Genesis 32, 11-14

¡qué poco merecía yo todas las mercedes y toda la confianza que has dado a tu siervo! Pues con solo mi cayado pasé este Jordán y ahora he venido a formar dos campamentos. Líbrame de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque le temo, no sea que venga y nos ataque, a la madre junto con los hijos. Que fuiste tú quien dijiste: “Yo seré bueno de veras contigo y haré tu descendencia como la arena del mar, que no se puede contar de tanta como hay.”» Y Jacob pasó allí aquella noche.
Tomó de lo que tenía a mano un regalo para su hermano Esaú,
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