Nahúm.
El libro de Nahúm comienza con un salmo sobre la Cólera de Yahvé contra los malvados y con sentencias proféticas que contraponen el castigo de Asur y la salvación de Judá, 1:2-2:3, pero el tema principal indicado por el título es la ruina de Nínive, anunciada y descrita con un poder de evocación que hace de Nahúm uno de los grandes poetas de Israel, 2:4-3:19. No hay razón para negarle el salmo y los oráculos del comienzo, que forman una buena introducción a este terrible cuadro.

Se ha sostenido, aunque sin pruebas suficientes, que esta introducción (o todo el libro) tenía origen cultual o, al menos, había sido empleado en la liturgia del Templo.

La profecía es algo anterior a la conquista de Nínive el 612. Se siente vibrar aquí toda la pasión de Israel contra el enemigo hereditario, el pueblo de Asur, se oye cantar a las esperanzas que despierta su caída. Mas, a través de este nacionalismo violento, que no vislumbra aún el Evangelio, ni siquiera el universalismo de la segunda parte de Isaías, se expresa un ideal de justicia y de fe: la ruina de Nínive es un juicio de Dios que castiga al enemigo del plan divino, Nah_1:11 ; Nah_2:1 [ Nah_1:15 ], al opresor de Israel, Nah_1:12-13 , y de todos los pueblos, Nah_3:1-7 .

El opúsculo de Nahúm parece que alimentó las esperanzas humanas de Israel hacia el 612, pero la alegría fue breve y la ruina de Jerusalén siguió de cerca a la de Nínive. Entonces se amplió y ahondó el sentido del mensaje, e Isa_52:7 repite la imagen de Nah_2:1 [ Nah_1:15 ] para describir la llegada de la salvación. En Qumrán se han encontrado los fragmentos de un comentario de Nahúm que aplicaba arbitrariamente las expresiones del profeta a los enemigos de la comunidad.