Carta a los Romanos
Joseph A. Fitzmyer, S. J.

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DBSup 10.739-863. IDBSup 752-54. Brown, INT 727-58. Wik-Schm, INT 674-95.

INTRODUCCION

2 (I) Fecha y lugar de composición.
Aunque estas cuestiones atañen al problema de la integridad de Rom (10 infra), el cap. 15 in(-)dica que Pablo escribió Rom poco antes de ha(-)cer su último viaje a Jerusalén (15,25). Proba(-)blemente la escribió en Corinto o en Cencreas, durante el invierno del 57-58 d.C., tras evange(-)lizar lliria (15,19), Macedonia y Acaya (15,26; cf. 1 Cor 16,5-7; Hch 20,3). Rom 16,23 habla de Gayo como su anfitrión; cf. 1 Cor 1,14.

3 (II) Ocasión y finalidad. Pablo escribió Rom consciente de que su apostolado en la región del Mediterráneo oriental había con(-)cluido. Tras haber predicado «en todas partes desde Jerusalén hasta lliria» (15,19), volvía su mirada hacia occidente, a España. De paso, planeaba visitar a la Iglesia de Roma para sa(-)tisfacer un deseo que abrigaba desde hacía años (1,13; 15,22.24.28). Antes de encaminarse a occidente, tenía que atender un último asun(-)to: llevar personalmente a Jerusalén la colecta recogida en las Iglesias gentiles que él había fundado (15,25; cf. 1 Cor 16,1), para de ese mo(-)do manifestar a la Iglesia madre judeocristiana la solidaridad existente entre los «pobres» de esa comunidad y los cristianos de origen gentil de Galacia, Macedonia y Acaya. Dichos cristia(-)nos de origen gentil hicieron su aportación a esa colecta porque se daban cuenta de que ha(-)bían «compartido las bendiciones espirituales» de la Iglesia madre (15,27). Así, antes de partir de Corinto para Jerusalén, Pablo escribió a la Iglesia romana para anunciar su próxima visi(-)ta. Al escribir como «el apóstol de los gentiles» (11,13), quería presentarse a esta Iglesia que no lo conocía personalmente.

