Segunda carta a los Corintios
Jerome Murphy-OConnor, O.P.

BIBLIOGRAFÍA

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DBSup 7.183-95. IDBSup 183-86. Brown, INT 705-26. Wik-Schm, INT 651-74.


INTRODUCCION

2 (I) Autenticidad y unidad. Con la ex(-)cepción de 6,14-7,1, que muchos consideran una interpolación pospaulina, nadie pone en duda la autenticidad de 2 Cor. Su unidad, sin embargo, es objeto de cierta controversia. Aunque la integridad de 2 Cor tiene sus defensores (Alio, Hughes, Lietzmann; W. H. Bates, NTS 12 [1965-66] 56-69; N. Hyldahl, ZNW 64 [1973] 289-306), la mayoría de los comentaristas la consideran una recopilación de cartas paulinas. La opinión más influyente es la de G. Bornkamm (NTS 8 [1961-62] 258-64), que divide 2 Cor en cinco cartas fechadas en el orden siguiente: (A) 2,14-7,4 menos 6,14-7,1; (B) 10-13, la carta de las lágrimas; (C) 1,1-2,13 más 7,5-16, la carta de reconciliación; (D) 8,1-24, una carta enviada a Corinto relativa a la colecta para Jerusalén; (E) 9,1-15, una circular enviada a la región de Acaya a propósito de la colecta. Esta hipótesis se basa en lo que se consideran transiciones bruscas en el texto actual de 2 Cor. Los pormenores se analizarán en el comentario, pero en mi opinión, y en la de muchos exegetas, los cambios de los caps. 1-9 no entrañan un grado de discontinuidad tal que exija una hipótesis de partición. Los caps. 10-13, sin embargo, no pueden ser la continuación de los caps. 1-9; es psicológicamente imposible que Pablo pasara repentinamente de la celebración de la reconciliación (1-9) a un enfurecido reproche y a una sarcástica vindicación de su persona (10-13). Así pues, no hay duda de que 2 Cor es una combinación de dos cartas.
3 Debido al tono áspero de los caps. 10-13, varios especialistas (Bornkamm, Georgi, KINT 2. 126-30) identifican esos capítulos con la carta de las lágrimas (2 Cor 2,4; 7,8), y la datan, por tanto, antes que los caps. 1-9. Esta hipótesis resulta insostenible. La carta de las lágrimas estuvo motivada por la conducta de una sola persona (2 Cor 2,5-8), a la que ni siquiera se alude en los caps. 10-13; éstos se ocupan del daño hecho a la comunidad por los falsos apóstoles. Es más probable (Barrett, Furnish, Windisch) que los caps. 10-13 (Carta B) estuvieran motivados por alguna circunstancia nueva producida en Corinto con posterioridad al envío de los caps. 1-9 (Carta A). Las semillas del problema que hizo necesaria la Carta B se pueden advertir en la Carta A.
4 (II) Fecha y lugar de la composición.
La secuencia de los acontecimientos que tuvieron lugar entre 1 Cor y 2 Cor se trata en otro lugar (? Pablo, 79:41-43), pero yo rebajaría en tres años las fechas dadas allí. La Carta A fue escrita un año después de 1Cor (2 Cor 8,10; 9,2; cf. 1 Cor 16,1-4), por tanto en la pri(-)mavera del 55 d.C., desde Macedonia (2 Cor 2,13; 7,5; 8,1; 9,2), donde Pablo había pasado el invierno (en Tesalónica o Filipos). A Tito, que había sido el portador de la carta de las lágrimas (que no ha llegado hasta nosotros; 2 Cor 7,6) porque había estado en la conferencia de Jerusalén (Gál 2,1; véase el comentario a 1 Cor 16,1) y podía informar con autoridad sobre la actitud de la Iglesia madre respecto a la misión entre los gentiles, se le confió también la Carta A (2 Cor 8,16-17), que puso final feliz a un desagradable episodio de las relaciones de Pablo con Corinto.
Tras haber pasado el invierno con las Iglesias de Macedonia, a Pablo le quedaba poco que hacer allí, de ahí que en el verano del 55 d.C. siguiera viaje hasta el territorio virgen (2 Cor 10,16) de lliria (Rom 15,19). En algún lugar de esa región le llegaron noticias de un grave deterioro de la situación en Corinto. La Carta B fue escrita con el calor de su decepción y enfado.
