Carta a los Colosenses
Maurya P. Horgan
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INTRODUCCIÓN

2 (I) Colosas.
Situada al sur de Frigia, en la parte alta del valle del río Lico, Colosas fue una ciudad importante de la antigüedad tardía (Herodoto, Hist. 7.30.1; Jenofonte, Anab. 1.2.6). Albergó una floreciente industria de la lana y los tejidos, y su nombre sirvió para denominar un tinte rojo oscuro utilizado con la
lana (colossinus) (Estrabón, Geogr. 12.8.16; Plinio, Hist. Nat. 21.51). Las ruinas de Colosas fueron descubiertas en 1835, pero el yacimiento no ha sido excavado. Hacia el comienzo de la era cristiana, la importancia de Colosas se vio ensombrecida por la vecina ciudad de Laodicea (--> Apocalipsis, 63:28). El año 60/61 d.C. un terremoto destruyó algunas zonas del valle del Lico entre las que probablemente se encontraba Colosas. No tenemos indicios de la medida en que se reconstruyó esta ciudad, pero sí consta la restauración de Laodicea (Tácito, Ann. 14.27.1; OrSib 4,101-02; cf. 3,471; 5,318).
3 La población de Colosas estaba compuesta por los frigios nativos, griegos y un número considerable de judíos -quizás llegaban a 10.000 en el valle del Lico (Cicerón, Pro Flacc. 28; Josefo, Ant. 12.3.4 § 149-50)-. La comunidad cristiana de Colosas, formada principalmente por gentiles (1,21.27; 2,13), proba(-)blemente fue fundada por Epafras (1,7; 4,12), originario de Colosas. El esclavo Onésimo también era de Colosas, lo mismo que, probablemente, su amo Filemón (--> Filemón, 52:2-4; véanse F. F. Bruce, BSac 141 [1984] 3-15; B. Reicke, RevExp 70 [1973] 429-38).
4 (II) Autenticidad. Los indicios más antiguos en favor de la autoría paulina, dejando aparte los de la carta misma (1,1.23; 4,18), los encontramos entre mediados y finales del s. II (canon marcionita; Ireneo, Adv. Haer. 3.14.1; Canon de Muratori). Esta opinión tradicional no se cuestionó nunca hasta 1838, el año en que E. T. Mayerhoff negó la autenticidad de Col, afirmando que estaba llena de ideas no paulinas y que dependía de Ef. Desde entonces, otros estudiosos han encontrado argumentos adicionales contra la autoría paulina. El debate se ha centrado en dos ámbitos de comparación con las cartas paulinas indiscutidas: por un lado, lenguaje y estilo; por otro, ideas teológicas.
5 El vocabulario de Col presenta las siguientes peculiaridades; 34 hapax legomena en el NT, 28 palabras que no aparecen en las cartas paulinas indiscutidas, 10 palabras en común sólo con Ef, 15 palabras que aparecen en Col y Ef pero no en el resto del NT. Además, algunos de los términos paulinos más caracte(-)rísticos no aparecen en Col; «justicia», «creer», «ley», «salvar» y muchos de los conectores y partículas paulinos habituales. El tratamiento de «hermanos» o «hermanos míos», frecuente en los escritos indiscutidos (p.ej., Rom 1,13; 1 Cor 1,10; 2 Cor 1,8; Gál 1,11), no aparece en Col ni en Ef. Las referencias al Espíritu son infrecuentes en Col. Estas peculiaridades quedan de algún modo equilibradas por otra evi(-)dencia; en la introducción, acción de gracias, saludos y conclusión se utilizan expresiones típicamente paulinas. Además, muchos de los términos únicos de Col aparecen en el himno tradicional (1,15-20) y en la sección polémica (2,6-23), cuyo vocabulario está tomado del de los adversarios.
Entre los rasgos no paulinos del estilo de Col se encuentran los siguientes: el estilo litúrgico-hímnico, que contrasta con el estilo de debate de Rom y Gál; la frecuente coordinación de sinónimos (1,9.11.22.23.26; 2,7; 3,8.16; 4,12); cadenas de gen. dependientes (1,5.12.13.20.24.27; 2,2.11.12) ; nombres vinculados a locuciones con en (1,6.8.12.29); infinitivos unidos sin excesivo rigor para expresar finalidad o resultado (1,10.22.25; 4,3.6); largas sentencias con numerosas oraciones subordinadas. Algunos sostienen que estas diferencias responden a la evolución que el estilo de Pablo experimentó en años posteriores, o que son el resultado de la incorporación de gran cantidad de material tradicional a la carta. (Véanse Lohse, Commentary 84-91; Percy; y W. Bujard, Stilanalytische Untersuchungen zum Kolosserbrief [Gotinga 1973].)