Consciente tam(-)bién de su cometido apostólico, redactó esta carta de introducción a modo de exposición amplia del modo en que él entendía el evange(-)lio (1,16-17), evangelio que ansiaba predicar también en Roma (1,15), de la cual tanto había oído hablar.
4 Rom no es «un compendio de la doctri(-)na cristiana» (P. Melanchton), ni la «última voluntad y testamento» de Pablo (G. Bornkamm), ni siquiera un resumen de la doctrina propia de Pablo. Algunas de las enseñanzas importantes de éste (p.ej., sobre la Iglesia, la eucaristía, la resurrección del cuerpo e incluso la escatología) están ausentes de ella. Más bien es una carta-ensayo que presenta sus re(-)flexiones misioneras sobre la posibilidad his(-)tórica de la salvación, enraizada en la rectitud y el amor de Dios, ofrecida ahora a todos los seres humanos mediante la fe en Cristo Jesús. A la vista de su apostolado en oriente, y espe(-)cialmente de la crisis judaizante (que en este momento es agua pasada), Pablo llegó a com(-)prender que la justificación y la salvación no dependían de las obras prescritas por la ley, si(-)no de la fe en Cristo Jesús, el Hijo al que el amor del Padre no perdonó. Mediante la fe y el bautismo, los seres humanos participan de los efectos del acontecimiento Cristo, dentro del plan de salvación concebido por el Padre y lle(-)vado a cabo con la muerte y resurrección de Jesucristo (? Teología paulina, 82:41-48).
5 Un punto culminante del ministerio de Pablo en oriente era su entrega en mano de la colecta en Jerusalén. Preocupado por el modo en que sería aceptada, Pablo pedía a los cris(-)tianos de Roma que oraran para que la ayuda que se iba a llevar fuera bien recibida por los de allí (15,31). En Jerusalén se desconfiaba de Pablo, se le seguía conociendo entre los judíos como el ex fariseo que abolía la ley. Así pues, la colecta no pretendía simplemente ayudar a los pobres; debía ser un signo de solidaridad de sus convertidos gentiles con los primeros cristianos judíos. ¿Sería aceptada con el talan(-)te adecuado? Rom también puede representar (indirectamente) una formulación del «evan(-)gelio» de Pablo tal como él lo expondría a los judeocristianos de Jerusalén que todavía rece(-)laban de él.
6 Rom analiza algunos de los temas toca(-)dos ya en Gál (? Gálatas, 47:9), pero, mientras que Gál fue compuesta en un contexto de po(-)lémica, Rom fue escrita en una atmósfera irénica. Es más un tratado que una carta; intro(-)duce elementos de estilo literario y retórica gr. y de diatriba estoica. Rom ya no se enfrenta a la pretensión judaizante como tal, aun cuando implícitamente intenta reivindicar el cometi(-)do apostólico de Pablo de evangelizar el mun(-)do gentil. Es a Gál lo que la deuteropaulina Ef es a Col. Aunque Pablo escribe a una Iglesia que no conoce personalmente, y algunas par(-)tes de la sección parenética de Rom reflejan problemas con los que ya había tenido que li(-)diar en otras partes en el ejercicio de su mi(-)nisterio, sus instrucciones a los «débiles» y los «fuertes» (14,1-15,13) probablemente son co(-)mentarios suyos sobre la situación romana, de la cual tenía información de oídas. Estos dos grupos se han identificado de manera ve(-)rosímil con los judeocristianos y los cristianos de origen gentil de Roma. Las diferencias que los separaban no eran ya el problema judai(-)zante de antaño (como en el caso de las Igle(-)sias de Galacia), sino más bien un problema tocante a los alimentos y el calendario. Cuan(-)do los judíos y judeocristianos tuvieron de abandonar Roma debido al edicto de Claudio (49 d.C.; -> Pablo, 79:10), los cristianos de ori(-)gen gentil se quedaron. Después, esta comu(-)nidad cristiana de origen gentil fue evolu(-)cionando por su cuenta con independencia respecto a la influencia judeocristiana. Pero cuando los judeocristianos regresaron a Ro(-)ma tras la muerte de Claudio (54 d.C.), gracias a la favorable disposición hacia los judíos mostrada por la esposa del siguiente empera(-)dor (Nerón), probablemente se encontraron una situación diferente de la que habían deja(-)do al marchar. Para entonces, los cristianos de origen gentil no sentían escrúpulos acerca de normas alimentarias ni de calendario; eran los «fuertes», mientras que los judeocristia(-)nos, para quienes tales normas eran impor(-)tantes, representaban a los «débiles». A Pablo debieron de llegarle de algún modo noticias acerca de esta situación en la Iglesia de Roma, y sobre ella escribe. Véase además W. Marxsen, Introduction to the New Testament(Fila(-)delfia 1968) 99-101 [trad. esp. del or. alemán: Introducción al Nuevo Testamento(Salamanca 1983)]; K. P. Donfried (ed.), The Romans De(-)bate(Minneápolis 1977).




