Riched20 5.50.30.2002;
Habacuc
Introducción
¿quien Era Habacuc?
Habacuc es una figura vaga, sin parentela ni época indicadas en la profecía. Solamente se da su papel como profeta, un intermediario entre Jehovah e Israel. Su nombre es aparentemente hebreo, pero refleja la influencia de Mesopotamia, que gobernó sobre Israel del siglo noveno al sexto a. de J.C. En su lenguaje acadio su nombre significa una planta o árbol frutal.
En una posterior tradición judía del libro apócrifo "Daniel, Bel y el Dragón", Habacuc trae alimento a Daniel en la guarida de los leones. La notación musical y la forma del salmo en Hab. 3 han sugerido que era un levita, que era la tribu asociada con la música (Esd. 3:10; Neh. 12:27). Esto es apoyado por un ms. que identifica a su padre como Jesús, un levita. Otros sugieren que era un funcionario de la corte o profeta del templo. Todas las sugerencias son especulativas, sin ninguna evidencia fuerte para cualquiera de ellas.
Aunque la identidad de Habacuc está en duda, su carácter es claro. Era un seguidor sincero y devoto de Jehovah; no solamente se sometía a la voluntad del Señor, sino también se enfrentaba a él cuando pensaba que Dios estaba ignorando sus propias promesas. Como Job, Habacuc no vacila en cuestionar a Dios, en una forma de literatura llamada "teodicea". Sin embargo, cuestiona a Dios por diferentes razones. Mientras que Job sos tiene su inocencia preguntando por qué, a la luz de ella es castigado, Habacuc tiene la pregunta opuesta: puesto que los malvados claramente no son inocentes, ¿por qué no son castigados, a pesar de que están tratando injustamente a los justos? Sin pedir alivio para el sufrimiento (cf. Sal. 10; 12, etc.) él pregunta por qué el juicio no se aplica.
El hecho de cuestionar no disminuye la fe de Habacuc en Dios, con el que disfruta de una relación personal (1:12). El es consciente del asombroso poder del Rey y Creador del universo (3:16), pero también conoce su cuidado para con él (3:17, 18). Habacuc el profeta nos enseña que cuestionar a Dios es aceptable; rehusar confiar en Dios es lo que causa la caída.
La Situacion Historica
No se da ninguna fecha para estas profecías, aunque a los eventos a los que se refiere puede fijárseles una fecha. Algunos han sugerido una composición tan tardía como el siglo II a. de J.C., pero la necesidad de modificar el texto de 1:6 para apoyar esta propuesta habla fuertemente en contra de ella. Tal como está, 1:6 anticipa la inminente invasión de los babilonios. La nación que anteriormente regía sobre Israel era Asiria, cuya capital, Nínive, cayó ante los babilonios en 612 a. de J.C. Ellos consolidaron su posición estableciendo el imperio neobabilónico al derrotar una alianza encabezada por Egipto en Carquemis en Siria en 609 a. de J.C. (Jer. 46:2). Los babilonios finalmente atacaron Jerusalén saqueándola y destruyendo el templo en 587 a. de J.C. Puesto que el profeta anticipa este evento en el texto, aparentemente estaba escrito, o se había dado el mensaje, antes de entonces. La propia caída de Babilonia a manos de Ciro, el rey persa, en 539 a. de J.C., también se anticipa. (Ver la gráfica en la pág. 656.)
El Libro y Su Mensaje
La profecía se divide en dos secciones: un diálogo con Dios (caps. 1 y 2) y un himno de alabanza (cap. 3). El diálogo está formado por dos preguntas de Habacuc a Dios, cada una con su respuesta. La primera tiene que ver con la lentitud de Dios para castigar a los malvados entre su pueblo escogido (1:2– 4). ¿Permite él el pecado? Dios responde que los babilonios pronto van a traer condenación sobre los malhechores (1:5– 11), una referencia aparente a la destrucción de Jerusalén y su templo en 587 a. de J.C. Sin embargo, esta respuesta no aquieta la per plejidad de Habacuc, puesto que el remedio parece ser peor que la enfermedad. Aunque los malvados de Israel son malos, los babilonios, ferozmente crueles e inhumanos, son todavía peores. Seguramente hay una desproporción entre las ma las acciones de Israel y el castigo de Dios (1:12– 17). Sin embargo, Dios muestra que este no es el fin. Su pueblo merece castigo, pero Babilonia no está sin culpa, puesto que su barbarie también caerá bajo el juicio de Dios (2:2– 20), una referencia a la conquista persa de la zona en 539 a. de J.C.
