INTRODUCCIÓN


1. Trasfondo histórico-cultural


Sobre la base de ciertas referencias del texto (Hab 1:17; Hab 2:5; Hab 2:8), la mayoría de los comentaristas piensan que este libro tiene como marco histórico el sometimiento de Judá por parte de un pueblo extranjero. Pero ¿cuál es la identidad de esa potencia extranjera? Las opiniones son muy divergentes: se apunta a los asirios (antes de la caída de Nínive en el 612 a. C.), a los egipcios (después de la muerte de Josías en Meguido hacia el 609 a. C.), a los caldeos mencionados en Hab 1:6 (entre los años 612 y 538 a. C.), a los árabes del norte e, incluso, a potencias de siglos posteriores. Lo más verosímil es que la actividad profética de Habacuc se remonte al último cuarto del siglo VII a. C. y la composición del libro sea algo posterior.


2. Aspectos literarios


El libro no facilita ningún dato del autor, excepto su nombre, el cual no aparece en ningún otro lugar del texto hebreo del AT. Sí encontramos una referencia a este profeta en las adiciones griegas al libro de Daniel (historia de Bel y el dragón).


La construcción literaria tiene forma dialogal y acentúa la tensión creada por la actitud recriminatoria que el profeta adopta respecto a Dios debido a su aparente negativa a escuchar, a su silencio y su pasividad ante la opresión del justo por parte del impío (Hab 1:2; Hab 1:13; Hab 1:17).


El capítulo tercero es un salmo que, tal vez, inicialmente no formaba parte del libro, dado el distinto género literario, la carencia de referencias históricas y las indicaciones de tipo litúrgico (Hab 3:1; Hab 3:9; Hab 3:13; Hab 3:19).


3. Contenido y dimensión religiosa


El núcleo del poema está constituido: a) por la interpelación que Habacuc hace a Dios ante las injusticias de los opresores y el clamor de los oprimidos (Hab 1:4; Hab 1:13); y b) por la consiguiente respuesta del Señor ante tal situación de injusticia y opresión. Esta respuesta de Dios es precisamente lo que permite al profeta finalizar el poema con expresiones de confianza y esperanza a pesar de la dura realidad aún presente. La cuestión de fondo es la del éxito de los impíos y opresores. El profeta no acaba de ofrecer una respuesta satisfactoria a esta cuestión. Pero, al igual que Job, va cambiando de actitud ante la persistencia del problema con la confianza de que, al fin, el Señor terminará por dar el merecido castigo a los impíos y opresores.


La comunidad de Qumrán tuvo un aprecio especial por este libro y el NT lo cita en Rom 1:17; Gál 3:11 y Heb 10:37-38.