7 (III) La Iglesia romana. La costumbre de Pablo en oriente fue establecer comuni(-)dades cristianas en ciudades importantes del Imperio (Filipos, Tesalónica, Corinto, Éfeso). Aunque ansiaba predicar el evangelio también en Roma, sabía que la Iglesia de esa ciudad ha(-)bía sido fundada por otra persona (15,20; cf. 1,8.13). Quién fue, no lo dice. El modo en que escribió Rom hace improbable que considera(-)ra a Pedro su «fundador» (cf. Gál 2,7-8). Lo más probable es que la comunidad de allí fue(-)ra formada en fecha muy temprana por con(-)vertidos procedentes de Palestina o Siria (cf. Hch 2,19; Ambrosiaster, In ep. ad Rom.,pró(-)logo; PL 17,47-48; Tácito, Ann.15.44). Pedro probablemente no llegó a Roma antes de los años 50; estaba todavía en Jerusalén cuando tuvo lugar el «concilio» (ca. 49 d.C.). Áquila y Prisca, judeocristianos obligados a dejar Italia por el edicto de Claudio, llegaron a Corinto hacia el 49 d.C. Véase Wik-Schm, INT588.
8 Los comentaristas sostienen con fre(-)cuencia que la composición de la Iglesia ro(-)mana es importante para la comprensión de Rom. En la época moderna, la escuela de Tubinga, E. Renán, T. Zahn, W. Manson y F. Leenhardt han considerado que ésta fue pre(-)dominantemente judeocristiana. Su principal argumento procede del uso abundante de citas del AT, y especialmente de la historia de Abra(-)hán. Esto podría indicar que Pablo imaginaba unos lectores predominantemente de origen judío. Desde luego, entre la población de la Roma del s. I había un amplio sector judío (véanse S. Lyonnet, Quaestiones1. 17-23; H. J. León, The Jews of Ancient Rome[Filadelfia 1960]) que habría sido matriz natural para la Iglesia cristiana. Aunque expulsados en blo(-)que por Claudio, pudieron volver a Roma tras la muerte de éste. Sin embargo, muchos otros (C. K. Barrett, S. Lyonnet, O. Michel, J. Munck) creen que la Iglesia romana era predominan(-)temente gentil. Esto parece preferible, dado que Pablo incluye a sus lectores entre los gen(-)tiles para cuya salvación se le encomendó a él la misión apostólica (véanse 1,5-7.12-14; 11,11-13; 15,16).

9 (IV) Autenticidad e integridad de Rom. La autoría paulina de Rom es hoy en día universalmente admitida, como lo fue en la antigüedad. Las voces discrepantes del s. XIX (E. Evanson, B. Bauer, A. D. Loman) han que(-)dado «relegadas a ocupar un puesto entre las curiosidades de la investigación del NT» (Cran(-)field, Romans2).
La autenticidad de la doxología final (16,25-27) es, sin embargo, objeto de discu(-)sión. (1) Su posición varía en los mss. gr.: en las tradiciones textuales hesiquiana (K, B, C) y occidental (D), tras 16,23; en la tradición tex(-)tual koiné (L y minúsculos), tras 14,23; en P46 (el texto más antiguo de Rom), tras 15,33; en
los mss. A, P, 5 y 33, tras 14,23 y 16,23; y en los mss. G, g y Marción se omitió completamente (aunque se dejó un espacio para ella tras 14,23 en G y g). (2) Su estilo es sintácticamente com(-)plejo, con sabor a fraseología litúrgica, hímnica -rasgo ausente en el resto de Rom-. (3) El término «misterio» aplicado a la salvación de los gentiles se encuentra en las cartas deuteropaulinas, pero no en Rom. Ninguna de estas razones aporta certidumbre sobre el asunto, pero la mayoría de los comentaristas suelen considerar la doxología como una adición he(-)cha a Rom en fecha posterior, posiblemente cuando se compiló el corpus de las cartas de Pablo. Véanse J. Dupont, RBén58 (1948) 3,22; H.Gamble, The Textual History of the Letter to the Romans(SD 42, Grand Rapids 1977).

