Genesis 11, 1-9

La torre de Babel

El mundo entero hablaba una misma lengua y usaba las mismas palabras. Y sucedió que al emigrar desde oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar º y allí se asentaron. Entonces se dijeron unos a otros: — Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego. (Así fue como usaron ladrillos en lugar de piedra, y alquitrán en lugar de mortero). Y siguieron diciendo: — Vamos a edificar una ciudad y una torre º que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos y para no dispersarnos por toda la tierra. El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los seres humanos estaban construyendo y pensó: “Si esto es sólo el comienzo de su actividad, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y tengan una misma lengua. Será mejor que bajemos a confundir su lengua para que no se entiendan entre ellos mismos”. Y así fue como el Señor los dispersó desde aquel lugar por toda la superficie de la tierra, y dejaron de construir la ciudad. Por eso aquella ciudad se llamó Babel º porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.
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