Evangelio según Lucas
Robert J. Karris, O.F.M.

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INTRODUCCION

2 (I) Autor, fecha y lugar de composición. La identidad del autor del evangelio aparece en siete importantes testimonios antiguos: Canon de Muratori, Ireneo, el Prólogo al evangelio de finales del s. II, Tertuliano, Orígenes, Eusebio y Jerónimo. En estos testimonios hay que distinguir aquellos datos que no pueden deducirse del NT (el autor fue Lucas, un sirio de Antioquía, que escribió un evangelio procedente de Pablo, en Acaya [o en Roma o Bitinia]), y aquellos otros que sí pueden deducirse (era médico y compañero o colaborador de Pablo). Podemos aceptar la tradición de que Lucas fue quien compuso el evangelio, pues no parecen existir razones para que la Iglesia antigua inventase este dato y convirtiese al autor de un evangelio en una figura relativamente oscura. Tampoco hay razones para negar que Lucas fuese natural de Antioquía de Siria. Puesto que, en el libro de Hechos, Lucas muestra poca afinidad con la teología de Pablo, y absolutamente ninguna con sus cartas, parece probable que su relación con el apóstol tuvo lugar tempranamente, y, por tanto, antes de que éste desarrollara plenamente su pensamiento teológico, es decir, antes de que escribiera las grandes cartas a sus comunidades y también con anterioridad al «concilio» de Jerusalén. En todo caso, buscamos en vano si pretendemos encontrar algo más que una ligera huella de la teología de Pablo en la obra Lucas-Hechos. Puesto que Lucas parece ser natural de Antioquía de Siria, no hay razón alguna contra la ubicación de la composición de su obra en esta ciudad, que era la tercera en población en el Imperio romano y estaba formada por una gran heterogeneidad de gente, entre quienes también había judíos. A pesar del intento de VV. K. Hobart (The Medical Language of St. Luke [Dublín 1882]) de corroborar la antigua tradición, probando que el lenguaje de Lucas era, efectivamente, propio de un médico, los estudios posteriores han mostrado que su lenguaje no era más técnico que el utilizado por otros autores de su época, de los que sabemos, a ciencia cierta, que no eran médicos.


3 La tradición de los testimonios antiguos resulta de poca ayuda para fechar el evangelio. Sólo contamos con los datos literarios internos. Lucas utilizó el evangelio de Marcos, que fue escrito poco antes de la guerra judía del 66-70 d.C. Lc 21,5-38 presupone que Jerusalén ya había sido destruida; lo que implica una fecha posterior al año 70. Lucas-Hechos no parece conocer la terrible persecución contra los cristianos en el último período del gobierno de Domiciano (81-96 d.C.). Tampoco aparece reflejada la fuerte controversia que se desarrolló entre la Iglesia y la sinagoga tras la redefinición farisea del judaísmo en Yamnia (85-90 d.C.). Con todos estos datos, llegamos a la conclusión de que esta obra se escribió entre los años 80 y 85 (cf. FEL, I, 100-08; puede verse un punto de vista diferente en Maddox, Purpose).

