Filipenses 4, 10-18

Conclusión (4:10-23)

Pablo agradece la ayuda de los filipenses

Grande, my grande ha sido mi alegría como cristiano al comprobar que, después de tanto tiempo, ha vuelto a florecer el interés que ustedes tienen por mí. Ya sé que lo tenían; lo que les faltaba era la ocasión de manifestarlo. Y no es la necesidad lo que me hace hablar así, pues he aprendido a bastarme en cualquier circunstancia. Tengo experiencia de pobreza y de riqueza. Estoy perfectamente entrenado para todo: para estar harto y para pasar hambre, para nadar en la abundancia y para vivir con estrecheces. Puedo salir airoso de toda suerte de pruebas, porque Cristo me da las fuerzas. º Con todo, es hermoso que se hayan solidarizado conmigo en momentos de aflicción. Como bien saben, filipenses, cuando comenzó a proclamarse el mensaje evangélico y tuve que salir de Macedonia *, sólo la iglesia de ustedes me abrió cuenta de “haber” y “debe º”. º Incluso estando yo en Tesalónica, por dos veces me enviaron ayuda para remediar mi necesidad. Y no es que yo esté buscando donativos; lo que busco son ingresos que aumenten la cuenta de ustedes. Acuso, pues, recibo de todo, que ha sido más que suficiente. Me siento satisfecho con lo que me han enviado por medio de Epafrodito, y que es ofrenda de suave olor y sacrificio que Dios acepta con agrado. º
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