Eclesiastés 8, 2-6

Cumple * la orden del rey en virtud del juramento divino º; º no tengas prisa en retirarte de su presencia, ni te empeñes en intrigas, pues hará todo lo que quiera. La palabra del rey es soberana: ¿quién puede pedirle explicaciones? Quien cumple lo mandado nada sabe de intrigas; sólo el sabio conoce el tiempo de la decisión, pues cada cosa ha de ser decidida a su tiempo, porque un grave problema tiene el ser humano:
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