4 (II) Estilo y características literarias.
El talento de Lucas como artista y teólogo se manifiesta en muchos de los aspectos que especificaremos a lo largo del comentario. Lucas domina bastante bien la lengua gr.; puede escribir perfectamente tanto en el estilo elegante de 1,1-4, como en el de los LXX de 1,5-2,52. Adapta las formas literarias gr. para transmitir su mensaje, como por ejemplo el género del simposio en 7,36-50; 11,37-54; 14,1-24; o el género del discurso de despedida en 22,14-38 (y Hch 20,17-38).
Lucas utiliza sus fuentes de forma creativa. Por ejemplo, para exponer su cristología, desarrolla el paralelismo entre los anuncios y los relatos del nacimiento de Juan Bautista y Jesús, uniendo diferentes tradiciones en 1,5-2,52. En su relato teológico del ministerio de Jesús utiliza el evangelio de Marcos, la fuente de dichos, Q, y sus materiales propios, L. Así, aunque integra el 60 por ciento del evangelio de Marcos, omite las redundancias marcanas, recogiendo, p.ej., solamente uno de los relatos de la multiplicación de los panes. Adapta el tema marcano y la estructura del camino de Jesús a Jerusalén (8,27-10,52), combinándolos con materiales de Q y L, para dar forma a su incomparable teología del camino de Jesús y de los cristianos hacia Dios (9,51-19,27). En su relato de los últimos días de Jesús, Lucas reelabora Marcos y recapitula muchos de los temas que ha ido desarrollando en su evangelio (? Problema sinóptico, 40:13).
Lucas es particularmente hábil en el uso de recursos literarios mediante los que une tradiciones y fuentes. Así, acontecimientos anunciados en el relato suceden posteriormente según el modelo literario de promesa y cumplimiento. En esta perspectiva, p.ej., se encuentra la predicción de Simeón de que Jesús ha nacido para que muchos caigan o se levanten en Israel (2,34), que se cumple posteriormente a lo largo de Lc-Hch. A Lucas le encantan las inclusiones literarias. Por ejemplo, el evangelio comienza y termina en el templo. Se deleita también con los paralelismos; p.ej., Jesús llama al arrepentimiento a los habitantes de Jerusalén tanto al entrar en la ciudad como al salir de ella. Una atenta lectura de los 52 capítulos que componen Lc-Hch pondría de manifiesto muchos más paralelismos, p.ej., la oración en la que el Jesús agonizante pide el perdón para sus enemigos se corresponde con la de Esteban. Lucas utiliza un esquema geográfico que impone a su relato kerigmático: desde Galilea, Jesús camina hacia Jerusalén y hacia Dios; desde Jerusalén, la Iglesia, dotada con el Espíritu Santo prometido, camina hasta los confines de la tierra (Hch 1,8). Aun cuando se trata de una geografía teológicamente concebida, Lucas mantiene su inclinación hacia el paralelismo, al mostrar, p.ej., que Pablo, en Hechos, viaja a Jerusalén cumpliendo la voluntad de Dios, imitando así a Jesús, su Señor. Los temas de Lucas también contribuyen a la unión de diferentes materiales. Consideremos, por ejemplo, el tema de la oración: la oración de alabanza se expande a lo largo de 1,5-2,52; el ministerio de Jesús co(-)mienza y concluye con la oración; el Espíritu Santo viene sobre la primitiva comunidad mientras ésta se hallaba en oración.

5 (III) La teología de Lucas y el Sitz im Leben. Escribiendo en una Antioquía de Siria, étnica y culturalmente plural, en los primeros años de la novena década de la era cristiana, Lucas se dirige a unos destinatarios mayoritariamente gentiles, algunos de los cuales pertenecían a la clase acomodada, que estaban replanteándose, dolorosamente, sus proyectos misioneros en medio de un ambiente hostil. Una serie de controversias internas y externas acrecientan esta hostilidad. El problema clave de las comunidades de Lucas es el de la teodicea: Si Dios no ha sido fiel a las promesas hechas al pueblo elegido, permitiendo la destrucción de la ciudad santa y del templo, ¿por qué razón los cristianos gentiles, que creen en este mismo Dios, han de pensar que será fiel a las promesas recibidas? La respuesta de Lucas adquiere la forma del relato kerigmático que denominamos Lc-Hch. Mediante éste, Lucas demuestra que Dios fue fiel a las promesas hechas a Israel, a través de Jesús, pero de una forma inesperada, incluyendo a los gentiles, los impuros, los pobres, las mujeres, los samaritanos, los ricos publícanos y a otros marginados, al igual que al pueblo elegido que se arrepintiera de su rechazo inicial de Jesús, el profeta de Dios y el Elegido. A este Israel se le denomina el Israel reconstituido. En él se halla la continuidad con el antiguo.