10 Rom 16,1-23 plantea otro problema. Normalmente se admite su autoría paulina; pero, ¿es parte integral de Rom? Marción y al(-)gunos autores patrísticos (Tertuliano, Cipria(-)no, Ireneo) conocían una versión de Rom sin los caps. 15-16. En P46 la doxología sigue a 15,33, versículo que suena a conclusión epis(-)tolar (cf. 1 Cor 16,23-24; 2 Cor 13,11; Flp 4,9). Además, Rom 16,1-16 tiene todo el aspecto de ser una carta de recomendación de Febe, diaconisa de la Iglesia de Cencreas. Se parece a una antigua carta de recomendación (epistole systatiké).Véase el comentario a 16,1. ¿Estaba dirigida originalmente a la Iglesia romana? Un destino efesino ha sido sostenido a menudo (por D. Schulz, J. Moffatt y T. M. Taylor, entre otros). Según esta opinión, habría sido envia(-)da a una Iglesia con la cual Pablo estaba muy familiarizado. En 16,3 saluda a Prisca y Áqui(-)la, que se habían establecido en Éfeso (Hch 18,18.26), donde se encontraban con una comunidad reunida en torno a ellos (1 Cor 16,19). 2 Tim 4,19 tal vez suponga que siguie(-)ron en Éfeso después.
Además, Pablo saluda a Epéneto, «el primer convertido para Cristo en Asia» (16,5). Aparte de eso, Pablo saluda al menos a otras 25 personas (23 por su nombre) -¡un gran número de conocidos en una Iglesia que no conoce personalmente!-. Incluso está familiarizado con los grupos que se reúnen en la Iglesia doméstica (16,5). Finalmente, resul(-)ta extraño que la advertencia de 16,17-20, de tono tan diferente al del resto de Rom, se diri(-)ja a una Iglesia que él no conocía íntimamen(-)te. Sin embargo, ninguno de estos argumentos resulta, a fin de cuentas, convincente. A la vis(-)ta del modo en que Prisca y Áquila se despla(-)zaban de un sitio a otro, tal vez estuvieran de nuevo en la misma Roma en el momento en que Pablo escribe (tras la muerte de Claudio). ¿Por qué Epéneto, el primer convertido de Asia, había de permanecer en esa provincia? Pablo pudo enterarse de cosas de la Iglesia do(-)méstica por Prisca y Áquila. 16,17-20 no es en(-)teramente admonitorio en su tono; tal vez simplemente se haga eco del estilo exhortato(-)rio de Pablo en otras cartas (cf. 1 Cor 5,9.11). Pero la principal razón para considerar 16,1-23 parte integral de Rom es que, de otro mo(-)do, Rom 1-15 sería la única carta del corpus paulino que careciera de final epistolar. Véase H.Gamble, The Textual History 56-95.

11 El problemático final de Rom, junto con la omisión de en Rome, «en Roma», en I,7.15en algunos mss. (G, g, 1908) hizo surgir la teoría de que Rom se compuso en realidad como una «carta circular», destinada a más de una Iglesia (T. W. Manson, BJRL 31 [1948] 197-200). Según esta opinión, Rom 1-15, con la doxología como en P46, habría sido enviada a Roma, mientras que la versión de 16 capítu(-)los habría sido enviada a Éfeso. La expresión en Rome representaría entonces la verdadera dirección en el primer caso, pero su omisión en algunos mss. provendría de copias destina(-)das a otros lugares. Sin embargo, esta fasci(-)nante teoría se basa en exiguos indicios de mss., pues los mejores mss. gr. testimonian Rom en la versión de 16 capítulos. Tampoco existe ningún paralelo real en este caso entre Rom y Ef (? Efesios, 55:2).

12 (V) Importancia de Rom. Rom ha afectado a la teología cristiana posterior más que ningún otro libro del NT. Apenas habrá un ámbito de elaboración teológica que no haya sido influenciado por su enseñanza. Su in(-)fluencia es manifiesta incluso en otros escritos del NT (1 Pe, Heb, Sant) y en obras subapostólicas (Clemente, Ignacio, Policarpo, Justi(-)no). A partir de Orígenes, los comentarios patrísticos y escolásticos sobre Rom abundan; su principales intérpretes fueron Crisóstomo, Teodoreto, Juan Damasceno, Ecumenio, Teofilacto, el Ambrosiaster, Pelagio, Hugo de S. Víctor, Abelardo y Tomás de Aquino. Incon(-)mensurable es el papel que Rom desempeñó en los debates de la Reforma. Comentarios fa(-)mosos sobre esta carta escribieron M. Lutero, P. Melanchton y J. Calvino. El pensamiento re(-)ligioso moderno también se ha visto grande(-)mente afectado por los comentarios teológicos de K. Barth (Epistle to the Romans [Londres 1933]) [trad. esp. del or. alemán: Carta a los ro(-)manos (Madrid 1998)], A. Nygren (Commen(-)tary on Romans [Londres 1952]), H. Asmussen (Der Rómerbrief [Stuttgart 1952]) y E. Brunner (Der Rómerbrief [Stuttgart, s. f.]). La aporta(-)ción hecha por Rom al pensamiento cristiano occidental es inestimable.

