Genesis 1, 9-16

Y dijo Dios: — ¡Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar, para que aparezca lo seco! Y así sucedió. Dios llamó “tierra” a lo seco y al conjunto de aguas lo llamó “mar”. Y vio Dios que esto era bueno. Y dijo Dios: — ¡Que la tierra se cubra de vegetación; que esta produzca º plantas con semilla, y árboles que den fruto con semilla, cada uno según su especie! Y así sucedió. Brotó de la tierra vegetación: plantas con semilla y árboles con su fruto y su semilla, todos según su especie. Y vio Dios que esto era bueno. Vino la noche, llegó la mañana: ese fue el tercer día. Y dijo Dios: — ¡Que haya lumbreras en el firmamento para separar el día de la noche, para distinguir las estaciones, y señalar los días y los años; º para que luzcan en el firmamento y así alumbrar la tierra! Y sucedió así. Hizo Dios los dos grandes astros º: el astro mayor para regir el día, y el menor para regir la noche. También hizo las estrellas. º
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