APOCALIPSIS

El Apocalipsis refleja los avatares de la acometida del Imperio Romano contra la Iglesia naciente (finales del siglo i). Se percibe una íntima relación con el evangelio de san Juan. Para entender este libro es preciso tener en cuenta adecuadamente el símbolo, que se convierte para la apocalíptica en constante recurso de su comunicación. El simbolismo proviene del Antiguo Testamento (la serpiente, el paraíso, las plagas...), de la apocalíptica judía y, especialmente, de la concepción original del autor, que incorpora los diversos elementos en una nueva síntesis. Se emplean simbolismos de tipo cósmico (sol que se torna negro), teriomórfico o animal (el gran dragón), cromático (el blanco aplicado a Cristo), aritmético (el siete y sus fracciones y múltiplos). Como claves de lectura cristiana pueden señalarse: la memoria viva de los mártires; el libro sapiencial y litúrgico de la comunidad cristiana; la invitación al compromiso y, finalmente, el libro de la esperanza de la Iglesia ante el misterio de la iniquidad.