6 (A) Continuidad con el antiguo Israel.
En su evangelio, Lucas presenta un Jesús que, aunque en ocasiones se sitúa fuera de las prescripciones de la ley, no obstante, defiende su validez (cf., p.ej., 16,17). También Pablo, en Hechos, se defiende contra las acusaciones de que estaba contra la ley y el templo. Para el Pablo lucano, el cristianismo se encuentra en la mejor tradición del judaísmo, es decir, en la tradición farisea (cf. los juicios contra Pablo en Hch 21-26). El judaísmo tenía una larga y excelente tradición de oración. Jesús y la comunidad que sigue su camino se sitúan en esta noble tradición. El judaísmo se fundamentaba en las doce tribus. Al narrar el establecimiento por Dios del Israel reconstituido, Lucas cuenta que Jesús eligió a los Doce (6,12-16), y cómo este número fue de nuevo completado tras la muerte de Judas (Hch 1,15-26). El evangelio comienza en Jerusalén y en el templo. Hch 1-3 nos presenta los orígenes del Israel reconstituido dentro de Jerusalén y del templo. Desde Jerusalén, la palabra de Dios se extiende a todas las naciones (Hch 1,8).

7 (B) Controversias internas y externas.
Lucas libra batallas teológicas en dos frentes. Internamente, se dedica a polemizar contra los judeocristianos que trataban de aplicar unas exigencias rigurosas de admisión a quienes deseaban unirse al Israel reconstituido. Estos judeocristianos son los «fariseos» del evangelio que critican a Jesús por sus hábitos alimentarios y su relación con pecadores y publicanos. Lucas emplea contra ellos el género del simposio, haciéndoles que invitaran a Jesús a comer sólo para que escuchasen las respuestas a sus objeciones. Contra ellos dirige también Lucas su opinión sobre quiénes son realmente los hijos de Abrahán (p.ej., 13,10-17; 19,1-10) y, por tanto, herederos de las promesas de Dios. Lucas además ataca su posición ampliando el concepto de pertenencia «a los pobres de Dios», una imagen que se emplea en LQ para describir a los elegidos. Ni la posición social, ni la herencia étnica, ni la autojustificación religiosa, sirven para cualificar a los miembros de este grupo exclusivo. Los cojos, los ciegos y los lisiados también pertenecen ahora a este grupo elegido (cf. 14,13.21), al igual que los acomodados cristianos gentiles que comparten sus posesiones con los necesitados (6,17-49). Véanse también los comentarios a 1,51-53; 4,18-19.25-28; 16,23. Finalmente, en este Israel reconstituido, la clase marginada, las mujeres, juega un papel prominente (p.ej., 7,36-50). Ni que decir tiene que la defensa de estas objeciones internas hubiera limitado enormemente el esfuerzo misionero de las comunidades lucanas. Para más detalles sobre los fariseos en Lucas, ? 75-77, infra.

8 Los principales problemas externos que deben afrontar las comunidades lucanas proceden de la persecución, esp. promovida por los dirigentes de las sinagogas judías locales. Véanse 21,11-19 y los problemas de Pedro, Juan, Esteban, Bernabé y Pablo en Hechos. Como dejan sugerir los discursos de Pedro, Esteban y Pablo, estos problemas procedían de la interpretación de la Escritura, esp. de aquellas interpretaciones con las que los cristianos argumentaban que Jesús era cumplimiento de las promesas de Dios. Tal interpretación de la Escritura no era de poca importancia para la misión a los judíos.

