II Pedro  2, 6-8

Ni libró de la destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, antes bien las redujo a cenizas para escarmiento de futuras generaciones pecadoras. º Salvó, en cambio, al intachable Lot que se hallaba abrumado por la conducta lujuriosa de aquellos desalmados, º pues, bueno como era y viviendo en medio de ellos, sentía rompérsele su buen º corazón más y más cada día al ver y oír sus perversidades.
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