Se traza un agudo contraste entre los babilonios, arrogantes y descarriados y los que dentro de Israel actúan justamente (2:4). Este versículo, especialmente la segunda mitad, es indudablemente el más familiar en el libro. Esto no se debe a la familiaridad con Habacuc, sino más bien a que es citado de varias maneras en Hebreos (10:38) y por Pablo (Rom. 1:17; Gál. 3:11). La lucha con la interpretación de este versículo llevó a Martín Lutero a cuestionar la doctrina reinante de la justificación, que precipitó finalmente la Reforma protestante.
Al ver a Dios como justo, contrario a lo que podría ser el caso a primera vista, en el cap. 3, Habacuc lo alaba por su provisión, sabiendo que puede poner su confianza en él (3:17, 18). El lugar del tercer capítulo dentro del libro ha presentado un problema. Tiene su propio encabezado como un salmo y su conclusión (3:1, 19), posiblemente para indicar que en un tiempo tenía una existencia independiente. El comentario del Qumrán sobre Ha bacuc discute los primeros dos capítulos, pero no el tercero, sugiriendo su inclusión posterior. Sin embargo, el argumento no es fuerte, puesto que el capítulo está incluido en la LXX y en otros textos antiguos. Ya fuera que el profeta haya compuesto el himno o lo haya adaptado de alguna fuente anterior, funciona bellamente en su contexto canónico para expresar la relación de Habacuc con su Dios, y el libro solamente puede ser leído y apreciado completamente si queda como está.
En alguna manera el papel de Habacuc y su mensaje es lo opuesto a lo que normalmente se encuentra entre los profetas. En vez de reprobar a Israel en nombre de Dios, él mismo enfrenta a Dios, demandando cuenta de sus acciones, o falta de ellas. El pacto en el Sinaí fue entre dos partes, Dios e Israel, y ninguno puede ignorar sus obligaciones. Habacuc le recuerda a Dios de las maldiciones pro metidas si Israel renegara de sus deberes (Deut. 28:15– 68), maldiciones que parecen tardarse mucho. El confía en que Dios escuchará sus oraciones y actuará poderosamente hacia Israel y Babilonia. El también es consciente de la justicia de Dios que, aun sin respuesta, aunque Dios no bendiga a su pueblo en general, o a Habacuc en particular, él todavía es digno de alabanza.
Habacuc Para Hoy
Muchos consideran que cuestionar a Dios es pecaminoso, pero Habacuc y Job muestran que no es así. Etapas difíciles en la vida pueden producir du das honestas y/o perplejidad, y Dios no condena ni a Job ni a Habacuc por expresar esas dudas. Solamente en un diálogo abierto los malentendidos se resuelven y las diferencias se corrigen. Aun hoy es mejor expresar molestia que dejar que se anide, convirtiéndose en amargura. Aunque la respuesta podría no venir inmediatamente (2:1), o podría causar consternación en sí misma (1:12– 17), Dios no prohíbe el cuestionamiento honesto.
Dios ya conoce el principio del fin (Isa. 46:10). El no actúa en secreto, sino que se revela a los creyentes que cuestionan (Amós 3:7). Es importante dirigirse con el debido respeto al grande y asombroso Dios (Hab. 3:16), pero uno todavía puede dirigirse a él. El consuelo espera al que duda, al que cuestiona o al que sufre, porque parte de lo que Dios es tiene que ver con la salvación y la ayuda a los suyos (3:19). Nosotros también, como Haba cuc, esperamos respuestas a nuestras preguntas y necesidades, no solamente porque él cumplió con Habacuc en el primer milenio antes de Cristo (3:3– 15), sino que también porque él ya ha cumplido con nuestro propio pasado personal cuando se acerca el tercer milenio después de Cristo, y lo hará de nuevo. Sea que el problema surja de los actos de entidades nacionales, como con Habacuc, o por causa de malas acciones individuales, Dios está allí.
Bosquejo del Contenido
1:1Título
1:22:20Diálogo con Dios
1:2-4Problema: ¿Por qué queda sin castigo la maldad?
1:5-11Respuesta: El juicio venidero sobre los malvados
1:12-17Problema: ¿No es el remedio peor que la enfermedad?
2:1En espera de una respuesta
2:2-20Respuesta: El juicio viene sobre los malvados
3:1-19Salmo de petición y alabanza
3:1, 2Petición por la presencia activa y continuada de Dios
3:3-15La mano de Dios en la historia
3:16-19Temblando pero confiando