Riched20 5.50.30.2002;
Oseas
Introducción
Oseas fue uno de los cuatro "profetas escritores" (profetas cuyas profecías fueron escritas y preservadas para nosotros en la Biblia) que vivieron en el siglo VIII a. de J.C. Esos cuatro fueron (en orden aprox. cronológico): Amós y Oseas, que profetizaron en Israel, el reino del norte, e Isaías y Miqueas, que profetizaron en Judá, el reino del sur.
Vivieron en tiempos de afluencia comparativa en Israel y en Judá. Esta afluencia, sin embargo, no era compartida. Los ricos y poderosos se hacían más ricos y más poderosos a costa de los pobres y vulnerables. Todos los profetas hablaron de esta situación, pero tenían diferentes énfasis. Mientras que Amós se concentró en las injusticias sociales del pueblo, Oseas hizo hincapié en su infidelidad a Dios y en su idolatría.
Oseas el Profeta
Aunque no sabemos muchos detalles de la vida de Oseas (p. ej. de dónde vino, o quién era Beeri su padre) sus circunstancias fueron de suprema importancia para hacer comprender el significado de su mensaje. Por ejemplo, se casó con Gomer, una mujer que resultó ser infiel como el pueblo de Israel. Ella lo dejó por otro y al hacerlo, dio un cuadro exacto del pueblo de Israel que dejó a Dios para "ir tras otros dioses". A Oseas, sin embargo, le ordenaron ir y recibir de nuevo a su esposa, para así proveer una poderosa ayuda visual para el mensaje que Dios tenía para su pueblo: "Has pecado y debes ser castigado, pero volveré a tomarte y restauraré nuestra relación" (ver los caps. 1, 3 especialmente).
La esposa del profeta le dio tres hijos, cada uno de los cuales recibió un nombre profético: "Jezreel", "compasión-no-mostrada" y "no-mi-pueblo" (vea en 1:4– 9). Juntos hablan del juicio de Dios, pero el juicio también es revertido (1:10– 2:1, 21– 23).
Oseas parece haber tenido un ministerio profético de más de treinta años, como podemos ver por los reyes enlistados en 1:1, y por alusiones a eventos históricos en el libro. Probablemente recibió su llamamiento a profetizar alrededor del 760 a. de J.C., hacia el fin del reinado de Jeroboam II (c. 793– 753 aprox.) y continuó por cerca de 30 años. En este año tuvo lugar la llamada guerra sirio-efratea. Siria e Israel (el reino del norte, frecuentemente llamado Efraín) trataron de obligar a Judá a unirse a ellos en rebelión contra Asiria. Judá rehusó unirse y apeló a Asiria, que entonces venció a Siria y a Israel sin problema. Oseas puede muy bien haber profetizado casi hasta el tiempo de la caída de Samaria en 722.
Oseas proclamaba su mensaje verbalmente en los lugares naturales de reunión. Estos incluirían santuarios (p. ej. Betel y Gilgal; 4:15) donde la gente venía a adorar y a ofrecer sacrificio, y las puertas de las ciudades, donde los ancianos se reunían a arreglar disputas legales. El probablemente pasó algún tiempo en Samaria, la capital, que aparece en varias profecías (p. ej. 7:1; 8:5, 6).
En vista de las referencias a Judá en el libro (p. ej. 1:1, 7, 11; 4:15; 5:10– 14), es posible que Oseas se haya refugiado allí en algún punto de su ministerio. Esto explicaría cómo sus profecías llegaron a conservarse cuando el reino del norte fue destruido (ver también la gráfica en pág. 656).
Trasfondo Historico
Durante la primera parte del siglo VIII a. de J.C. los grandes poderes del mundo conocido eran menos dominantes de lo que habían sido: Asiria y Babilonia estaban en lucha en otras partes y Egipto era comparativamente débil (ver gráfica de tiempo en la pág. 34). Esto permitía a las naciones más pequeñas de Palestina expandirse y entrar libremente en negocios. Jeroboam II fue un rey malo, según 2 Rey. 14:23– 29; logró éxitos militares, pero causó sufrimiento al pueblo de Israel. Fue el cuarto y último en la dinastía de Jehú, quien había sido ungido rey por un representante del profeta Eliseo (2 Rey. 9:1– 10) para destruir la línea de Acab. Jehú entonces mató a Joram (2 Rey. 9:24) que había estado recuperándose de sus heridas en Jezreel, y siguió esto con una masacre del resto de su familia (2 Rey. 10:1– 8), también en Jezreel. Habiendo probado el sabor de la sangre, aparentemente fue más allá de los mandatos de Dios. Mató a "todos los principales" de Acab, a sus "amigos íntimos" y a "sus sacerdotes" (2 Rey. 10:11) y continuó matando un templo lleno de adoradores de Baal (2 Rey. 10:18– 28). El elogio dado en 2 Rey. 10:30 se modifica severamente por la referencia de Oseas a "los hechos de sangre de Jezreel", como lo es por la declaración de que "no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, quien hizo pecar a Israel" (2 Rey. 10:29). Jehú fue sucedido por su hijo Joacaz y por su nieto Joás. El tercer rey después de Jehú fue el antes mencionado Jeroboam II, el hijo de Joás.
