Daniel  4, 10-12

(4:7) En las visiones que pasaban por mi mente mientras dormía, contemplé lo siguiente: Había un árbol enorme en el centro mismo de la tierra º. º (4:8) El árbol creció corpulento, su copa llegaba al cielo, visible desde toda la tierra. (4:9) Tenía un ramaje magnífico y tal cantidad de frutos que había comida para todos. Las fieras del campo venían a cobijarse a su sombra; todas las aves del cielo acudían a anidar en sus ramas. Todos los seres vivientes se nutrían º de aquel árbol.
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