Presentación del libro:



[L] El poema de Job encabeza los libros de sabiduría de la Biblia. Es mucho más que una , pues ahí se ponderan los grandes interrogantes de la condición humana. Las desventuras de Job, que, después de colmado por la existencia, se ve reducido a la más extrema miseria, no son más que un pretexto para llevarnos a reflexionar sobre lo insatisfactoria que es la vida del hombre en la tierra. El sufrimiento y la muerte no serían tan escandalosos si no hubiera el escándalo de la ausencia de Dios: él huye de nuestra mirada, y también se niega a hacer la justicia en nuestro mundo. No por casualidad Job es presentado como un hombre del país de Us, que no pertenece al pueblo de Dios. Job no conoce a Moisés ni a los profetas, así que puede hablar a nombre de la humanidad entera, y no solamente de los creyentes. Job no necesita más que de contemplar la creación para creer en Dios y su providencia, pero no ha visto a Dios, el que tampoco le ha hablado. Y por más que se reconozca a sí mismo como la obra de Dios, sus percances le dan para pensar. Se da cuenta de que solamente una explicación con su Creador le permitiría ubicarse en el lugar que le corresponde y, por más que busque esta apertura, no la encuentra. Las denuncias de Job son una manera de clamar a Dios con toda la fuerza de una esperanza insatisfecha y, al final, Dios tendrá que manifestarse. El libro de Job El punto de partida del libro de Job es un relato popular que encontramos en las primeras páginas y en las últimas [Job_1,1] a [Job_1,13] y [Job_42,10]): la historia del santo hombre Job. Yavé lo había puesto a prueba, quitándole todo, y a pesar de eso se había mantenido fiel. Al final, Dios le devolvía todos los bienes con creces. Esta moraleja podía parecer demasiado simple. Entonces un autor del que no conocemos el nombre volvió sobre el tema en los diálogos que ocupan los capítulos 3 a 41. Allí otro Job muy diferente al primero denuncia la condición humana, y sus tres amigos le oponen las respuestas de la sabiduría tradicional.