COMENTARIO A LA EPÍSTOLA DE SAN PABLO A LOS COLOSENSES
Traducción Castellana del Texto Latino por J.I.M.EDITORIAL TRADICIÓN, S.A-MÉXICO, 1978
Derechos reservados (c) en cuanto a la traducción castellana por Editorial Tradición, S. A.
Av. Sur 22 No. 14 (entre Oriente 259 y Canal de San Juan), Col. Agrícola Oriental. México 9, D. F.Primera edición: Enero de 1978.-1,000 ejemplares.Título del original latino: Sancti Thomae Aquinatis Doctoris Angelici super Epistolam Sancti Pauli Apostoli ad Colossenses expositioPROLOGO"Protegía con su espada todo el campamento" (1Mac. 3, 3). Vienen como anillo al dedo estas palabras a la materia de esta Carta, porque el estado todo de esta vida va en batallas y encuentros de soldados, cuyas viviendas se llaman campamentos. "La vida del hombre sobre la tierra es una perpetua guerra" (Job 7). Por eso figuradamente llámanse campamentos las viviendas de los fieles; de donde la Iglesia aseméjase a los campamentos o reales. "Saliéronle al encuentro ángeles de Dios. Vistos los cuales dijo: He aquí los campamentos de Dios; y llamó a aquel lugar fvlahanaim, esto es, Campamentos" (Gn. 32, 2). Estos reales vense combatidos por enemigos de 3 géneros: a) unos a modo de sitiadores, que a cara descubierta se levantan contra la Iglesia, como las tropas de Gog y Magog que "cercarán los reales de los santos y la ciudad amada" (Ap. 20, 8); b) otros que embozan sus engaños, como los herejes, "que seducen los coraiones de los sencillos con palabras melosas y con adulaciones" (Ro. 16, 18); c) otros, en fin, caseros, con corruptelas o abusos pecaminosos, que brotan de la corrupción de la carne, "que codicia contra el espíritu" (Ga. 5; Ef. 5).COMENTARIO DE STO. TOMAS DE AQUINOAl frente de ellos están los Prelados (S. 67, 28), a quienes toca de oficio resguardar de dichos peligros los campamentos de la Iglesia. Contra los pecados por sus exhortaciones (Is. 58). Contra los herejes por la sana doctrina (1Tim I). Contra los perseguidores con el ejemplo, a saber, tolerando con paciencia las persecuciones. Así protegía Pablo, con la espada del espíritu, los campamentos de los primeros cristianos'; porque en sus cartas iba a la mano a los pecadores,,' confutaba las herejías, infundía ánimo para saber sufrir. (Ef. V; Tit. 3; I! Co. XI: todo él es dar alientos para tener paciencia)Tócanse así los 2 puntos en el texto propuestos, a sa-'Ber, el estado de la Iglesia, al decir: Campamentos, y el papel del Apóstol, de protector/En los campamentos ha de haber un solícito desvelo para evitar los males; "y así tus reales deben estar limpios, y no se debe ver en ellos cosa sucia" (Dt. 23, 14). Animismo orden para con el capitán y para consigo. "¿Qué podréis ver en la sulamita sino coros de música en medio de escuadrones armados?" (Cant. 7, I). Terror también para los enemigos. "Terrible como un ejército formado en batalla" (Ct. 6, 9). Pero el Apóstol, en su papel de protector, se desvelaba solícito como el pastor, cuyo oficio es guiar con acierto las ovejas para que no se desvíen (Jn. X). Así lo hacía (Fil. 3). Asimismo darles pastos abundantes para que no se mueran de hambre (I P V). Así lo hacía el Apóstol (I Co. 3). Otrosí defenderlos esforzadamente para que no perezcan, como lo hacia David con el león y el oso, que venían y apresaban un carnero de en-medio de la manada, "y corría yo tras ellos y los ma-6A LA EPÍSTOLA A LOS COLOSENSEStaba, y les quitaba la presa de entre los dientes, y, ai volverse ellos contra mí, los agarraba yo de las quijadas, y los ahogaba y mataba" (I S. 17, 35; Sir 7). Por eso dice que el Apóstol protegía los campamentos, esto es, la iglesia de Dios, con la espada, que es la palabra de Dios (Ef. 6; He. 4). Tal es la materia de esta Carta. Porque en la que escribe a los Efesios muestra el modo de la unidad en ia Iglesia; en la que * los Fi-lipenses su provecho y concervación, y en ésta trá+^ de su conservación contra los herejes, que los1 habían pervertido con sus embelecos y embustes.