9 (C) El Jesús lucano. Como ya hemos sugerido en (A) y (B), Lucas responde fundamentalmente al problema de la teodicea, que preocupaba a sus comunidades con su retrato de Jesús. Con su misión misericordiosa hacia todos y mediante la elección de los Doce, Jesús estableció el fundamento del Israel reconstituido. La misión de Jesús es inclusiva: busca a los perdidos y pecadores para restablecerlos en la comunión con Dios. El ministerio de Jesús como profeta parece fracasar por el rechazo de los dirigentes religiosos. Sin embargo, el pueblo (laos) no es tan terco ni ciego en su rechazo de Jesús como sus dirigentes. Contemplan el sentido de la crucifixión de Jesús (23,35) y, fi(-)nalmente, se arrepienten del pecado cometido al haber rechazado a Jesús en favor de Barrabás (23,48). A partir de este pueblo arrepentido, Jesús establece el nexo de continuidad entre lo antiguo y lo nuevo en el Israel reconstituido.

El tema lucano del profeta rechazado saca a relucir otro matiz en su retrato de Jesús. El motivo del profeta rechazado consta de cuatro elementos: La misericordia de Dios al enviar un profeta, el rechazo del profeta, el castigo y el envío de otro profeta. Para más detalles, ? 61, infra. Jesús puede, efectivamente, haber sido rechazado por los dirigentes religiosos, pero este rechazo no cierra las puertas a la misericordia divina, pues, como deja bien claro el motivo del profeta rechazado, tras el castigo viene otro ofrecimiento de misericordia. Lucas narra este nuevo ofrecimiento de misericordia (p.ej., Hch 2) en el arrepentimiento de los 3.000 judíos de todo el mundo que aconte(-)ce tras el discurso de Pedro en Pentecostés. Ellos contribuyen a la formación del Israel reconstituido.

Hallamos, finalmente, un matiz importante en el retrato lucano de Jesús, que se refiere a la fidelidad del Dios de Jesús. Lucas comienza su evangelio con este tema, contando cómo las promesas se han cumplido en su nacimiento, y lo termina con el mismo tema, al contar cómo, efectivamente, Dios ha cumplido sus promesas resucitando a Jesús de la muerte. Este Dios, que no permitió que el Santo de Dios, Jesús, conociese la corrupción (Hch 2,27), con toda seguridad, será también fiel a las promesas hechas a sus seguidores, que, desde todos los rincones del globo, caminan para tomar parte en el banquete celestial junto a Abrahán, Isaac y Jacob. Cf. J. Jervell, Luke and the Peopie of God; L. T. Johnson, The Writings of the New Testament (Filadelfia 1986) 197-240: R. J. Karris, CBQ 41 (1979) 80-97.

10 (IV) Contenido.
(I) Prólogo (1,1-4)
(II) Aurora del cumplimiento divino de la Promesa (1,5-2,52)
(A) Gabriel anuncia el nacimiento de Juan a Zacarías en el templo (1,5-25)
(B) Gabriel anuncia el nacimiento de Jesús a María en el recóndito Nazaret (1,26-38)
(C) Discursos de Isabel y María sobre el significado de Jesús en el plan salvífico de Dios (1,39-56)
(A) Discurso de Zacarías sobre el signi(-)ficado de Juan en el plan salvífico de Dios (1,57-80)
(B) Discurso de los ángeles sobre el sig(-)nificado del niño Jesús recostado en el pesebre (2,1-20)
(C) Discurso de Simeón sobre el significado del niño Jesús al ser presentado en el templo (2,21-40).
(D) Pasaje de transición: Conclusión de la obertura de Lucas. Declaración de Jesús sobre sí mismo, y anticipación del futuro viaje de Jesús, Hijo de Dios, desde Galilea a Jerusalén (2,41-52).

