Riched20 5.50.30.2002;
Ezequiel
Introducción
Trasfondo Historico
El libro de Ezequiel se relaciona con uno de los período más críticos en la historia de Israel. Los oráculos en el libro cubren un período de 22 años, de 593 a 571 a. de J.C. (vea diagrama en la p. 656). Durante este tiempo la ciudad de Jerusalén fue sitiada y destruida. El templo fue incendiado y la monarquía llevada a su fin. La población de Judá sufrió las privaciones de la guerra. Muchos fueron al exilio.
Desde un punto de vista humano mucho de la contienda del período radicó en la inestabilidad política del Medio Oriente en esa época. Palestina era una región pequeña pero afectada constantemente por los cambios en el equilibrio de poder en toda la región. Egipto era una super potencia que envejecía. Asiria había comenzado a desmoronarse, pero Babilonia estaba haciéndose cada vez más fuerte. El reino del norte de Israel había sido destruido por los asirios en 722– 721 a. de J.C. Las alianzas del reino de Judá habían oscilado entre Egipto y Babilonia. Cuando el rey Joacim intentó rebelarse con tra Babilonia alrededor de 601– 600 a. de J.C., Nabucodonosor respondió poniendo sitio a Jerusalén y sometiéndola en 597 a. de J.C. Unos 10.000 de sus habitantes (2 Rey. 24:14) fueron llevados al exilio. Uno de esos exiliados era un sacerdote llamado Ezequiel.
Ezequiel el Profeta
Todo lo que sabemos acerca de Ezequiel viene de su libro de profecías. Aun allí la información es escasa. Ezequiel era sacerdote (1:3) tanto como profe ta. Su fondo sacerdotal se muestra en su preocupación por la pureza ceremonial (4:14) y el énfasis sobre el templo (40– 48). Estaba casado, pero su esposa murió durante el curso de su ministerio (24:15– 18). A diferencia de su contemporáneo Jeremías, Ezequiel pasó su carrera profética en Babilonia. Muchos de sus primeros oráculos tratan de eventos en Jerusalén y Judá. Este hecho, y los detalles de los oráculos mismos, han llevado a muchos comenta ristas a sugerir que Ezequiel pasó por lo menos parte de su carrera profética en Palestina. Sin embargo, no hay en el libro ninguna declaración directa para apoyar esta opinión. Como un exiliado, que profetizó a otros exiliados, Ezequiel indudablemente habría estado preocupado acerca de las catástrofes que aguardaban a su patria. Sus oyentes también habrán estado muy ansiosos de escuchar acerca del destino de su país. Debemos por lo menos esperar que los eventos en Israel/Judá ocuparan parte sustancial de su labor profética. Ser capaz de percibir lo que estaba sucediendo en tierras distantes de donde él vivía, era una habilidad necesaria para un profeta exiliado en Babilonia.
Como profeta, se requería que Ezequiel relatara sus percepciones al pueblo. Algunas veces utilizó más que meras palabras. En varios casos él dramatizó parte de la profecía. Las ayudas visuales no son nada nuevo. Estas profecías dramatizadas incluyeron estar acostado atado con cuerdas (4:1– 8), afeitarse la cabeza y golpear con una espada algo del cabello (5:1, 2), cubrirse el rostro y perfo rar un muro (12:3– 7), temblar (12:18) y evitar todos los ritos de duelo por su fallecida esposa (24:16– 24). No es de extrañar que su salud mental haya sido cuestionada. No obstante, lo extraño mismo de sus actos, y a veces sus oráculos también, sirvieron para llamar la atención a su mensaje. Parece también que durante una parte de su carrera profética él sufrió una pérdida parcial del habla. Su capacidad completa para hablar regresó cuando Jerusalén cayó (33:21, 22).
A pesar de sus extrañas acciones, Ezequiel fue altamente respetado como profeta. A los 18 meses de su visión inaugural los ancianos de su pueblo habían comenzado a visitarle para consultas (8:1; también 14:1; 20:1; 33:30, 31). Parece, no obstante, que aunque apreciado no siempre se le hacía caso (33:30– 33). Es fácil admirar a un líder moral o espiritual, pero no siempre es fácil poner en práctica los requerimientos que hace. El ejemplo supremo es el de Jesús (ver Mat. 7:24– 29).
Ezequiel no era esclavo de los convencionalismos sociales. El no vivía una vida cómoda en una sociedad cómoda. Pertenecía a un grupo minoritario, forzosamente transplantados como resultado de la guerra en su país de origen. Su religión era bastante minoritaria, luchando para sobrevivir en una sociedad pluralista multicultural. El poderoso país donde estaba exiliado tenía muchos dioses y él tenía sólo uno. Sin embargo, él proclamó firmemente el mensaje que había un Dios, quien finalmente salvaría a su pueblo, sin importar lo que pudieran hacer otras naciones.
