Genesis 25, 23-29

Yahvé le dijo:
«Dos pueblos hay en tu vientre,
dos naciones que, al salir de tus entrañas, se dividirán.
La una oprimirá a la otra;
el mayor servirá al pequeño.»
Se le cumplieron los días de dar a luz, y resultó que había dos mellizos en su vientre. Salió el primero, rubicundo todo él, como una pelliza de zalea, y le llamaron Esaú. Después salió su hermano, cuya mano agarraba el talón de Esaú, y se llamó Jacob. Isaac tenía sesenta años cuando los engendró.
Crecieron los muchachos. Esaú llegó a ser un cazador experto, un hombre montaraz, y Jacob un hombre muy casero. Isaac quería a Esaú, porque le gustaba la caza, y Rebeca quería a Jacob.

Esaú vende la primogenitura.
Una vez, Jacob había preparado un guiso cuando llegó Esaú del campo, agotado.
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