I Reyes 6, 23-28

Colocó en el camarín dos querubines º de madera de olivo, de cinco metros de altura. Las alas de cada querubín medían dos metros y medio, en total, cinco metros desde el extremo de un ala al extremo de la otra. El segundo querubín también medía cinco metros, pues ambos querubines tenían la misma dimensión y la misma forma. La altura de ambos querubines era de cinco metros. Colocó los serafines en medio del edificio, en su interior, con las alas extendidas, de forma que el ala de uno tocaba una pared y el ala del otro tocaba la pared opuesta, mientras que las alas interiores se tocaban, ala contra ala. Luego recubrió de oro los querubines.
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