Isaías 65, 1-2

El Señor explica las razones de su silencio

Yo ofrecía respuesta º a quienes no preguntaban, me dejaba encontrar por quienes no me buscaban. Yo decía: “Aquí estoy, aquí estoy” a un pueblo que no invocaba mi nombre. º Todo el día extendía mis manos en dirección a un pueblo rebelde, que llevaba un camino equivocado, siempre detrás de sus caprichos;
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