LA CARTA DE SAN JUDAS

Frente a los falsos doctores que sostenían que la libertad ante la Ley libera al cristiano de la obligación moral, esta breve carta exhorta a la fidelidad en la fe y muestra las implicaciones morales del Evangelio.

El autor se presenta a sus lectores como «Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago» (v. 1). La indicación «hermano de Santiago» le sirve como referencia de autoridad para sus destinatarios, pues Santiago, pariente del Señor, había estado al frente de la iglesia de Jerusalén (cfr Introducción a la Carta de Santiago). El nombre de Judas (no el Iscariote) aparece junto con el de Santiago y otros «hermanos» de Jesús, es decir, como uno de los parientes del Señor, en Mt 13,55 y Mc 6,3; es posible que fuera uno de los Doce, el llamado Judas de Santiago (Lc 6,16; Hch 1,13) o Judas Tadeo (Mt 10,3; Mc 3,18). La carta no especifica a quién se dirige, pero probablemente fue escrita de manera más inmediata a cristianos convertidos del judaísmo. Se desconoce la fecha de su composición. Quizá fuera en torno al año 70.

El autor se propone exhortar a los fieles a combatir por la fe recibida (v. 3), recordándoles lo que ya habían predicho los Apóstoles sobre la aparición de hombres malvados dominados por sus pasiones (vv. 17-18). Las noticias de que tales hombres impíos ya se habían introducido solapadamente en aquellas comunidades cristianas (cfr v. 4) pudieron ser el motivo inmediato del escrito.

Según los datos de la carta, aquellos errores se daban sobre todo en ámbito moral: son impíos «que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios» (v. 4), y que propugnan una falsa interpretación de la libertad cristiana, error que también San Pablo combatió (cfr p. ej. Rm 6,1-15; 1 Co 6,12 ss.; Ga 5,13 ss.). Se mencionan sobre todo la intemperancia (vv. 4.8.11.13.23) y la avaricia (vv. 11.16).

El problema de los falsos maestros y su influencia perniciosa entre los fieles se aborda también en la Segunda Carta de San Pedro; entre ambas hay una gran semejanza de ideas e, incluso, de terminología, especialmente entre Judas 4-18 y 2 P 2,1-3,3. La comparación de ambos textos induce a pensar que la de Judas influye en la Segunda de Pedro, donde se elaboran y matizan algunas de las expresiones. El autor de la Carta de San Judas utiliza argumentos tomados de la tradición bíblica y extrabíblica, y cita pasajes de escritos apócrifos como la Asunción de Moisés (v. 9) y el Libro de Henoc (vv. 7.14-15).


Citas del Antiguo Testamento
9. Za 3,2