ESDRAS

Los actuales libros de Esdras y Nehemías, que narran el regreso de los israelitas del exilio de Babilonia en torno al año 538 a.C., tras la proclamación del edicto de Ciro, fueron una misma obra literaria que, en algún momento, alguien dividió en dos. Es posible que ambos fueran, a su vez, la segunda parte de otra obra más extensa encabezada por 1-2 Crónicas.

En todo caso, son el único referente literario completo que tenemos de la restauración y reconstrucción de Jerusalén después del exilio de Babilonia. Sus descripciones ponen de manifiesto una nueva etapa en la historia israelita. La experiencia del exilio hizo que la restauración se convirtiera en un momento muy importante, que dio lugar al nacimiento de una nueva idea de pueblo. El autor recurre al pasado para comprender el presente y diseñar el futuro. Desde esta concepción, el pasado justifica el presente e ilumina el futuro. Una vez más, la fidelidad a los preceptos y mandatos de la tradición (reflejados en la legislación mosaica) son la garantía del buen hacer y de la presencia de Dios en la vida del pueblo. El alejamiento o incumplimiento de las leyes divinas será el origen de desgracias futuras que hay que evitar.