(III) Preparación del ministerio público de Je(-)sús (3,1-4,13)
(A) La predicación de Juan Bautista (3,1-20)
(B) El bautismo de Jesús (3,21-22)
(C) Jesús, culminación del plan de Dios en la creación y en la historia de la salvación (3,23-38)
(D) Jesús, Hijo y Siervo de Dios, vence al diablo (4,1-13)

(IV) Ministerio de Jesús en Galilea (4,14-9,50)
(A) Descripción previa del ministerio de Jesús en Galilea (4,14-15)
(B) Jesús cumple las promesas de Dios a favor de todos (4,16-30)
(C) El reino de Dios restablece en su integridad a hombres y mujeres (4,31-44)
(D) Respuesta positiva al mensaje de Jesús sobre el Reino (5,1-11)
(E) El ministerio de Jesús rompe los límites a favor de los marginados (5,12-16)
(F) Los dirigentes religiosos se oponen al mensaje del reino de Jesús (5,17-6,11)
(a) Jesús tiene el poder de perdonar pecados (5,17-26)
(b) La misión de Jesús se dirige a los pecadores (5,27-32)
(c) Jesús es el novio y el proveedor del vino nuevo (5,33-39)
(d) El sábado se subordina a Jesús (6,1-5)
(e) Jesús compasivo cura en sábado (6,6-11)
(G) La reunificación del Israel reconstituido (6,12-49)
(a) Elección de los doce apóstoles por Jesús (6,12-16)
(b) El sermón de la llanura (6,17-49)
(H) El mensaje del reino de Jesús se dirige a hombres y mujeres, y rompe los límites de lo puro e impuro (7,1-9,6)
(a) Gentiles impuros se abren al mensaje del reino de Jesús (7,1-10)
(b) El profeta de Dios, Jesús, se compadece de una viuda (7,11-17)
(c) Las funciones de Juan y Jesús en el plan salvífico de Dios (7,18-35)
(d) Una mujer pecadora es sensible al don divino del perdón (7,36-50)
(e) Las mujeres discípulas de Jesús (8,1-3)
(f) Diferentes modos de oír la palabra de Dios (8,4-21)
(g) Jesús vence el caos (8,22-25)
(h) Jesús restablece a un gentil demente en la comunidad humana (8,26-39)
(i) El poder de Jesús va más allá de la pureza ritual y da vida a dos mujeres (8,40-56)
(j) Los Doce prosiguen la misión del Reino realizada por Jesús (9,1-6)
(I) Reacciones ante Jesús al finalizar su ministerio en Galilea (9,7-50)
(a) El destino del precursor de Jesús es su mismo destino y el de sus discípulos (9,7-9)
(b) El don de la multiplicación realizado por Jesús está vinculado con su cruz (9,10-17)
(c) La cruz en la vida del Mesías y de sus discípulos (9,18-27)
(d) La transfiguración de Jesús y la confirmación divina del camino de la cruz (9,28-36)
(e) La cruz interpreta las acciones misericordiosas de Jesús (9,37-45)
(f) La errónea comprensión de los discípulos del sentido del seguimiento de Jesús (9,46-50)
(V) Viaje de Jesús a Jerusalén (9,51-19,27)
(A) Parte primera de la instrucción sobre el sentido del camino cristiano (9,51-13,21)
(a) Rechazo samaritano a Jesús y re(-)chazo de toda venganza (9,51-56)
(b) El coste del discipulado (9,57-62)
(c) La enseñanza de Jesús sobre la misión (10,1-24)
(d) La misión cristiana y la observancia de la ley (10,25-37)
(e) El discipulado es para hombres y para mujeres (10,38-42)
(f) Los discípulos de Jesús y la oración (11,1-13)
(g) Las controversias descubren el sentido del camino de Jesús (11,14-36)
(h) La limosna hace puro ante Dios (11,37-54)
(i) Los discípulos ante oposiciones internas y externas (12,1-59)
(j) Todos necesitan arrepentirse (13,1-9)
(k) Un ejemplo de la naturaleza del reino de Dios (13,11-17)
(1) El reino de Dios crece a pesar de las oposiciones (13,18-21
(B) Parte segunda de la instrucción sobre el sentido del camino cristiano (13,22-17,10)
(a) Insistencia en la necesidad de arrepentimiento (13,22-30)
(b) Jesús viaja obedientemente a Jerusalén (13,31-35)
(c) La naturaleza inclusiva del banquete del reino de Jesús (14,1-24)
(d) Repetición de las exigencias del discipulado (14,25-35)
(e) Tres ejemplos de la misericordia de Dios hacia los pecadores (15,1-32)
(f) La necesidad de compartir los bienes con los necesitados (16,1-31)
(g) La renovación interior de los discípulos (17,1-10)
(C) Parte tercera de la instrucción sobre el sentido del camino cristiano (17,11-19,27)
(a) Gratitud y fe del leproso samaritano (17,11-19)
(b) Fidelidad en la espera de la llegada del Hijo del hombre (17,20-18,8)
(c) Los discípulos deben depender de Dios más que de ellos mismos (18,9-17)
(d) La gran dificultad de que los ricos entren en el reino de Dios (18,18-30)
(e) Nueva predicción de la pasión y resurrección de Jesús (18,31-34)
(f) Sumarios sobre el ministerio de Jesús hacia los marginados (18,35-19,10)
(g) Los discípulos deben asumir los riesgos de seguir a Jesús, el Rey (19,11-27)

