Segunda carta de Pedro
Jerome H. Neyrey, S.J.


BIBLIOGRAFIA


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DBSup 7.1455-63. Brown, INT 979-93. WikSchm, INT 897-913.

INTRODUCCION

2 (I) Autenticidad. Pese a 1,1.12-15; 3,1, los especialistas consideran que ésta es una carta seudónima por varias razones: (a) 2 Pe incorpora Jds, lo cual debilita cualquier pre(-)tensión de autenticidad; (b) alude a una «reco(-)pilación» de las cartas de Pablo (3,15-16) que no existió hasta finales de siglo, como muy pronto; (c) hace referencia a «vuestros apósto(-)les» (3,2), lo cual hace pensar que no pertene(-)ce a ese grupo anterior; (d) la carta se apoya en un amplio abanico de tradiciones acerca de Pedro que proceden de corrientes muy distin(-)tas de tradición, lo cual supone una ulterior valoración sintética de esos materiales. No va dirigida a ninguna Iglesia local; más bien «Pe(-)dro» escribe ateniéndose a la interpretación que se hacía cada vez más de él como la ro(-)ca fundamental de la tradición teológica, y también a su papel de liderazgo dentro de la estructura misionera y administrativa de la Iglesia antigua (véase Mt 16,16-19). Escrita probablemente hacia finales del s. I, 2 Pe es una carta «católica», que confirma la doctrina tradicional para todas las Iglesias de todos los lugares y de todas las épocas (? Cartas del NT, 45:17-18).
3 (II) Contenidos. El influyente ensayo de Kasemann («An Apology») valora negativa(-)mente 2 Pe -debido a su falta de centro cristológico y a su visión antropocéntrica de los pre(-)mios y castigos- como una tediosa apología «católica temprana» de la escatología. A Kásemann se le escaparon los temas fundamenta(-)les de esta carta, que aborda el problema de la justicia divina, el justo juicio de Dios, junto con el del retraso de la parusía de Cristo. 2 Pe se debe considerar juntamente con los debates gr. y judíos del s. I acerca de la providencia y el juicio de Dios; sabemos de ataques habitua(-)les contra la doctrina de la justicia divina por parte de epicúreos y herejes judíos que soste(-)nían que no hay providencia ni juicio de Dios, ni otra vida y, por tanto, tampoco premios ni castigos tras la muerte (véase Neyrey, «Form», 407-14). 2 Pe refleja esta polémica y responde con apologías tradicionales. El tema es el jus(-)to juicio de Dios (1,3-4; 2,3.4-9; 3,3-7.8-9), no una cristología justa; lo que le interesa es la doctrina sobre la justicia de Dios, no simple(-)mente la parusía. No se mencionan ni refutan mitos, términos ni argumentos gnósticos; la ocasión es más bien un debate típico sobre la providencia y el justo juicio de Dios.
4 (III) La Iglesia. La carta está escrita a una Iglesia pluralista de judeocristianos y con(-)vertidos griegos. Los ejemplos bíblicos citados en los caps. 2-3 tienen paralelos estrechos en la literatura grecorromana (los ángeles y los ti(-)tanes; Noé y Deucalión; Sodoma y Faetón). El lenguaje utilizado es un buen griego que pres(-)ta especial atención a términos intelectuales técnicos tales como «naturaleza divina» (1,4), «testigo ocular» (1,16), «Tártaro» (2,4) y los cuatro vicios cardinales. Los argumentos a fa(-)vor y en contra del justo juicio de Dios se pa(-)recen a los encontrados en el De sera numinis vindicta de Plutarco, y también en el midrás targúmico acerca de Caín y Abel en Gn 4. La descripción de la renovación y el fuego cósmi(-)cos sonaría agradable a oídos estoicos, lo mis(-)mo que a los formados en las tradiciones bí(-)blicas. La inquietud pastoral por hacer las tradiciones escatológicas igualmente inteligi(-)bles a judíos y griegos hace pensar en un en(-)torno urbano donde una Iglesia nueva y he(-)terogénea se presenta en continuidad con la sabiduría de todos los tiempos, lo mismo judía que griega. Demuestra tener conciencia de su propia cadena de autoridad (1,12-15; 3,1-2), del carácter sagrado de su propia tradición pa(-)sada -las tradiciones evangélicas y también las «cartas» de Pablo»y de la necesidad de esta(-)blecer por escrito una interpretación normati(-)va de dicha tradición (1,12-15). Aunque no hay indicios sólidos para datar 2 Pe, ca. 100 d.C. es una fecha verosímil, pues 2 Pe se asemeja mu(-)cho a la argumentación del De sera numinis vindicta de Plutarco (fechado en el 96 d.C.). Además habla de «todas las cartas de Pablo», que según los especialistas fueron recopiladas en torno al cambio de siglo (? Cartas del NT, 45:14).
5 (IV) La relación entre 2 Pe y Jds.
Con el florecimiento de la crítica de la redac(-)ción se plantea de nuevo la relación existente entre Jds y 2 Pe (H. C. C. Cavallin, NovT 21 [1979] 263-70). Numerosos bloques de mate(-)rial de 2 Pe son idénticos o semejantes a otros de Jds:
2 PeJds2 PeJds2,1.3b42,13.1511-124.66-71712b-1355181610-118-93,1-417-18121010-1314-1514-1820-25
¿Quién depende de quién? El problema se agrava debido al carácter general de la polé(-)mica de Jds, que llevó a F. Wisse a desesperar de describir con precisión alguna a los adver(-)sarios de Judas («The Epistle of Jude in the History of Heresiology», Essays on the Nag Hammadi Tracts [Fest. A. Bóhlig, ed. M. Krause, Leiden 1972] 133-43). Sin embargo, la ver(-)sión recogida en 2 Pe presenta la cuidadosa descripción de un ataque contra la doctrina de la justicia divina y de una defensa de ésta, por lo cual parece que corrigió un documento generalizador (Jds) para adaptarlo a una situa(-)ción específica. Por lo general se piensa que el documento mayor absorbe al menor, pues resulta difícil imaginar que el autor de Jds hu(-)biera desechado dos tercios de 2 Pe, reducien(-)do además lo restante a una polémica gené(-)rica. La ausencia en 2 Pe de / Hen y AsMo probablemente indica que ya se habían fijado tradiciones excluyendo ciertos materiales ina(-)ceptables. Además, 2 Pe se presenta delibera(-)damente como una armonización coherente de tradiciones con raigambre procedentes de Jesús, Pablo y «vuestros apóstoles» (3,2), in(-)cluido Judas.