El Libro de Ezequiel
A pesar de una reputación de oscuridad y dificultades textuales, el libro de Eze. tiene una estructura claramente definida. Es una colección de 52 oráculos, mensajes o visiones divinamente entregados, descriptos por el profeta Ezequiel. Hay apenas un escaso mínimo de narrativa proporcionada para dar un contexto a cada uno de los oráculos. Sin embargo, el principio de cada oráculo está indicado claramente por una de dos frases: "Vino a mí la palabra de Jehovah" o "la mano de Jehovah vino sobre mí".
Estas dos expresiones no son intercambiables. Ellas dan una indicación del tipo de profecía que seguirá. La primera expresión es por mucho la más frecuente. Indica el comienzo de un mensaje verbal de Dios que generalmente debe ser entregado al pueblo de Israel. La segunda expresión se usa para indicar una experiencia más intensa, donde el profeta es afectado físicamente. Se usa en todos los grandes oráculos visuales donde Ezequiel mismo se siente transportado dentro de la visión misma.
Los oráculos se agrupan de acuerdo con el tema y no están siempre en estricto orden cronológico. Cada oráculo es independiente de sus vecinos. Algunas veces los oráculos vecinos están separados uno del otro por un período de años. La construcción del libro en general lleva la marca de una mente claramente organizada. Esta impresión es reforzada por el uso repetido de frases fijas y la casi rítmica naturaleza de muchas parte del texto.
La naturaleza del tema significa que los primeros 32 capítulos consisten en advertencias de desastre, y los últimos 16 consisten en promesas de esperanza. El punto decisivo en el libro es la caída de Jerusalén, como se da en 33:21, 22. Colocó el cimiento de lo que ha sido llamado literatura "apocalíptica". Ciertamente su más fuerte influencia ha de verse en el libro de Apoc., donde mucho del simbolismo es similar al de Eze. (ver artículo: Libros apócrifos y apocalípticos).
El Mensaje Del Libro
En conjunto el libro de Ezequiel consiste en advertencias iniciales de calamidad seguidas por promesas de restauración. Así como las calamidades que fueron pronosticadas se cumplieron, así se cumplirán las promesas de restauración. El pueblo de Dios, habiendo soportado tanto en el pasado, sería últimamente salvado de su miseria. Israel se volvería a su Dios y a su tierra prometida. Ellos serían su pueblo y él sería el Dios de ellos.
Varios otros temas aparecen a través de los oráculos. El asunto de la responsabilidad humana ocurre en varias formas. La destrucción que caería sobre Israel vino como un resultado de su propia indocilidad. Fue por causa de su idolatría que fue castiga da. Sin embargo, en este caso la culpa no era un asunto puramente comunal. Los individuos no eran castigados simplemente debido a los pecados de sus antepasados (cap. 18). Fueron considerados culpables por lo que cada uno de ellos como individuo había hecho, pero este tema se clarifica aun más. Ser tenido por justo no era asunto de acumular puntos a favor para compensar los desfavorables (un punto de vista comúnmente sostenido aún hoy). Era menester un cambio fundamental, dura dero, del corazón del individuo (18:30– 32).
Otro tema importante es la relación de Dios con su pueblo. Una frase que ocurre muy frecuentemente por todo el libro es que los hechos pronosticados ocurrirían "para que ellos sepan" que él era su Señor. Las calamidades no eran sólo castigo. Eran también un medio de llevar al pueblo al conocimiento de Dios. Esta relación especial se recalca por todo el libro. El los juntaría y protegería tal como un pastor cuida de sus ovejas. Un Pastor vendría a cuidarles y gobernar sobre ellos (34:1– 31; 36:24– 28).
Sin embargo, la estrecha relación entre el Señor y el pueblo de Israel no significaba que otras naciones y tierras estaban fuera de la esfera de su autoridad y control. Los oráculos de Ezequiel a las nacio nes extranjeras hacen claro que Dios no era simplemente una deidad parroquial gobernando a Jerusalén y sus cerros alrededor. En algunas maneras una nación pagana podría ser instrumento de Dios, aun hasta el punto de castigar a Israel.
Las figuras gráficas en el libro de Eze. pueden ser inquietantes. Los oráculos de Ezequiel tienen relación con uno de los períodos más oscuros en la historia de Israel. Durante su carrera profética su pueblo sería dispersado y la ciudad de Jerusalén y el templo destruidos. Sin embargo, el libro concluye con mensajes de esperanza. Al final del tiempo el Pastor vendría a juntar sus ovejas.
Ezequiel Para Hoy
El libro de Eze. tiene pasajes que son difíciles de interpretar y aun más difíciles de aplicar. Puede ser de consuelo para el lector moderno saber que los antiguos rabinos tenían que estudiar largo y duro el contenido del libro. Hay también una tendencia infortunada a ser atraído a los pasajes más oscuros a expensas de los más directos. Sin embargo, hay varios puntos útiles al abordar el libro. Primero, es importante recordar que el libro es una colección de oráculos independientes. Estos están siempre identificados por las expresiones "vino a mí la palabra de Jehovah" o "La mano de Jehovah fue sobre mí [Ezequiel]". Los oráculos se agrupan temáticamente, aunque no siempre en estricto orden cronológico, y pueden variar en tamaño de unos pocos versículos a varios capítulos. Sabemos por aquellos que están fechados que algunas veces puede separarlos un lapso de varios años, de modo que es mejor escoger un oráculo solo, leerlo totalmente, y considerarlo por sí solo.