Segundo Rey. 15 nos cuenta cómo, cuando Jeroboam murió (753) hubo una serie de reinados breves y asesinatos. Zacarías (no el profeta de Judá), hijo de Jeroboam, fue asesinado por Salum, quien a su vez fue asesinado por Menajem. Pecaías, hijo de Menajem, lo sucedió, pero después de dos años fue asesinado por Pécaj, quien después fue asesinado por Oseas. (Este nombre en heb. se deletrea igual que Oseas el profeta, pero claramente no eran la misma persona.) Ose. 1:1 no se refiere a esos reyes aunque coincidan parcialmente con los reyes de Judá mencionados. Esto es posiblemente porque cada uno era tan significativo.
Los reyes de Judá eran Azarías (también conocido como Uzías; c. 791– 740), Jotam (c. 750– 732), Acaz (c. 744– 716) y Ezequías (c. 716– 687). Nótese que las fechas se sobreponen. Esto se debe a que ellos adoptaron un sistema de corregencia; el hijo del rey era designado corregente antes que el rey muriera. Esto servía para hacer el cambio más sua ve y menos vulnerable a levantamientos e intentos de golpes de Estado.
El contexto religioso en el que Oseas profetizó se refleja en muchas partes del libro. Los israelitas bajo Josué habían conquistado la tierra de Canaán, pero habían fracasado en destruir los pueblos ya establecidos allí. Ellos y sus descendientes y su religión continuaron. Los cananeos adoraban muchos dioses, el principal de los cuales era Baal. Se suponía que Baal era el dios que daba fertilidad a la tierra. De acuerdo con un mito muy extendido, él fue matado por Moth, el dios del verano y de la sequía, pero resucitó de los muertos después que la diosa Anath vengara su muerte. Esta muerte y resurrección reflejaba el ciclo anual de las estaciones. La religión cananea tenía el propósito de dar fertilidad a la tierra; no daba un gran valor a la moralidad. En los templos, los hombres podían "adorar" a Baal y estimularlo a actos de fertilidad por medio de tener cópula sexual con prostitutas "sa gradas" residentes.
Israel se suponía que debía adorar a un solo Dios, "Jehova", que no tenía diosa consorte. El no podía ser manipulado por rituales, en lugar de eso requería estricta obediencia. Claramente las dos religio nes eran incompatibles, pero los israelitas trataban de mezclarlas (1 Rey. 18:21).
El Texto de Oseas
El texto del libro de Oseas es uno de los más oscuros en el AT. Parece haber sufrido en el proceso de ser copiado por una generación tras otra de es cribas. A menudo, por eso, no podemos estar seguros del significado detallado de un pasaje particular. No obstante, la enseñanza general raramente está en duda; nosotros simplemente debemos estar satisfechos con menos precisión de la que nos gustaría.
La Teologia de Oseas
El mensaje básico de Oseas es que Dios ama a Israel. Sin embargo, ellos han pecado tan gravemente que él está obligado a castigarlos. No obstante, no los ha abandonado para siempre y los restaurará para sí de nuevo. Oseas hace uso de un número de imágenes poderosas para capacitar a sus oyentes a comprender lo que está diciendo.
Oseas hace hincapié tan fuertemente como es posible en que hay solamente un Dios para Israel: Jehovah. No hay lugar en absoluto para otros dioses. Los israelitas habían apostatado al pensar que los cananeos tenían razón acerca de Baal y de la fertilidad de la tierra. Jehovah bien podía haber hecho algunas cosas para los israelitas, como sacarlos de Egipto, pero ellos pensaban que tal vez necesitaban estar en buenas relaciones con el dios de la tierra también (2:5). Oseas señala la seriedad de este error (2:8): por causa de éste Dios quitará las bendiciones que él les dio primero, y hará que Israel comprenda la verdadera fuente de sus bendiciones. Ella tendrá un tiempo de privación (2:3, 6, 9) pero finalmente regresará a Dios y encontrará restauración.
