Genesis 16, 4-16

Se llegó, pues, él a Agar, que concibió. Pero luego, al verse ella encinta, miraba a su señora con desprecio. Dijo entonces Saray a Abrán: «Mi agravio recaiga sobre ti. Yo puse mi esclava en tu seno, pero, al verse ella encinta, me mira con desprecio. Juzgue Yahvé entre nosotros dos.» Respondió Abrán a Saray: «Ahí tienes a tu esclava en tus manos. Haz con ella como mejor te parezca.» Saray dio en maltratarla y ella huyó de su presencia.
La encontró el Ángel de Yahvé junto a una fuente que manaba en el desierto —la fuente que hay en el camino de Sur— y dijo: «Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?» Contestó ella: «Voy huyendo de mi señora Saray.» «Vuelve a tu señora, le dijo el Ángel de Yahvé, y sométete a ella.» Y dijo el Ángel de Yahvé: «Multiplicaré de tal modo tu descendencia, que por su gran multitud no podrá contarse.» Añadió el Ángel de Yahvé:
Sábete que has concebido y que darás a luz un hijo,
al que llamarás Ismael,
porque Yahvé ha oído tu aflicción.
Será un onagro humano.
Su mano contra todos, y la mano de todos contra él;
y enfrente de todos sus hermanos plantará su tienda.»
Dio Agar a Yahvé, que le había hablado, el nombre de «Tú eres El Roí», pues dijo: «¿Si será que he llegado a ver aquí las espaldas de aquel que me ve?» Por eso se llamó aquel pozo «Pozo de Lajay Roí». Está entre Cades y Béred.
Agar dio a luz un hijo a Abrán, y éste llamó al hijo que Agar le había dado Ismael. Tenía Abrán ochenta y seis años cuando Agar le dio su hijo Ismael.
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