CANTAR DE LOS CANTARES

El autor de esta obra es un poeta inspirado que quiere cantar al amor. Ignoramos cuándo y dónde compuso su obra; la tendencia actual es situarla en el posexilio, tal vez el s. ii a.C. ¿Trata el Cantar del amor divino o del amor humano? Se impone una constatación: el nombre divino aparece tan solo una vez, y de forma abreviada (Cnt 8:6); sin embargo, es precipitado deducir de este dato que el Cantar habla nada más (¡y nada menos!) que del amor humano entre un hombre y una mujer. El autor ha escrito amor con y sin artículo; es decir, «el amor» y «Amor», respectivamente. ¿No habrá alguna intencionalidad tras este recurso lingüístico? Parece que sí. El amor es el símbolo más elocuente y digno para hablar de Dios. «Dios es Amor», repetirá el Nuevo Testamento (1Jn 4:8; 1Jn 4:16). En el amor humano destella el amor único e infinito divino. Al fin y al cabo, el amor es mayor que la fe y que la esperanza (1Co 13:13).