Romanos  3, 10-20

Así lo dice la Escritura: No hay un solo inocente, º no hay ningún sensato, nadie que busque a Dios. Todos han errado el camino, todos se han pervertido. No hay ni siquiera uno que practique el bien. Sepulcro hediondo es su garganta, manantial de engaños su lengua, veneno de serpiente las palabras de su boca, º sus labios rezuman amargura y maldición. º Están prontos para derramar sangre, º destrucción y miseria envuelven su vida. Desconocen los caminos de la paz y el respeto a Dios no existe para ellos. º Ahora bien, es sabido que todo lo que dice la ley º, se lo dice a quienes están bajo su yugo. Nadie, por tanto, tendrá derecho a hablar y el mundo entero ha de reconocerse culpable ante Dios. º A nadie, en efecto, restablecerá Dios en su amistad º por la observancia de la ley, pues la misión de la ley es hacernos conscientes del pecado. º
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