Ezequiel 17, 5-10
“
Tomó semilla del país º y la plantó en una fértil parcela; la puso junto a aguas abundantes, como si fuera un sauce, de modo que brotara y se hiciera una vid º frondosa, achaparrada; sus sarmientos se inclinaron hacia el águila, sus raíces le quedaron sometidas. Se convirtió en cepa: brotaron los vástagos, se cubrió de sarmientos. Pero había otra águila º de gran envergadura y abundante plumaje. dobló la vid sus raíces y las extendió hacia ella; dirigió a ella sus sarmientos para recibir más agua que en el bancal donde estaba plantada. Plantada en fértil campiña, a la vera de aguas abundantes, podía echar ramas y frutos, ser una vid portentosa. Di: Esto dice el Señor Dios: ¿Saldrá adelante la vid? ¿No le arrancará [el águila] * las raíces y hará que se malogre su fruto, dejando secos sus rebrotes [sin necesitar gran esfuerzo, sin el concurso de mucha gente] º, hasta que quede arruinada, sin raíz? ¿Prosperará aunque esté plantada? ¿No se secará cuando la azote el viento que viene del este º? Se secará en el bancal donde brotó. ”