LAMENTACIONES

Este libro surge de la vivencia exílica. Sus poemas albergan muy diversos sentimientos, desde la inicial confusión y perplejidad por la caída de Jerusalén (587 a.C.) hasta la postrera y definitiva confesión de esperanza en el Señor. Sus lamentos recogen palabras de dolor y de queja por la suerte aciaga del reino, de reproche a los aliados por su abandono, de angustia por la muerte de los habitantes (en especial de los más pequeños), de ira contra los enemigos por su ensañamiento, de recriminación, incluso, contra Dios por haberlos desamparado. Lamentaciones es, por todo ello, un testimonio singular de la más honda crisis de fe por la que el Israel bíblico pasó como pueblo de Dios.