El pacto de Dios con Israel forma la base del mensaje de Oseas. El escogió a Abraham y a sus descendientes para ser su pueblo. Ellos entraron en una relación exclusiva con él que se expresa varias veces en la Biblia en las palabras: "Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios" (p. ej. Gén. 17:7, 8; Jer. 31:31– 33; Zac. 8:8). En Oseas la palabra "pacto" ocurre solamente en 6:7 y 8:1, pero hay muchas alusiones a él. El nombre del tercer hijo de Oseas: "no-mi-pueblo" significa el juicio más serio posible: el rompimiento del pacto y un rechazamiento de Israel como pueblo de Dios. Oseas se refiere frecuentemente a eventos de la historia antigua de la nación, cuando Dios sacó a Israel de Egipto e hizo de él su pueblo (p. ej. 2:15; 9:10; 11:1– 4). Es interesante que él no se refiere a los hechos escuetos de la liberación (el éxodo, el cruce del mar Rojo, etc.), sino a las implicaciones personales de esos eventos.
Esto significa una poderosa declaración acerca de la singularidad de Jehovah. Sólo él es Dios, y tiene poder para dañar o sanar. Sólo él ha entrado en un pacto con Israel. Por tanto, es sabio y también justo que Israel se someta a él solamente. Las consecuencias de apartarse son lamentables, pero hay una invitación de gracia a volverse a un Dios amoroso que los escogió en primer lugar. Este es claramente el Dios del NT y también del AT.
El profeta usa muchas metáforas y símiles para comunicar su mensaje. Dios es descrito como un esposo (con Israel como la esposa; 2:2– 20); como un padre (con Israel como un hijo; 11:1– 11); como un sanador (sanando al enfermo Israel; 5:13; 6:1, 2; 7:1; 14:4); y como un cazador de aves (con Israel como las aves atrapadas en su red; 7:12; 9:11). El se compara a un león (5:14), a un leopardo y a una osa (13:7, 8); al rocío (14:5), al invierno y a la lluvia tardía (6:3), al ciprés verde (14:8), ¡y hasta a la polilla y la carcoma (5:12)! Otras figuras usadas de Israel son la de una vaca (4:16; 10:11), vid y el vino (10:1; 14:7), uvas e higos (9:10), un lirio, el olivo y el cedro de Líbano (14:5, 6), un hijo torpe recién nacido (13:13), una torta no volteada (7:8), un arco fallido (7:16) y niebla de la mañana, tamo y humo (13:3).
Bosquejo del Contenido

El libro de Oseas es más una antología de sus profecías que un libro con un tema continuo corriendo a través de él. Sin embargo, las profecías han sido agrupadas en dos partes principales. En los caps. 1-3 encontramos detalles biográficos (y autobiográficos) concernientes al matrimonio de Oseas, junto con profecías relacionadas con su significado por la esposa de Jehovah, Israel.

En los caps. 4-14 hay un diseño alternante de juicio y esperanza. Se nos da el cuadro muy fuerte de la lucha de Dios por recuperar a su pueblo infiel. El libro termina con una invitación de gracia y promesa para Israel, y una nota para que el lector aprenda de lo que se ha dicho (cf. las palabras de Jesús en Mar. 4:9, 23; 7:15, 16).
1:1Título
1:23:5El matrimonio de Oseas y su mensaje
1:2, 3Oseas se casa de acuerdo con las instrucciones de Dios
1:4-9Tres hijos con nombres proféticos
1:102:1Promesa que sigue al juicio: un vislumbre de un futuro más brillante
2:2-13Profecía de juicio: castigo para Israel, la esposa infiel
2:14-23Promesa que sigue al juicio: cortejo a la esposa infiel para que regrese
3:1-5Oseas toma "una mujer" para que sea de nuevo su esposa
4:114:9Profecías de juicio y promesas de restauración
4:1-3La controversia del Señor con Israel
4:4-9La ley rechazada: los sacerdotes son especialmente culpables
4:10-19Un espíritu de prostitución en la adoración
5:1-7Los sacerdotes, los israelitas y la realeza condenados
5:8-12Efraín/Israel será desolada por un enemigo
5:13-15Asiria no puede ayudar a Israel
6:1-6El veleidoso amor de Israel y lo que Dios requiere
6:7-11aIsrael ha sido infiel al pacto y también Judá
6:11b7:2Dios quiere sanar, pero el pecado de Israel lo impide
7:3-12El pecado de Israel descrito por varias metáforas
7:13-16Ellos rehúsan volverse al Señor
8:1-14Sembrar viento y cosechar torbellino
9:1-6Juicio: los festivales religiosos serán cortados
9:7-9Ridículo para los siervos de Dios
9:10-17Más lecciones de la historia: las raíces del pecado de Israel
10:1-10Agricultura, religión equivocada y reyes: un juicio y una elección
10:11-15Labranza, siembra y batalla: metáforas de juicio
11:1-11Israel como hijo amado de Dios
11:1212:8La falsedad de Israel ilustrada y condenada
12:9-14Fue traído de Egipto y será juzgado
13:1-16Más descripciones de juicio
14:1-8Un llamado al arrepentimiento y una promesa de bendición
14:9Un dicho final de sabiduría