(VI) Jerusalén rechaza al Profeta, al Hijo y al templo de Dios (19,28-21,38)
(A) Jesús toma posesión del templo de Jerusalén (19,28-48)
(a) Jesús aclamado como rey (19,28-40)
(b) Jesús llora por Jerusalén (19,41-44)
(c) Jesús toma posesión del templo; él es el templo (19,45-46)
(d) Reacciones del pueblo y de los dirigentes religiosos ante Jesús (19,47-48)
(B) Jesús afirma su autoridad para hablar en nombre de Dios (20,1-21,4)
(a) Jesús es un profeta enviado por Dios (20,1-8)
(b) Jesús es el Hijo de Dios y la piedra angular del Israel reconstituido (20,9-19)
(c) Jesús enseña auténticamente el ca(-)mino de Dios (20,20-26)
(d) El Dios de Jesús es Aquel que da y mantiene la vida más allá de la muerte (20,27-40)
(e) Jesús Mesías es hijo y Señor de David (20,41-44)
(f) Culto a Dios y estilo de vida justa (20,45-21,4)
(C) Consecuencias para Jerusalén al no aceptar al Profeta de Dios (21,5-38)

(VII) Ultima cena de Jesús y relación con pecadores (22,1-23,56a)
(A) Discurso de despedida de Jesús en el marco de una cena (22,1-38)
(a) Preparación para el discurso de despedida (22,1-13)
(b) La eucaristía como legado de Jesús a la Iglesia (22,14-20)
(c) ¿Traicionarán los futuros discípulos a Jesús? (22,21-23)
(d) El sentido del poder en las comunidades de Lucas (22,24-30)
(e) La función de Pedro en la Iglesia (22,31-34)
(f) Justificación del cambio de la acción misionera en las comunidades lucanas (22,35-38)
(B) Fidelidad de Jesús y el fracaso de los discípulos en la prueba (22,39-71)
(a) Contraste entre Jesús y sus discípulos en la oración (22,39-46)
(b) Contraste entre infidelidad y fidelidad (22,47-53)
(c) Contraste entre la fidelidad de Jesús, Hijo de Dios, y la actitud de Pedro (22,54-71)
(C) Para terminar, Jesús inocente en compañía de pecadores (23,l-56a)
(a) Jesús, el justo maltratado, es entregado a la crucifixión (23,1-25)
(b) Jesús, profeta rechazado, llama al arrepentimiento (23,26-31)
(c) Jesús, entre pecadores, ora por el perdón (23,32-34)
(d) Reacciones positivas y negativas ante Jesús (23,35-49)
(e) A Jesús se le da un entierro propio de un rey (23,50-56a)

(VIII) Resurrección de Jesús, promesa del Espíritu y Ascensión (23,56b-24,53)
(A) Las mujeres evangelizadoras (23,56b-24,12)
(B) Emaús y regreso al camino del discipulado (24,13-35)
(C) Encargo y Ascensión (24,36-53)