Genesis 9, 23-25

Entonces Sem y Jafet tomaron el manto, se lo echaron al hombro los dos, y andando hacia atrás, vueltas las caras, cubrieron la desnudez de su padre, sin verla. Cuando despertó Noé de su embriaguez y supo lo que había hecho con él su hijo menor, dijo:
«¡Maldito sea Canaán!
¡Siervo de siervos
sea para sus hermanos!»
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