INTRODUCCIÓN


1. Trasfondo histórico-cultural


El análisis del libro muestra que, a la sazón, el Templo ya había sido reconstruido (Mal 1:10) y la actividad cúltica se desarrollaba con normalidad (Mal 1:7-9; Mal 1:12-13; Mal 2:3-9). Pero al mismo tiempo la atmósfera religiosa que se respiraba era pesimista; la indiferencia y apatía religiosas invadían a un pueblo que había perdido la confianza en las promesas divinas. Todo ello permite situar la época de esta profecía en el siglo V a. C. (el Templo se consagró en el año 515 a. C.), con anterioridad a las reformas de Nehemías y Esdras. Así se explica la influencia deuteronomista sobre el profeta, al tiempo que la ausencia de influjo del Código Sacerdotal. Los comentaristas apuntan, por tanto, al período 480-450 a. C. como datación más probable del texto.


2. Aspectos literarios


El término hebreo que se traduce como Malaquías significa mi mensajero y como tal se traduce en Mal 3:1. Por su parte, la versión griega de los LXX no interpretó el término como nombre propio, ni como tal es hallado en ningún otro lugar del AT. Todo esto justifica el probable carácter anónimo de este libro, que la tradición targúmica atribuyó a Esdras.


El libro reviste la forma de controversias entre el Señor — a través del profeta mensajero — y su pueblo escogido, que es denominado con el nombre teológico tradicional, Israel (Mal 1:1), aunque en esa época se reducía a los habitantes de Judá.


3. Contenido y dimensión religiosa


El contenido del libro es múltiple y variopinto: amor especial de Dios hacia Israel, crítica a un culto incorrecto, denuncia de los matrimonios con paganos y de la infidelidad matrimonial, anuncio del día del Señor que vendrá precedido de un mensajero especial, denuncia de fraudes cometidos en las ofrendas al Templo, triunfo final de la justicia divina. Son temas y planteamientos inspirados en el Deuteronomio y en los grandes profetas del siglo VIII a. C.


A pesar de su brevedad, es un libro muy citado en el NT sobre todo en relación con Juan el Bautista como mensajero precursor del reino de Dios (Mat 1:2; Mat 17:10-11; Mar 9:11-12; Luc 1:17; Luc 1:76; Luc 7:27). También lo cita Pablo en Rom 9:13.