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(V) Esquema. Las convenciones epis(-)tolares sirven de estructura a la apología de 2 Pe:
(I) Introducción de la carta (1,1-11)
(A) Encabezamiento de la carta (1,1-2)
(B)
Las obras de Dios (1,3-4)

(C)
Escatología y ética (1,5-11)
(a)
Una buena teología lleva a una buena conducta (1,5-7)
(b) Dos caminos (1,8-11)

(II) Marco ficticio de la carta: el testamento de Pedro (1,12-15)
(III) Primera apología: profecía de la parusía (1,16-21)
(A) Creación de mitos (1,16a)
(B) Transfiguración y parusía (1,16b-l 8)
(C)
La transfiguración como profecía (1,19)
(D)
Interpretación inspirada (1,20-21)
(IV) Invectiva contra los herejes (2,1 -22)
(A) El juicio cierto de Dios (2,1-11)
(B)
El error conduce al vicio (2,12-16)
(C) Falsas promesas (2,17-19)
(D) Caída en desgracia (2,20-22)
(V) Segunda apología: el fin del mundo (3,1-7)
(A) Recuerdo fiel (3,1-2)
(B) Ataque contra el juicio predicho (3,3-4)
(C) Refutación: prueba sacada de la his(-)toria (3,5-7)
(VI) Tercera apología: el «retraso» como don(3,8-9)
(VII) Escatología y ética de nuevo (3,10-13)
(A) Un ladrón en la noche (3,10)
(B) El día de Dios (3,11-13)
(VIII) Pedro y Pablo están de acuerdo (3,14-16)
(IX) Conclusión de la carta (3,17-18)