Deuteronomio  18, 15-22

El profeta que ha de venir

El Señor tu Dios suscitará en medio de ti, entre tus hermanos, un profeta como yo º; a él deberán escuchar. Eso fue lo que le pediste al Señor tu Dios en Horeb, el día de la asamblea, cuando le dijiste: “No quiero escuchar más la voz del Señor mi Dios ni quiero volver a contemplar aquel terrible fuego, para no morir”. º Entonces el Señor me dijo: “Tienen razón”. Por eso yo suscitaré entre sus hermanos un profeta como tú; pondré mis palabras en su boca, y él les comunicará todo lo que yo le mande. Y todo aquel que no preste oído a las cosas que el profeta diga en mi nombre, yo mismo le pediré cuentas. Pero si un profeta se atreve a decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado decir o habla en nombre de otros dioses, ese profeta morirá. Y si te inquieta saber cómo puedes descubrir si un mensaje no viene del Señor, ten esto en cuenta: si lo que el profeta ha dicho en nombre del Señor no sucede ni se cumple º, entonces es señal de que ese mensaje no viene del Señor. Ese profeta es un presuntuoso. No tengas respeto por una persona así.
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