HEBREOS

La carta a los Hebreos es uno de los escritos teológicos más importantes del Nuevo Testamento. La doctrina sobre el sacerdocio de Cristo y el valor sacrificial de su muerte reciben en esta carta su formulación definitiva. Estamos ante un escrito exhortatorio de tipo homilético (Heb 13:22: palabra de exhortación) que trata de alentar a un grupo de cristianos, venido del judaísmo, a mantenerse firmes en su nueva fe (Heb 10:32-36; Heb 12:3 s). El autor de la carta se dirige a ellos (Heb 4:14-16; Heb 12:9 s) tratando de evitar que retornen a las viejas prácticas. Se presenta en ella la espléndida visión de Cristo, Hijo de Dios, superior a los ángeles, hombre nuevo, que realiza una maravillosa obra de mediación superior a la de Moisés, introduciendo una alianza nueva y mejor, un sacerdocio también mejor, superior al de Leví, según el modelo de Melquisedec. Además, esta novedad trae consigo otras: un templo nuevo, un culto nuevo, un sacrificio nuevo, una vida nueva, animada toda ella por la ley del amor.