I Corintios 10, 16-18

La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque uno solo es el pan, aun siendo muchos, un solo cuerpo somos, pues todos participamos del mismo pan. Fijaos en el Israel según la carne. Los que comen de las víctimas sacrificiales, ¿no están acaso en comunión con el altar?
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