Genesis 30, 1-13

Cuando Raquel vio que no podía dar hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y dijo a Jacob: — Dame hijos, porque si no, me muero. Pero Jacob se enojó mucho con ella y le dijo: — ¿Crees acaso que soy Dios? Es él quien te ha impedido tener hijos. Ella replicó: — Aquí tienes a mi criada Bilhá. Acuéstate con ella y que dé a luz en mis rodillas º. Así, por medio de ella, también yo podré formar una familia. De esta manera, Raquel le dio a Jacob su criada Bilhá para que fuera su concubina. Jacob se acostó con Bilhá que quedó embarazada y dio a luz un hijo para Jacob. Y Raquel dijo: — ¡Dios me ha hecho justicia! Escuchó mi plegaria y me ha dado un hijo. Por eso Raquel le puso el nombre de Dan º. Después, Bilhá, la criada de Raquel, volvió a quedar embarazada y dio a luz un segundo hijo para Jacob. Y Raquel dijo: — Dios me ha hecho competir duramente con mi hermana, pero he vencido. Por eso Raquel le puso el nombre de Neftalí º. Cuando Lía vio que ya no podía tener hijos, tomó a su criada Zilpá y se la entregó a Jacob como concubina. Y Zilpá, la criada de Lía, dio a Jacob un hijo. Entonces Lía exclamó: — ¡Qué dicha! Y por eso lo llamó Gad º. Después Zilpá, la criada de Lía, dio un segundo hijo a Jacob. Lía dijo entonces: — ¡Qué felicidad! Ahora las mujeres me felicitarán. Por eso lo llamó Aser º.
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