5 (III) Los adversarios. Las cartas A y B reflejan fases diferentes de una situación que se produjo en Corinto. La oposición a Pablo, simplemente insinuada en la Carta A, se pone claramente de manifiesto en la Carta B. Existe consenso en dos puntos: los intrusos eran judeocristianos y atacaban la autoridad apostólica de Pablo. Persiste el desacuerdo, sin embargo, en lo relativo a los orígenes de los adversarios y a su papel en Corinto, porque los indicios apuntan en direcciones diferentes. Algunas insinuaciones parecen indicar a judaizantes de origen palestinense, cuya actitud hacia la ley era más positiva de lo que le resultaba aceptable a Pablo. Otras pistas, sin embargo, se interpretan como alusiones a predicadores itinerantes judeo-helenísticos que estaban convencidos de que su posesión del Espíritu se manifestaba en su elocuencia, sus experiencias extáticas y su poder para obrar milagros. La tendencia ha sido hacer hincapié en un tipo de pistas a expensas del otro, lo cual se ha traducido en la existencia de dos escuelas dominantes de pensamiento. Para una de ellas, los adversarios son judaizantes; para la otra, propagandistas judeo-helenísticos. Resulta imposible presentar sistemáticamente los modos en que cada grupo se esfuerza por integrar en su hipótesis básica los elementos adversos. La postura adoptada en el presente trabajo es una modificación de enfoques propuestos inicialmente por Windisch y Barrett. Los intrusos eran judaizantes palestinenses. En Corinto establecieron relaciones con los «espirituales» (1 Corintios, 49:18), que anteriormente le habían dado problemas a Pablo. En ese proceso, ambos grupos experimentaron algún cambio. La situación se complicaba aún más por el hecho de que la Iglesia corintia, que tenía que decidir entre Pablo y los rivales de éste, se inclinaba a adoptar los criterios con que sus contemporáneos paganos juzgaban a las figuras religiosas. Esto influyó a su vez, no sólo en los adversarios de Pablo, sino en el apóstol mismo. Unos y otro adaptaron en grados diversos su manera de presentarse para responder a las expectativas de la comunidad.
(Barrett, C. K., «Pauls Opponents in II Corinthians», NTS 17 [1970-71] 233-54. Friedrich, G., «Die Gegner des Paulus im 2 Korintherbrief», Abraham unser Vater [Fest. O. Michel, ed. O. Betz et al., AGJU 5, Leiden 1963] 181-215. Georgi, D., The Opponents of Paul in Second Corinthians [Filadelfia 1984]. Lüdemann, G., Paulus, der Heidenapostel: II. Antipaulinismus im frühen Christentum [FRLANT 130, Gotinga 1983] 125-42. Machalet, C., «Paulus und seine Gegner», Theokratia 2 [1973] 183-203.)
6 (IV) Esquema. En las dos cartas reunidas en 2 Cor, Pablo está a la defensiva. Arrebatos de pasión, estimulados por un sentimiento de agravio, sustituyen a la fría lógica que permitía claras divisiones en 1Cor. Los temas se coordinan por medio de vínculos asociativos que dan origen a digresiones y repeticiones que hacen imposible un esquema preciso. Las divisiones propuestas son legión, y la presentada aquí sólo pretende poner de relieve lo que parece ser el aspecto dominante de las diversas partes de las cartas.
Carta A (1-9)
(I)Introducción: Saludo y bendición (1,1-11)
(II)(II) Parte primera: Una visita cancelada a Corinto (1,12-2,13)
(A) El plan de Pablo (1,12-22)
(B) Las consecuencias de un cambio de plan (1,23-2,13)
(III) Parte segunda: El auténtico apostolado (2,14-6,10)
(A) La condición apostólica: teoría y práctica (2,14-3,6)
(B) Ministerio: antiguo y nuevo (3,7-4,6)
(C) Ministerio y mortalidad (4,7-5,10)
(a) La manifestación de Jesús (4,7-15)
(b) Encaramiento del miedo a la muerte (4,16-5,10)
(D) Reconciliación en una nueva creación (5,11-6,10)
(a) La nueva creación (5,11-17)
(b) El ministerio de la reconciliación (5,18-6,10)
(IV) Parte tercera: Relaciones con Corinto (6,11-7,16)
(A) Un llamamiento a la franqueza (6,11-7,4)
(B) Los resultados de la misión de Tito (7,5-16)
(V) Parte cuarta: La colecta para Jerusalén (8,1-9,15)
(A) Una petición estimulante (8,1-15)
(B) La recomendación de los representantes (8,16-9,5)
(C) Las recompensas de la generosidad (9,6-15)
Carta B (10-13)
(VI) Parte primera: Llamamiento a una obediencia completa (10,1-18)
(A) Las consecuencias de la desobediencia (10,1-6)
(B) La autoridad de Pablo como fundador de la comunidad (10,7-18)
(VII) Parte segunda: Pablo habla como un insensato (11,1-12,13)
(A) Su justificación para ser insensato (11,1-21a)
(B) Pablo se gloría de sí mismo (11,21b-12,10)
(a) Sus sufrimientos (11,2lb-33)
(b) Sus visiones y revelaciones (12,1-10)
(C) Nueva justificación de su insensatez (12,11-13)
(VIII) Parte tercera: Una advertencia prepara una visita (12,14-13,10)
(A) De nuevo la cuestión del apoyo económico (12,14-18)
(B) Los corintios deben corregirse (12,19-13,10)
(IX) Conclusión: Palabras y saludo finales (13,11-13)