13 (VI) Esquema. Muchos comentaris(-)tas modernos están de acuerdo acerca de las divisiones evidentes de Rom (introducción, sección doctrinal, sección parenética, conclu(-)sión [con o sin el cap. 16]), pero el debate se centra en la subdivisión de la sección doctri(-)nal. ¿Se ha de dividir en dos subsecciones o en tres? ¿El cap. 5 va con lo que precede o con lo que sigue? ¿Integró Pablo en Rom algunos tex(-)tos redactados en otras ocasiones y usados ya como unidades (3,10-18; 5,12-21; 9,1-11,36)? A los ojos de algunos comentaristas, estos pasa(-)jes parecen estar introducidos bruscamente, pero, en su estado actual, se deben considerar partes integrales del desarrollo de Rom. Para más detalles, véanse infra los lugares corres(-)pondientes. El esquema utilizado a continua(-)ción es una modificación del de Lyonnet, pero se acerca mucho a los de Cranfield y Kásemann.



(I) Introducción (1,1-15)
(A) Dirección y saludo (1,1-7)
(B) Acción de gracias (1,8)
(C) Proemio: el deseo de Pablo de ir a Ro(-)ma (1,9-15)

(II) Primera parte: sección doctrinal el evan(-)gelio de Dios de Jesucristo nuestro Señor (1,16-11,36)
(A) Mediante el evangelio se revela que la rectitud de Dios hace justa a la persona de fe (1,16-4,25)
(a) El tema anunciado: el evangelio es la poderosa fuente de salvación pa(-)ra todos que revela la rectitud de Dios (1,16-17)
(b) El tema explicado negativamente: sin el evangelio, la ira de Dios se manifiesta respecto a todos los se(-)res humanos (1,18-3,20)
(i) La ira de Dios contra los genti(-)les (1,18-32)
(ii) El juicio de Dios contra los ju(-)díos (2,1-3,20)
(c) El tema expuesto positivamente: la rectitud de Dios se manifiesta a tra(-)vés de Cristo y es percibida por la fe (3,21-31)
(d) El tema ilustrado: en el AT, Abra(-)hán fue justificado por la fe (4,1 -25)

(B) El amor de Dios asegura la salvación a los justificados por la fe (5,1-8,39)
(a) El tema anunciado: el cristiano jus(-)tificado, reconciliado con Dios, se(-)rá salvo, participando con la es(-)peranza en la vida resucitada de Cristo (5,1-11)
(b) El tema explicado: la nueva vida cristiana trae una triple liberación (5,12-7,25)
(i)Libertad respecto al pecado y la muerte (5,12-21)
(ii)Libertad respecto al yo me(-)diante la unión con Cristo (6,1-23)
(iii)Libertad respecto a la ley (7,1-25)
(c) El tema desarrollado: la vida cristia(-)na se vive en el Espíritu y está desti(-)nada a la gloria (8,1-39)
(i) La vida cristiana, potenciada por el Espíritu (8,1-13)
(ii) Mediante el Espíritu, el cris(-)tiano llega a ser hijo de Dios, destinado a la gloria (8,14-30)
(iii) Himno al amor de Dios mani(-)festado en Cristo (8,31-39)

(C) Esta justificación/salvación no contra(-)dice las promesas de Dios hechas anta(-)ño a Israel (9,1-11,36)
(a) Lamento de Pablo por sus antiguos correligionarios (9,1-5)
(b) La difícil situación de Israel no es contraria a la dirección de la histo(-)ria por parte de Dios (9,6-29)
(c) El fracaso de Israel se debe a su propia negativa (9,30-10,21)
(d) El fracaso de Israel es parcial y temporal (11,1-36)
(III) Segunda parte: sección parenética las exi(-)gencias de una vida recta en Cristo (12,1-15,13)
(A) La vida cristiana debe ser un culto da(-)do a Dios en el Espíritu (12,1-13,14)
(B) Los fuertes están obligados a la caridad con los débiles (14,1-15,13)
(IV) Conclusión (15,14-33)
(V) Carta de recomendación de Febe (16,1-23)
(VI) Doxología (16,25-27)