Salmos 109, 1-31


SALMO 109 (108)
Salmo imprecatorio
Del maestro de coro. De David. Salmo.

¡Oh Dios de mi alabanza, no calles!
Bocas de impíos y traidores
están abiertas contra mí.
Me hablan con lengua mentirosa,
me envuelven con palabras odiosas,
me hacen la guerra sin razón.
En pago de mi amor me acusan,
mientras yo rezaba por ellos;
me devuelven mal por bien,
odio en cambio de amor:
«¡Suscita a un malvado contra él,
que un fiscal se ponga a su diestra;
que en el juicio resulte culpable,
su oración considerada pecado!
¡Que sus días sean pocos,
que otro ocupe su cargo;
queden huérfanos sus hijos,
quede viuda su mujer!
¡Que sus hijos vaguen mendigando,
sean expulsados de sus ruinas;
que el acreedor se quede con sus bienes
y saqueen sus ganancias los extraños!
¡Nunca nadie le muestre amor,
nadie se apiade de sus huérfanos,
sea exterminada su posteridad,
acabe su apellido en sus hijos!
¡Sea recordada la culpa de sus padres,
nunca se borre el pecado de su madre;
estén constantemente ante Yahvé,
y él cercene de la tierra su memoria!».
Se olvidó de actuar con amor,
persiguió al pobre, al desdichado,
al de abatido corazón para matarlo;
amó la maldición, sobre él recaiga,
no quiso bendición: que de él se aleje.
Se vistió la maldición como un manto:
¡que penetre como agua en su seno,
que entre como aceite en sus huesos!
¡Que sea el vestido que lo cubra,
el cinto que lo ciñe para siempre!
Ésta es la obra de los que me acusan,
de los que hablan maliciosos contra mí.
Pero tú, oh Yahvé, Señor mío,
actúa por tu nombre en mi favor,
¡líbrame por tu bondad y tu amor!
Que soy pobre y desdichado,
y tengo herido el corazón;
me desvanezco lo mismo que una sombra,
me sacuden igual que a la langosta.
Con tanto ayuno se doblan mis rodillas,
falta de grasa enflaquece mi carne;
me he convertido en burla de ellos,
cuando me ven, menean la cabeza.
¡Ayúdame, Yahvé, Dios mío,
sálvame según tu bondad!
¡Sepan que esto es cosa tuya,
que tú, Yahvé, lo has hecho!
¡Maldigan ellos, pero tú bendice!
¡Se avergüencen mis rivales y tu siervo se alegre!
¡Se vistan de ignominia los que me acusan,
envueltos en su vergüenza, como en un manto!
Mi boca se llenará de gracias a Yahvé,
en medio de la multitud lo alabaré:
porque se pone a la diestra del pobre
para arrancar su vida de los jueces.
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