Genesis 24, 13-16

Voy a quedarme parado junto a la fuente, mientras las hijas de los ciudadanos salen a sacar agua. Ahora bien, la muchacha a quien yo diga: “Inclina, por favor, tu cántaro para que yo beba”, y ella responda: “Bebe, y también voy a abrevar tus camellos”, ésa sea la que tienes designada para tu siervo Isaac, y por ello conoceré que te muestras fiel con mi señor.»
Apenas había acabado de hablar, cuando apareció Rebeca, hija de Betuel, hijo de Milcá, la mujer de Najor, hermano de Abrahán, con su cántaro al hombro. La joven era de muy buen ver, virgen, que no había conocido varón. Bajó a la fuente, llenó su cántaro y subió.
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