Riched20 5.50.30.2002;
Colosenses
Introducción
La Iglesia de Colosas
Colosas era una ciudad pequeña y de poca importancia en los tiempos romanos (una "pequeña ciudad", según un escritor contemporáneo, Strabo), aunque disponía de una próspera producción lanera en los siglos V y IV a. de J.C. Estaba situada en el valle del río Lico, a unos 160 km. al este de Efeso, y junto con Laodicea y Hierápolis pertenecían a la provincia romana de Asia.
La comunidad de creyentes allí surgió durante un período de vigoroso evangelismo, ligado al ministerio de Pablo en Efeso (52– 55 d. de J.C.), como se registra en Hech. 19. Pablo plantó un considerable número de iglesias (con la ayuda de varios colaboradores) en la provincia de Asia. Entre ellas estaban las congregaciones de Colosas, Laodicea y Hierápolis, las cuales eran fruto del esfuerzo evangelístico de Epafras (1:7; 4:12, 13). Epafras, nativo de Colosas (4:12), y que pudo haberse convertido durante una visita a Efeso, fue un "fiel ministro de Cristo" y, como representante de Pablo (1:7), había enseñado la verdad del evangelio a los colosenses.
A menudo Pablo se refiere al pasado pagano de sus lectores, lo que sugiere que muchos de ellos eran gentiles convertidos. Ellos habían estado anteriormente alejados por completo de Dios, atrapados en la idolatría y esclavitud del pecado, siendo hostiles a Dios en su mente y en acciones impías (1:21; cf. vv. 12, 27). Habían estado muertos a causa de sus pecados y por "la incircuncisión de ... [su] carne", una declaración que indica que eran paganos e impíos (2:13).
Sin embargo, Dios había efectuado un cambio poderoso en sus vidas: los había reconciliado consigo mismo mediante un evento histórico, a saber, la muerte física de Cristo sobre la cruz (1:22). Dios los había liberado de la tiranía de las tinieblas y los transfirió a un reino gobernado por su Hijo amado (1:13). Ahora ellos son posesión redimida y libre de pecados (1:14; 2:13; 3:13).
Los colosenses tenían una esperanza que les aseguraba un espacio para ellos en el cielo (1:5; cf. v. 23) donde estaba sentado Cristo. Es allí donde tenían centrados sus pensamientos y esperanzas (3:1– 4; cf. 1:27). Habían estado previamente sin Dios y sin esperanza, ahora ellos están unidos a Cristo en su muerte, sepultura y resurrección (2:11, 12, 20; 3:1, 3). Es Cristo mismo el exaltado como Señor de la creación y reconciliación en el magnífico himno de 1:15– 20 y es el ungido de Dios colocado en el centro del misterio (1:27). Como miembros de su cuerpo recibían vida y esperaban el día cuando la compartirían en la plenitud de su gloria (3:4).
En vista de que la congregación había recibido a Cristo Jesús como Señor (2:6) al haber aceptado el evangelio de manos de Epafras, deberían conducir sus vidas como aquellos que se habían unido a Cristo en su muerte y resurrección. Al vivir bajo su señorío deberían estar llenos de agradecimiento a Dios por sus acciones poderosas (2:7; 3:15– 17; 4:2; cf. 1:3, 12).
El cuadro que nos llega es el de una congregación obediente al evangelio apostólico y por quien el Apóstol podía agradecer sinceramente a Dios (1:4– 6). Pablo sabía de su amor en el espíritu (1:8), se go zaba de su disponibilidad para aprender acerca de la vida cristiana y se gozaba de su estabilidad en Cristo (2:5).
