INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


En su presentación, este libro se considera escrito por Baruc, compañero y secretario de Jeremías (Jer 32:12; Jer 36:4; Jer 43:6), en Babilonia, en medio de la comunidad judía que vive en el exilio, y destinado a ser leído en Jerusalén los días de fiesta. Pero todo este encabezamiento no es más que una ficción literaria que sirve de marco para ambientar un escrito bastante posterior. Estamos, por tanto, ante un fenómeno de pseudonimia, muy común en la literatura de los últimos siglos antes de Cristo. La caída de Jerusalén, la destrucción del Templo, el exilio... adquieren una dimensión simbólica que trascienden los meros acontecimientos. Baruc es un personaje bien atestiguado en los escritos bíblicos, al que su cercanía a un profeta tan importante como Jeremías le proporciona suficiente autoridad. La escasez de datos biográficos permite la posibilidad de que su nombre sea utilizado como seudónimo para vincular el escrito a esta época y situación.


2. Características literarias y estructura


El carácter compuesto de este libro se nos hace manifiesto desde el primer momento ya que encontramos en él gran variedad de estilos, de géneros, de vocabulario; incluso en su aspecto más externo muestra una primera parte escrita en prosa (Bar 1:1Bar 3:8) y otra segunda en verso (Bar 3:9Bar 5:9).


Tras la pequeña introducción que trata de ambientar la obra en tiempos del exilio (Bar 1:1-14), la primera sección (Bar 1:15Bar 3:8), es una oración penitencial con la forma de “confesión nacional” al estilo de las que encontramos en Esd 7:1-28 y Neh 9:1-38, Sal 106:1-48 o Dan 3:1-30 y Dan 9:1-27. En todo este fragmento el autor se inspira en Jeremías, en Daniel y en el Deuteronomio para expresar su pensamiento.


La segunda parte, escrita en verso, se puede dividir a su vez en dos secciones diferentes en cuanto a su contenido y su estilo: Una meditación sobre la sabiduría (Bar 3:9Bar 4:4) de estilo sapiencial, con préstamos tomados de Job, Proverbios, Deuteroisaías y Sir 24:1-34. Un oráculo de consolación y restauración (Bar 4:5Bar 5:9) muy cercano al Deuteroisaías en el lenguaje, en las imágenes y en el estilo.


En su composición final el libro pretende ser una liturgia penitencial con tres momentos claramente definidos: en el primero el pueblo se reconoce responsable de su situación actual como consecuencia de su pecado. En el segundo, una reflexión invita a reconocer la verdadera sabiduría en la ley dada por Dios a Israel. El tercero es un canto de esperanza en la restauración inminente de Jerusalén.


3. Fecha y lugar de composición


El carácter tan heterogéneo de este escrito no permite localizar fácilmente un lugar o una fecha clara para su composición. Probablemente bajo el pseudónimo de Baruc haya que ver a un compilador de varios escritos pertenecientes a diferentes autores y que provienen de diferentes lugares y fechas. Quizá la ficción literaria del exilio sea una alusión a la situación de las comunidades judías en la última fase de la época helenística por lo que habríamos de situarlo en torno al año 150 a. C.


De todas formas la ausencia de otros datos y referencias, excepción hecha de los primeros versículos de ambientación, pretende mantener la dimensión simbólica de la caída de Jerusalén y del exilio, permitiendo que la liturgia pueda actualizar esta dimensión en otras situaciones históricas.


CARTA DE JEREMÍAS


INTRODUCCIÓN


1. Datos generales


La Carta de Jeremías no es propiamente una carta, sino un escrito apologético contra la idolatría. Se trata de una ficción literaria que, aprovechando la cita de Jer 29:1-3, pretende situar este alegato como una carta enviada por Jeremías a la comunidad judía de los deportados a Babilonia. Pero nada, salvo el título y la breve introducción, tiene que ver con una carta. Este breve escrito, por un lado, hace de la situación de los deportados en Babilonia una situación tipo de todo judío que se encuentra en la diáspora; y por otro lado, presenta al profeta Jeremías como la personalidad que autoriza las ideas en él desarrolladas. El documento es propiamente una especie de diatriba contra la idolatría en tonos satíricos y burlescos.


2. Estructura y contenido


Tras la aludida introducción, que pretende ambientar la obra, nos encontramos, en el interior de la misma, con un estribillo: A la vista está que no son dioses; no les tengan ningún temor; o bien: ¿cómo se puede pensar o decir que son dioses? que divide el escrito en diez partes desiguales: vv. Bar 6:7-14; Bar 6:15-22; Bar 6:23-28; Bar 6:29-39; Bar 6:40-44; Bar 6:45-51; Bar 6:52-56; Bar 6:57-64; Bar 6:65-68; Bar 6:68-72. De una sección a otra los temas se repiten y no existe una verdadera progresión.


Acomodado a su estilo burlesco, el documento se queda en una parodia superficial, sin abordar el tema en toda su hondura y profundidad. En su argumentación depende de otros autores del AT, sobre todo de Jer 10:1-16 e Isa 44:2-20.


3. Fecha de composición y texto


La Carta de Jeremías parece haber sido compuesta en el período helenístico (323-150 a. C.). Algunos pretenden ver una alusión a esta obra en 2Ma 2:2 aunque no es seguro. En la gruta VII de Qumrán ha aparecido un fragmento en griego de los versos Bar 6:43-44 datado en torno al año 100 a. C.


Aunque nos ha llegado únicamente en su versión griega, es muy probable que dependa de un original hebreo.