, punto de convergencia de los tres wadys antes citados, donde se arrojaban los cadáveres y donde había sido erigido el impuro Tofet, o abominación idolátrica, con su secuela de sacrificios de niños inocentes: y todo el valle de los cadáveres, hasta el torrente Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos (v.40). La puerta de los Caballos estaba en el ángulo sudeste de la actual explanada de la mezquita de Ornar (Haram esh-Sherif), donde se juntaba la muralla del templo con la de la ciudad 55. De este modo queda completamente cerrado el perímetro de la ciudad, que, partiendo del noroeste de la explanada del templo, había dado vuelta hacia el occidente por la actual puerta de Jafa, descendiendo al punto de unión del Cedrón y el er-Rababy, para volverse hacia el este hasta empalmar con la explanada del templo de nuevo. Con este trazado, el profeta quería indicar que en la nueva ciudad no habría zonas impuras, sino que todo sería consagrado a Yahvé como suyo. Es una idealización geográfica que no ha de ser entendida a la letra. Siempre los profetas juegan con símbolos en función de ideas. La nueva ciudad será santa totalmente, sin zonas impuras. En el nuevo orden de cosas, hasta la topografía de la ciudad será diferente, al verse libre de lugares tradicionalmente infamantes.
1 Así según los LXX. El TM lee en primera persona: se me hizo ver. 2 Cf. Jer_2:2. En Ose_11:16 se dice a propósito de Israel infiel esposa: te conduciré al desierto y hablaré a tu corazón, como lugar propicio para las intimidades de esposos. 3 La palabra Olam, que traducimos por eterno, tiene el sentido genérico de antiguo, no precisamente eterno en el sentido de no tener principio. 4 Cf. Jer_14:17. 5 Cf. Isa_28:1; Amo_4:1. 6 Cf. Isa_37:30. 7 Así según los LXX. El TM lee tu pueblo. 8 Seguimos la versión griega. El TM lee vinieron entre llantos. 9 Cf. Deu_7:6; 2Sa_7:23. 10 Cf. Jer4:27- 11 Cf. Isa_41:12; Isa_41:43, iQss; Isa_48:21; Isa_49:10 14 Cf.Jer 3:19; Exo_4:22. 15 Cf. Exo_4:22. 16 La expresión islas lejanas es característica del Deutero-Isaías (cf. Isa_41:1; Isa_42:10; Isa_49:1); sin embargo, la simple semejanza de situaciones históricas pudo sugerir la frase, sin indicar con ello dependencia estricta literaria del fragmento deutero-isaiano. 17 Oráculo de Yahvé falta en los LXX, 18 Lit. en hebreo niño de delicias. 19 Lit. cada ve/ que hablo de él o contra él. 20 Cf. Gen_35:16; 1Sa_10:2. San Mateo en su Evangelio ve, por asociación de ideas, una analogía entre el llanto de Raquel, que ve partir a sus hijos al destierro, y el de las mujeres de Belén llorando por sus hijos sacrificados, y así lo acomoda a la nueva situación (Gen_2:18). Por esta acomodación surgió la tradición de la tumba de Raquel junto a Belén. 21 Cf. Eze_21:17; Homero, Ilíada XV 397-8; Jenofonte, Ctrop. VII 3:6. Descenso de hhtar a los infiernos (DuoRME, Choix de textes relig. p.337). 22 Cf. Jer_3:22-24. 23 Como antes apuntábamos, el texto se puede traducir: cada vez que hablo de él, y en ese caso simplemente se insinuaría que, al tratar de Israel, siente conmoverse sus entrañas. 24 San Jerónimo, In ler.: PL 24:880-881. Le siguen Tomás y San Buenaventura. ¿4* Las palabras hebreas que traducimos por hembra y por varón parecen aludir claramente a la forma sexual de cada uno, sin que se insinúe la idea de virginidad. 25 Dice así: Creavit Dominus salutem novam, in salute circuibit homo. Así muchos Padres latinos. 26 El Targum: Yahvé crea algo nuevo sobre la tierra, y el pueblo y casa de Israel se adherirán a la Ley. Cf. Condamin, Le lime de Jer. (1920) p.227-228. 27 Cf. Condamin, O.C., p.227~228. 28Cf.Jer 33:31. 29 Cf. Os c.2; Isa_54:6-8; Jer_2:2; Jer_2:20-25; Jer_3:8; Jer_9:2; Ez c.ió. 30 Cf. E. Tobac, Paulisper explana verba ler&miae XXXI 21.22: Vie Diocesaine (Mali-nes 1910)2Cr_66:69; Lesprophétes d'Israel 2 (1921) 275-276. Siguen esta opinión Condamin, o.c., 227; Ceuppens, De prophetiis Messianicis (Romae 1935) 428-433; Dennefeld, o.c., 337· Véase también Condamin, Le texte de Jérémie 31:22.est-il messianique?: RB 6 (1897) 396-404· Para otra explicación cf. Verbum Dei II 517. 31 Cf. E. Nácar, Sobre la interpretación de Femina circumdabit inrum (Jer_31:22): EstBib I (1942) 405-436. 32 Cf. Jer_23:5-6. 33 Cf. Isa_6:15s. 34 Lit. en hebreo: por eso me desperté y miré, y mi sueño fue dulce. 35 Mald., A Láp., Calm., Knab., etc. 36 Duhm, Peake, Cornill, Nótscher. 37 Cf. Jer_1:10; Jer_24:6. 38 Cf. Eze_18:2. Sobre el principio de solidaridad cf. 2Sa_21:1-9; 1Sa_22:16-19; Jer_32:18; Exo_20:5; Exo_34:7; Num_14:18; Amy.17; Jer_11:22; Jer_11:20, Jer_11:6; Jer_29:32; Num_16:32; Deu_24:16; 2Re_14:6. Sobre el tema en general véase el libro de F. Spadafora, Collettivismo e individualismo nel Vechio Testamento (Rovigo 1953) 121-167. 39 Cf. Eze_18:2. 40 Así según los LXX, con un ligero cambio. El TM: los he dominado. 41 Cf. Rom_7:75; Rom_8:3. 42 Esta frase nueva alianza aparece por primera vez aquí en el Antiguo Testamento, y será el nombre técnico de la era evangélica. Nuevo Testamento, designación que da Cristo a la nueva alianza, sellada con su sangre (cf. Lev_22:20; 1Co_11:25; Heb_8:8-13; Heb_10:15-42; 2Co_3:6). 43 Cf. Deu_4:8; Deu_11:32; 1Re_9:6. 44 Cf. Exo_31:18; Deu_4:13; Deu_9:11; Deu_10:4. 45 Cf. Jer_24:7; Jer_24:30, Jer_24:22; Jer_32:38. 46 Cf. Jer_9:23; Jer_22:16; Ose_4:1; Ose_5:4; Ose_6:6. 47 Cf. Isa_40:26; Ose_51:6.15. 48 Cf. Job_38:8. 49 Cf. Ez 0.40-48. 50 Rev_3:12; Rev_11:8; 21:2-22:5. 51 Cf. Ez c.40-48. Véase P. Vincent, Jérusalent Ville sainte (Jerusalén 1934). 52 Cf. RB (1932) p.83; cf. Neh_3:1; Neh_12:39; Zac_14:10. 53 Véase Vincent, o.c., p.XIIs; cf. Zac_14:10; 2Re_14:13; 2Cr_26:9. 54 Cf. id., ib., p.XIVs. 55 Cf. Neh_3:28; 2Re_11:16; 2Cr_23:15; Neh_2:125; 3:1