Paternidad Literaria
La carta deja claro que el apóstol Pablo es su autor, no solamente en los saludos de apertura (1:1), sino también en el cuerpo de la misma (1:23) y en su conclusión (4:18). El carácter de Pablo, tal como lo conocemos de sus otras cartas, resplandece en ésta. No hubo disputas acerca de la autenticidad de Col. en el período primitivo. La carta está incluida en las más tempranas listas de canonicidad de los li bros del NT (siglo II d. de J.C.) compilados por Marción, así como en el Canon Muratori (fin de siglo II o principios del III). Sin embargo, la autoría paulina ha sido cuestionada en una serie de ocasiones en los últimos 150 años. Los argumentos atañen al lenguaje y estilo de la carta, y a las supuestas diferencias entre Col. y la teología de las principales cartas paulinas.
Como el lenguaje y el estilo, muchas expresiones son propias a Pablo mientras que las diferencias pueden ser explicadas por la situación particular que dio lugar a la carta. Ciertos términos llamativos, p. ej. aparecen como los engaños de la "filosofía" colosense o como parte de las respuestas del autor a su problema específico.
Las supuestas diferencias teológicas entre Col. y el resto de las cartas paulinas aceptadas tienen que ver con las áreas de cristología (la persona y obra de Cristo), eclesiología (la naturaleza de la iglesia), escatología (enseñanzas sobre las últimas cosas) y tradición. Hay diferencias de énfasis: p. ej. el que está dado en una escatología realizada más que en una escatología futura (las bendiciones ya están siendo experimentadas por medio del Espíritu en vez de en el final de los tiempos, aunque éste está presente también, p. ej. 3:4). Estas diferencias son mejor interpretadas si las colocamos en las circunstancias específicas de los colosenses (ver comentarios so bre 2:11, 12; 3:1– 3). Los así llamados "desarrollos teológicos" están en línea con la enseñanza anterior del Apóstol y no constituyen una razón para rechazar la autoría paulina de la carta. La estrecha conexión entre Col. y Film., especialmente el número de personas asociadas con Pablo y que se mencionan en ambas cartas (4:7– 17; ver Film. 2:23, 24) y la particular mención de Onésimo como "uno de vosotros" (4:9), sugiere que ambas cartas fue ron escritas al mismo tiempo. No hay razón para dudar que el autor de la carta fuera Pablo.
Ocasion
Epafras había hecho una visita a Pablo en Roma (ver abajo) y le informó acerca del estado de las iglesias en el valle de Lico. Mientras gran parte del informe era alentador (1:8; 2:5), un dato inquietante fue una enseñanza atrayente, pero falsa, que se había introducido en la congregación, y que si no lo detenían podría trastornar el evangelio y llevar a los colosenses al cautiverio espiritual. La carta fue escrita como una respuesta a esta necesidad urgente.
La Amenaza a la Fe y la "herejia Colosense"
En ningún lugar de la carta el Apóstol define la "herejía"; sus rasgos principales pueden ser detectados solamente al reunir las piezas dispersas e in terpretar sus argumentos en contra. Recientemente varios eruditos han cuestionado si de veras estos argumentos en contra señalan la existencia de una "herejía colosense". Prefieren hablar en términos de "tendencias" en vez de un sistema aislado con definiciones propias, y sugieren que los recién convertidos estaban bajo presión externa a conformarse a las creencias y prácticas de sus vecinos judíos y paganos. Pero a la luz de 2:8– 23, con sus referencias a la "plenitud", las instrucciones específicas acerca de la autodisciplina ("¡No toques!", etc. v. 21), las reglas sobre los alimentos y días sagrados, frases no comunes que parecen ser palabras clave de los oponentes de Pablo, y el fuerte énfasis sobre lo que Cristo ya había logrado a través de su muerte y resurrección, parece apropiado hablar de una "herejía" que recién comenzaba a penetrar en la congregación.
La enseñanza fue establecida como "filosofía" (2:8), basada sobre la "tradición" (una expresión que denota su antigüedad, dignidad y carácter revelado) que pretendía impartir conocimiento verdadero (2:18, 23). Pablo parece estar citando los dichos de sus oponentes en su ataque contra sus enseñanzas: 2:9, "toda la plenitud"; 2:18, complaciéndose en fingir "humildad y culto a los ángeles"; 2:21, "no toques"; y 2:23, reputación de "ser sabias en una cierta religiosidad, humildad y duro tratamiento del cuerpo". Además, la observación de estos tabúes en esa "filosofía" se relacionaba con la obediente sumisión a "los principios elementales del mundo" (2:20). ¿Cómo pueden ser comprendidas estas características no comunes?
