INTRODUCCIÓN


1. Características generales


Aunque este escrito ha sido considerado tradicionalmente como carta y ha sido atribuido al apóstol Pedro, en realidad habría que asignarlo más bien al género literario “testamento”. Un género bastante cultivado en la literatura extrabíblica (apócrifo/pseudoepigráfico-apocalíptica) de los dos últimos siglos del AT, pero con cierta presencia también en los libros canónicos de la Biblia (Gén 49:1-28; Deu 31:1-30Deu 33:1-29; Jua 13:1-38Jua 17:1-26; Hch 20:17-38; 2 Tm). En este tipo de literatura, un personaje importante al que se describe cercano a la muerte, instruye y conforta a los suyos dándoles las últimas recomendaciones y poniéndolos en guardia contra los peligros que puedan amenazarlos. En nuestro caso, el personaje en cuestión se presenta como Simón Pedro, servidor y apóstol de Jesucristo (1Pe 1:1), aunque, dadas las características del escrito, difícilmente puede pensarse en el apóstol Pedro como autor directo de ese texto.


En primer lugar, se trata de un escrito cuidadosamente elaborado, con un griego de bastante calidad y con un contenido teológico y un estilo que lo distancia notablemente de 1 Pe. Contiene, además, una serie de datos que lo sitúan como mínimo en el último cuarto del siglo I: los fundadores del cristianismo — nuestros mayores — ya han muerto (2Pe 3:4); de los apóstoles se dice que anunciaron el evangelio en otro tiempo (2Pe 3:2); es ya conocida una colección de cartas de Pablo que han dado lugar a erróneas interpretaciones y que, para más abundamiento, son ya consideradas como Escritura santa en paridad con el resto de los libros del AT (2Pe 3:15-16). Añádase el desencanto de muchos cristianos ante el retraso de la venida gloriosa del Señor — la parusía — (2Pe 3:1-10) que contrasta con la cercanía de la misma claramente afirmada en 1Pe 3:7. Finalmente, es evidente la relación con la carta de Judas en la que se inspira tanto literaria como temáticamente; así se advierte sobre todo en 2Pe 2:1-22, aunque con la peculiaridad de 2 Pe, por una parte elimina ciertos elementos difíciles de entender, y por otra, amplía y reelabora los materiales tomados en préstamo. Tiene también en común con la carta de Judas el haber encontrado bastantes dificultades para entrar en la lista de libros sagrados: aunque la iglesia de Alejandría la aceptó relativamente pronto, la de Siria sólo en el siglo VI acabó por incluirla en el canon.


2. Contenido


La preocupación fundamental de esta “carta testamento” es, sin duda, fortalecer la fe y la esperanza de los cristianos a quienes se dirige (2Pe 1:1-5). Para ello los invita, en primer lugar, a crecer y profundizar en el conocimiento de Jesucristo a través de la palabra profética y del testimonio apostólico (2Pe 1:3; 2Pe 1:8-11; 2Pe 1:16-21; 2Pe 3:18). En segundo lugar, denuncia apasionadamente la presencia de falsos maestros en el seno de la comunidad y pone en guardia contra sus doctrinas destructoras (2Pe 2:1-22). Y en tercer lugar, sale al paso de quienes estaban creando una situación de desconcierto y desencanto al afirmar que la esperanza en la venida gloriosa del Señor no era más que una ilusión irrealizable (2Pe 3:3-13). Frente a los falsos maestros y las falsas doctrinas no cabe otra actitud que una conducta intachable y una permanente vigilancia (2Pe 3:14-18).


3. Posible marco histórico


De lo dicho hasta aquí se desprende que difícilmente puede situarse este escrito en la década de los 60 para poder considerar al apóstol Pedro como su autor. Más bien debemos pensar en comunidades cristianas de finales del siglo I, o incluso de principios del II, cuya ortodoxia y fidelidad al evangelio están siendo seriamente amenazadas por la presencia de unos falsos maestros a los que no es posible identificar con precisión, pero que son descritos con rasgos de una dureza inusitada. Comunidades que se mueven en la órbita de la tradición petrina, que están familiarizadas con la Sagrada Escritura y también con las tradiciones apocalípticas judías; comunidades que se muestran, no obstante, más abiertas a la cultura helenística que las destinatarias de la carta de Judas, y en las que el retraso del retorno glorioso del Señor estaba creando un notable desconcierto. A estas comunidades se dirige un buen conocedor de la vida y la enseñanza del apóstol Pedro, utilizando el conocido recurso de la pseudoepigrafía para dar autoridad y facilitar la acogida y la difusión de su escrito (2Pe 1:1; 2Pe 3:1). Numerosos autores de nuestro tiempo piensan que hay suficientes razones para considerar 2 Pe como el escrito más tardío del NT.


4. Estructura


Cabe descubrir en la carta una cierta disposición concéntrica tendente a poner de relieve la polémica contra los falsos maestros, punto central del escrito. Alternan en la exposición, exhortación y controversia, recuerdos del pasado y referencias al futuro, tonos apasionados con otros más sosegados. Todo ello nos permite avanzar la siguiente disposición del contenido:


- Saludo (2Pe 1:1-2)


- Vida de auténticos creyentes (2Pe 1:3-11)


- Solicitud por los creyentes (2Pe 1:12-15)


- Cristo y la palabra profética (2Pe 1:16-21)


- Los falsos maestros (2Pe 2:1-22)


- El Señor cumplirá la promesa de su venida (2Pe 3:1-13)


- Invitación al esfuerzo y a la vigilancia (2Pe 3:14-16)


- Conclusión (2Pe 3:17-18)