PROVERBIOS

La atribución del libro de los Proverbios a Salomón (Pro 1:1) responde a un convencionalismo literario cultivado con amplitud en el judaísmo y en las culturas adyacentes. En el conjunto es fácil reconocer distintas partes, que vieron la luz en diferentes momentos de la historia de Israel; la obra como tal habría quedado concluida en torno a los siglos iv-iii a.C. A partir del cap. Pro 10:1-32 aflora una temática variopinta en la que se abordan aspectos de la vida personal y social desde una perspectiva práctica: cómo habérselas con los individuos y con el colectivo social en el que uno vive para poder desarrollar una vida plena y armónica. Y, sin embargo, teniendo en cuenta que el orden sobre el que se asientan cosmos y sociedad ha sido establecido por Dios, no es justo calificar de intramundano este esfuerzo sapiencial. Del hincapié en el esfuerzo personal los sabios pasan a considerar el temor (respeto) del Señor como condición indispensable para la adquisición de una vida en plenitud. Este es fundamentalmente el mensaje de Pro 1:1-33; Pro 2:1-22; Pro 3:1-35; Pro 4:1-27; Pro 5:1-23; Pro 6:1-35; Pro 7:1-27; Pro 8:1-36; Pro 9:1-18.