Los eruditos no coinciden completamente acerca de la naturaleza de la enseñanza. Básicamente la herejía tiene un tinte judío, ya que incluye reglas alimenticias, el guardar el sábado y otras reglas del ca lendario judío. La circuncisión se menciona (2:11), pero no aparece como un requerimiento legal. Entonces, ¿qué clase de judaísmo es este? Parece que no fuera la clase de judaísmo estricto y duro contra el cual las iglesias de Galacia fueron advertidas, sino un tipo en que figuraban el misticismo y autodisciplina y en que los ángeles, principados y potestades jugaban un papel prominente en la creación y en la entrega de la ley. Se los consideraba reguladores de las líneas de comunicación entre Dios y la humanidad, y, por lo tanto, debían ser aplacados por guardar ciertas observancias legales estrictas.
Se han hecho un número importante de sugerencias respecto a la naturaleza de la "filosofía" colosense. Algunas incluyen la de una secta de misterio pagana (M. Dibelius), una combinación de elementos paganos y una forma gnóstica del judaísmo, eso es la que se basa en algún "conocimiento interior" especial (G. Bornkamm). (El culto a los ángeles [2:18] ha sido considerado como un elemento pagano en la falsa enseñanza, aunque debería ser comprendido como "el culto de los ángeles [a Dios]"; ver el comentario.) Otras teorías incluyen un judaísmo sectario de una clase gnóstica (Lightfoot), y un conjunto de creencias que combina otras tantas características judías (S. Lyonnet). Estudiosos recientes, sin embargo, consideran que la falsa enseñanza que sobrepasaba el evangelio elemental de Epafras, estaba conectada con formas ascéticas y místicas de la piedad ju daica (como se encuentra, p. ej. en Qumrán). Esta piedad era para una elite espiritual instada a progresar en la sabiduría y el conocimiento y así alcanzar la verdadera "plenitud". "Humildad" (2:18, 23) fue un término usado por los oponentes para denotar prácticas de autonegación que abrían al creyente a visiones de los misterios celestiales y a experiencias místicas. Así, los "maduros" podían lo grar entrar a los cielos y unirse a "la adoración angélica de Dios" como parte de una experiencia presente (2:18).
De una forma similar hoy en día los hombres y mujeres a veces creen que si ordenan sus vidas por una serie de reglas y normas entonces Dios estará complacido con el servicio que ellos brindan y sus propios reclamos podrían ser presentados a él. Estas reglas y ordenanzas pueden aparecer en diferentes áreas de la vida: las esferas morales, sociales, políticas y religiosas. Una sensación de logro o aun de gozo se siente cuando las reglas se guar dan, mientras que se siente vergüenza y fracaso si no se alcanzan las normas requeridas. Pero todo el esfuerzo es egocéntrico, enfocado sobre el mérito humano. Aun los creyentes pueden caer en un legalismo, pensando que sería correcto "pagar" a Dios, aunque sea de una manera limitada, por el regalo de la salvación que ha provisto en su Hijo. Por otro lado, algunos pueden pensar que es necesario seguir las reglas de índole religiosa, con el fin de crecer como cristianos y convertirse en santos. Pero todo ese esfuerzo resta valor a la obra salvadora de Cristo, especialmente su muerte sobre la cruz. El error es similar al de aquellos falsos maes tros de Colosas.