6 Las disciplinas teológicas habitualmente escogidas para la comparación son la cristología, la escatología y la eclesiología. La cristología de Col está construida sobre el himno tradicional de 1,15-20, según el cual Cristo es la imagen del Dios invisible (1,15; cf. 2 Cor 4,4), el primogénito de toda la creación (1,15; cf. Rom 8,29), anterior a todas las cosas (1,17), el principio (1,18), el primogénito de entre los muertos (1,18); aquel en quien, por quien y para quien fueron creadas todas las cosas (1,16), aquel en quien habita la plenitud (1,19; cf. Ef 3,19), aquel por quien son reconciliadas todas las cosas (1,20; cf. Rom 5,10; 2 Cor 5,18-19), la cabeza del cuerpo, la Iglesia (1,18; cf. Ef 1,22; 4,15; 5,23). Estos temas se desarrollan a lo largo de toda la carta; a ellos se suman afirmaciones cristológicas que no tienen paralelo en los escritos paulinos indiscutidos: que Cristo es el misterio de Dios (1,27; 2,2-3); que los creyentes han sido resucitados con Cristo (2,12); que Cristo perdona los pecados (1,13-14; 3,13; cf. Ef 1,7); que Cristo ha vencido a principados y potestades (2,15). Sin embargo, algunas ideas cristológicas típicamente paulinas sí aparecen en la carta: Cristo es el Hijo en quien los creyentes reciben la redención (1,13-14; cf. Rom 3,24; 1 Cor 1,30); los creyentes son sepultados con Cristo en el bautismo (2,12; cf. Rom 6,4); Cristo está sentado a la derecha de Dios (3,1; cf. Rom 8,34) (--> Teología paulina, 82:48-60, 67-80; véanse J. C. ONeill, NTS 26 [1979-80] 87-100; W. A. Meeks, «In One Body», God's Christ and His People [Fest. N. A. Dahl; J. Jervell y W. A. Meeks (eds.), Oslo 1977] 209-21; F. O. Francis, «The Christological Argument of Colos(-)sians», Ibid. 192-208).
La escatología de Col se presenta como rea(-)lizada. En Col se da una atenuación de la ex(-)pectativa escatológica, mientras que Pablo es(-)peraba la parusía en un futuro próximo (1 Tes 4,15; 5,23; 1 Cor 7,26). La idea del futuro re(-)greso de Cristo no aparece en Col (3,4), pero se anima a los creyentes a hacer de «las cosas de arriba» una realidad presente (3,1-2). Los fie(-)les han sido ya resucitados de entre los muer(-)tos con Cristo (2,12; 3,1), mientras que en las cartas indiscutidas la resurrección es una ex(-)pectativa futura (1 Cor 6,14; 2 Cor 4,14). En Col, la esperanza, que es el contenido del evan(-)gelio (1,23) y el misterio (1,27), está ya reser(-)vada en el cielo (1,5), mientras que en Pablo (p. ej., Rom 5,2; 8,24; 2 Cor 1,10; Gál 5,5) la es(-)peranza está dentro del creyente y se orienta hacia el futuro (--> Teología paulina, 82:44-47). La diferencia de orientación escatológica entre Col y las cartas indiscutidas se traduce en una teología diferente del bautismo (-->Teología paulina, 82:112-15). Mientras que en Rom 6.1-4 el bautismo mira hacia el futuro, en Col mira hacia el pasado, hacia una salvación completada. En el bautismo, los creyentes no sólo han muerto con Cristo, sino que también han resucitado con él.
En el ámbito de la eclesiología, la principal diferencia entre Col y los escritos paulinos indiscutidos es que, mientras que en los escritos paulinos el término «iglesia» designa habitualmente a la Iglesia local de manera específica y concreta, en Col la Iglesia es una realidad universal, el cuerpo cuya cabeza es Cristo (1,18.24; 2,19; 3,15; pero cf. 4,15.16, que hace referencia a Iglesias locales). En este punto, la eclesiología se conecta con la cristología, y se puede deducir que cuanto se dice de Cristo como cabeza del cuerpo tiene trascendencia para los miembros de dicho cuerpo. El papel de los creyentes en la Iglesia es agarrarse fuerte a la cabeza (2,19) , enseñarse y amonestarse mutuamente (3,16). No hay descripción alguna de estructuras o funciones especiales dentro de la Iglesia. Pablo se refiere a sí mismo como apóstol (1,1), y a él, Épafras y Tíquico se les llama ministros (1,7.23; 4,7).
7 El peso acumulativo de las numerosas diferencias respecto a las epístolas paulinas indiscutidas ha persuadido a muchos especialistas modernos de que Pablo no escribió Col (Lohse, Gnilka, Meeks, Francis, Kasemann, Lindemann [--> Cartas del NT, 45:12-15]). Entre quienes defienden la autenticidad de la carta se encuentran Martin, Caird, Houlden, Cannon y Moule. Algunos, p.ej. Masson y Benoit, califican la carta de paulina, pero dicen que sufrió abundantes interpolaciones o retoques. Schweizer sostiene que Col la escribieron de manera conjunta Pablo y Timoteo. La postura adoptada en el presente trabajo es que Col es deuteropaulina; fue compuesta después de la muerte de Pablo, entre el 70 d.C. (Gnilka) y el 80 d.C. (Lohse), por alguien que conocía la tradición paulina. Lohse considera Col fruto de la tradición de una escuela paulina probablemente situada en Éfeso.