Segundo, Eze. tiende a ser escrito según una fórmula, casi prosa poética. Hay temas y expresiones que aparecen por todo el libro. Una frase que puede ser misteriosa en una sección puede ser más clara en otra. Es útil, por lo tanto, comenzar con algunos de los pasajes menos "excitantes" para captar el sentido del lenguaje y pensamiento del libro. Por este motivo es mejor no comenzar con los capítulos iniciales. Los oráculos más extensos de 1:1– 3:15; 8:1– 11:25; 38:1– 39:29 y 40:1– 48:35 deben ser estudiados al fin. El principio del cap. 12 puede ser un punto posible de entrada.
Tercero, es también útil tener en mente los temas generales que unen los oráculos. Los caps. 4– 24 contienen advertencias acerca de la inminente destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor. Los caps. 25– 32 contienen advertencias a los vecinos de Israel acerca de la actitud de ellos en la hora de necesidad de él, y los caps. 33– 48 contienen mensajes de esperanza para el pueblo de Israel después de la caída de Jerusalén.
La situación política del pueblo de Israel en aquel entonces era obviamente bastante distinta de la de hoy. Sin embargo, detrás de las cosas específicamente políticas, vemos a una sociedad complicada, cargada de asuntos familiares desordenados: incertidumbre acerca del futuro; cataclismos internacionales; pluralismo religioso; corrupción institucional; fe en desorden. La sociedad moderna tiene sus propios ídolos, falsos profetas, santuarios corrompidos, instituciones decadentes y fanatismos nacionales. Tienen nombres distintos, pero las palabras de Ezequiel pueden todavía aplicarse a ellas.
Hay un peligro en aplicar demasiado precisamente a la actualidad lo que ocurrió hace dos milenios y medio, especialmente cuando ocurren nombres si milares de lugares (particularmente Israel). No obstante, el contorno general de los problemas de la sociedad es tan similar hoy que los principios pueden fácilmente ser aplicados. La sociedad y Dios no cambian.
Bosquejo del Contenido
1:1-3:21La comisión de Ezequiel
1:1-3:15El llamado de Ezequiel
3:16-21La responsabilidad del centinela
3:22-24:27Advertencia sobre la inminente destrucción de Jerusalén
3:22-5:17Mensajes dramatizados: el sitio de Jerusalén pronosticado
6:1-14Profecía contra la idolatría en Israel
7:1-27Advertencia de desastre inminente para Israel
8:1-11:25La idolatría de Jerusalén y su castigo
12:1-16Un mensaje dramatizado: el exilio pronosticado
12:17-20Un mensaje dramatizado: Israel temblará
12:21-25La profecía se cumplirá...
12:26-28... y se cumplirá pronto
13:1-23Condenación de los falsos profetas y profetisas
14:1-11Condenación de la idolatría
14:12-23El juicio sobre Israel no será conjurado por los pocos justos
15:1-8Jerusalén, la vid inútil
16:1-63Jerusalén, la esposa infiel y promiscua
17:1-24Aguilas, cedros y una vid: una parábola política
18:1-32La responsabilidad del individuo
19:1-14Lamento por los gobernantes de Israel
20:1-44La persistente rebeldía de Israel
20:45-49Juicio por fuego
21:1-7Juicio por la espada
21:8-17La espada está afilada
21:18-32La espada del rey de Babilonia
22:1-16Los pecados de Jerusalén
22:17-22La fundición de Israel
22:23-31Injusticia en la ciudad. Corrupción en todos los niveles
23:1-49Ohola y Oholiba, hermanas adúlteras
24:1-14La parábola de la olla: Jerusalén sitiada
24:15-27La muerte de la esposa de Ezequiel y el significado de su duelo
25:1-17Profecías contra naciones vecinas
26:1-28:19Profecías contra Tiro
26:1-21La denunciada satisfacción propia
27:1-36Un lamento
28:1-10Contra la arrogancia
28:11-19Expulsión del "paraíso"
28:20-26Profecía contra Sidón: "Conoce a Jehovah"
29:1-32:32Los oráculos egipcios
29:1-16Egipto: declinación y caída
29:17-21La recompensa de Nabucodonosor
30:1-19Un día oscuro para Egipto
30:20-26Los brazos rotos del faraón
31:1-18La lección para Egipto del cedro cortado
32:1-16Lamento por el faraón
32:17-32El descenso de Egipto al dominio de la muerte
33:1-20El alcance de la responsabilidad
33:21, 22Ezequiel recupera su habla
33:23-33Las posesiones ilegales de Israel
34:1-48:35Profecías de restauración
34:1-31Los pastores de Israel denunciados
35:1-36:15Profecías y montes: advertencias a Edom y aliento para Israel
36:16-38La restauración de Israel
37:1-14El valle de los huesos secos
37:15-28La reunión de Israel
38:1-39:29Profecías contra los que se oponen a Israel
40:1-48:35Visiones del templo nuevo y la tierra nueva