Ubicación de Colosas en el valle del Lico
El Tratamiento Que Dio Pablo a la Filosofia Colosense
Pablo pronuncia una fuerte amonestación a los colosenses para que se guarden de los falsos maestros a fin de evitar que éstos los lleven como cautivos (lit. "secuestrar") de la verdad a la esclavitud del error mediante su "filosofía y vanas sutilezas" (2:8). Aunque ellos habían presentado su enseñanza como "tradición", Pablo rechaza toda pretensión de origen divino. Era un invento humano ("la tradición de los hombres") y en respuesta a ello lo ubica en contra de la tradición de Cristo, no meramente la que surge de la enseñanza de Cristo, sino la que encuentra su encarnación en él (2:6). Jesucristo es la "imagen del Dios invisible" (1:15), en quien habita la "plenitud de la Deidad" (2:9). En un magnífico pasaje en alabanza a Cristo como el Señor en creación y reconciliación (1:15– 20), Pablo procla ma que mediante Cristo fueron creadas todas las cosas, incluyendo los principados y potestades que tan prominentemente figuran en la herejía colosense. Todas las cosas han sido hechas en él. El es el agente de toda creación y su meta final (16).
Aquellos que han sido incorporados a Cristo han alcanzado plenitud de vida en el único que es Señor sobre todo principado y potestad (2:10). Cristo Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres. Sería una tontería para los colosenses ser seducidos por los falsos maestros a pensar que era necesario obedecer a los poderes angélicos que controlaban las líneas de comunicación entre Dios y el hombre. Esta vía estaba controlada ahora por Cristo, quien por su muerte se revela como conquistador de dichos principados y potestades (2:13– 15).
En su respuesta a la falsa enseñanza, Pablo expone la doctrina del Cristo cósmico más plenamente que en sus primeras cartas. Dicha enseñanza se insinúa previamente en Rom. (8:19– 22) y 1 Cor. (1:24; 2:6– 10; 8:6), pero una exposición más detallada aparece en Col. 1:15– 20 y 2:13– 15. Las críticas del Apóstol a los que defendían la filosofía, con sus nociones incorrectas y extrañas conductas, son penetrantes, aun destructivas (ver comentario sobre 2:16– 23).
Lugar y Fecha de Origen
El punto de vista tradicional de que Pablo escribió a los Col. durante su prisión en Roma es más probable que la opinión de que él lo haya hecho en Efeso o Cesarea. Ningún otro encarcelamiento en Hech. parece ser una alternativa aceptable (hay dificultades en suponer que fue durante su prisión en Cesarea, Hech. 24:27). Los saludos de los colegas en el cap. 4 sugieren que los mismos tenían di recto acceso a Pablo, y esto está de acuerdo con la prisión en Roma de Hech. 28:30. También la referencia a Onésimo (lo cual trae a cuenta la carta a Film.) se comprende mejor en el contexto de la ca pital imperial, aunque algunos argumentan que la distancia entre Colosas y Roma hace que un origen romano de la carta sea improbable. Cualquier supuesto progreso en el pensamiento de Pablo no ayuda en fechar Col.
Si se acepta la sugerencia de Roma, entonces la fecha más probable es el primer encarcelamiento romano de Pablo, p. ej. c. 60, 61 d. de J.C. Aque llos que suponen una alternativa en Efeso, la ubican alrededor del 54– 57 o aun más temprano, 52– 55 d. de J.C.
Bosquejo del Contenido
1:1, 2Saludos de Pablo
1:3-8La gratitud por la fe, el amor, la esperanza y el evangelio
1:9-14La oración pidiendo conocimiento y conducta piadosa
1:15-20Jesucristo, el Señor de la creación y la reconciliación
1:21-23La reconciliación efectuada y su aplicación
1:242:5La misión de Pablo y su interés pastoral
2:6-15El remedio para el error: Cristo en toda su plenitud
2:16-23La libertad del legalismo
3:1-4Buscad las cosas de arriba
3:5-11Despojaos de los pecados del pasado
3:12-17Vestíos de la gracia de Cristo
3:184:1La conducta en cuestiones domésticas
4:2-6Palabras finales de aliento
4:7-18Saludos personales e instrucciones