8 (III) Los adversarios. El propósito de Col era reforzar la fe de la comunidad (1,3-14; 2.2-3) y corregir errores que, según los informes de que dispone el autor de la carta, aquejan a la Iglesia de Colosas (2,4.8.16.18-22). Uno de los principales campos de estudio en relación con Col ha sido el intento de identificar a los adversarios que estaban descaminando a la comunidad de Colosas. Según la carta, la falsa doctrina son especulaciones y engaños hueros (2,8), una tradición humana (2,8); atañe a los espíritus elementales del universo (2,8) y a los ángeles (2,18); exige la observancia de normas alimentarias y fiestas, novilunios y sábados (2,14.16.20.21); y fomenta prácticas ascéticas.
Puesto que los adversarios son acusados de «no agarrarse fuerte a la cabeza», el error debió de surgir dentro de la comunidad creyente. Por lo que se puede deducir del error, en él parecen haberse entretejido elementos judíos y helenísticos. El trasfondo cultural de la carta lo constituye un sincretismo complejo que incorporaba rasgos del judaismo, el paganismo, el cristianismo, la magia, la astrología y las religiones mistéricas (Láhnemann, Kolos(-)serbrief 82-100) y, por consiguiente, tal vez sea imposible identificar a los adversarios de Colosas con un grupo en particular.
Entre los rasgos que indican alguna relación del error con cultos paganos o religiones mistéricas se encuentran: la aparente referencia a un rito de iniciación (2,11); la expresión stoicheia tou kosmou, «elementos del universo», bien testimoniada en la especulación oriental, helenística y gnóstica (--> 20 infra); y la palabra «misterio» (1,27; 2,2; 4,3). Además, se sabe que Hierápolis, ciudad vecina de Colosas y Laodicea, fue un centro de cultos mistéricos frigios (Estrabón, Geogr. 13.4.14). Paralelos con la filosofía helenística han sido señalados por Schweizer, quien hace referencia a un texto pitagórico que contiene todos los elementos del error colosense salvo las normas relativas a la bebida y al sábado.
Muchos elementos del error colosense se han vinculado con el gnosticismo, p.ej. el ascetismo, la plenitud de Dios, la sabiduría, el conocimiento, el dualismo, la negación de las cosas del mundo; sin embargo, muchos comentaristas advierten que el uso del término «gnosticismo» puede inducir a error, puesto que propiamente hace referencia a una herejía del s. II. Para describir esa tendencia presente en Col se utilizan los apelativos «protognóstico», «pregnóstico» o «gnosticismo incipiente».
La mayoría de los especialistas vinculan de alguna forma el error con el judaismo, pues hasta los elementos que se pueden vincular con cultos paganos, religiones mistéricas, filosofía helenística o «gnosticismo incipiente» se pueden encontrar también en el judaismo temprano de la época, lleno de contrastes, como queda patente en los escritos más tardíos del AT, los escritos apocalípticos judíos, la li(-)teratura sapiencial, los MmM y en otros escritos intertestamentarios. En 1875, mucho antes del descubrimiento de los MmM, J. B. Lightfoot afirmó que los adversarios colosenses tenían alguna conexión con el esenismo. En efecto, existen puntos de contacto entre la LQ y lo que a partir de Col se puede deducir sobre los adversarios: reglas alimentarias y preocupación por el calendario, las fiestas y el sábado.
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9 (IV) Composición y estructura de la carta. Col es una carta compuesta cuidadosamente que incorpora los principales rasgos estructurales de las cartas paulinas indiscutidas (saludo, acción de gracias, exposición, exhortación, mensajes y conclusión; ? Cartas del NT, 45:8) y también bloques de material tradicional (un himno, 1,15-20; catéquesis bautismal, 2,6-15; listas de vicios y virtudes, 3,5-17; un código familiar, 3,18-4,1). Los materiales tradicionales están integrados en la carta por medio de secciones de aplicación y transición (1,12-14.21-23; 2,1-5; 3,1-4; 4,2-6), que compendian lo dicho inmediatamente antes, por lo general con referencia concreta a la comunidad de Colosas, e introducen el tema que se va a tratar en la sección siguiente.
(V) Esquema.
(I) Saludo (1,1-2)
(II) Acción de gracias y oración (1,3-23)
(A) Acción de gracias (1,3-8)
(B) Oración (1,9-11)
(C) Aplicación y transición (1,12-14)
(D) Himno (1,15-20)
(E) Aplicación y transición (1,21-23)
(III) El ministerio de Pablo (1,24-2,5)
(A) Las penalidades del apóstol (1,24-25)
(B) El misterio revelado y predicado (1,26-29)
(C) Aplicación y transición (2,1-5)
(IV) La vida en el cuerpo de Cristo en teoría (2,6-3,4)
(A) La tradición de Cristo Jesús (2,6-15)
(B) La tradición humana (2,16-23)
(C) Aplicación y transición (3,1-4)
(V) La vida en el cuerpo de Cristo en la prácti(-)ca (3,5-4,6)
(A) Vicios (3,5-10)
(B) Virtudes (3,11-17)
(C) Código familiar (3,18-4,1)
(D) Aplicación y transición (4,2-6)
(VI) Mensajes y conclusión (4,7-18)